Luka Doncic sacó a relucir en Belgrado su calidad para conducir al Real Madrid a la victoria con una canasta de genio. Un triple casi sobre la bocina que evitó la prórroga y permite a los blancos depender de sí mismos para sellar la próxima semana su pase a cuartos de final con ventaja de campo si ganan en el WiZink Center al Brose Baskets alemán.
Sin Campazzo –lesionado de última hora– y con Llull aún apurando su regreso a las canchas, era Doncic el único base de garantías con el que contaba Laso en Belgrado. Al esloveno no le pesó la responsabilidad y su gran inicio de partido aupó al Real Madrid en el marcador. Lo hacía todo bien el «7» blanco, capaz de anotar con facilidad, de repartir juego y ser un referente defensivo para su equipo equipo. Su primer fallo en el lanzamiento llegó al final de un primer cuarto dominado con autoridad por el Madrid, que llegó a ir mandando por diez puntos (13-23, min. 8) hasta que Omic hizo su entrada en la pista.
El compatriota de Doncic desperezó a su equipo y fue poco a poco limando las diferencias en el marcador. Sin Tavares en pista tras haber hecho tres faltas muy rápido, el talento ofensivo de Omic creció casi sin oposición (12 de sus 25puntos finales llegaron antes del descanso) y obligó a Laso a buscar una solución en el banquillo.
La encontró en la figura de Felipe Reyes, de nuevo sensacional con su entrega bajo los aros, cuya presencia en la cancha dinamizó mucho el ataque del Real Madrid. El capitán tomó el relevo de Doncic en la parcela ofensiva, lo que evitó que la remontada serbia se hiciera efectiva antes de tiempo. A su efectividad se unió el acierto de Thompkins en el perímetro. Triples que aumentaron el colchón de seguridad de los blancos (24-35, min. 12). El Estrella Roja echaba de menos los puntos de Rochestie, sobre el que Laso estrechó la vigilancia, pero a cambio encontró la seguridad inesperada de Omic y Feldeine para seguir anclado al partido, sin dejarse ir a pesar de no jugarse nada.
Omic lidera la remontada
Siempre por delante, el Madrid veía pasar los minutos con la aparente sensación de tener todo bajo control, pero con la fundada inquietud de ver cómo el Estrella Roja no bajaba nunca la guardia. Los cuatro puntos con los que los blancos se marcharon al descanso eran la mejor prueba de ese peligro latente del conjunto serbio (39-43).
El paso por los vestuarios le sentó bien al equipo español, que asido a la inspiración de Doncic y Reyes volvió a estirar su ventaja en el marcador hasta los diez puntos (43-53, min. 23). Un nuevo arreón sofocado de nuevo por Allen Omic, un gigante inabarcable a esas alturas ya para la defensa interior del Real Madrid. Con Tavares asistiendo al choque desde el banquillo, reservado por Laso para el tramo final del encuentro, el Estrella Roja fue poco a poco recortando distancias hasta ponerse por delante tras un parcial de 15-0 que puso contra las cuerdas al Real Madrid (70-64, min. 35).
El apagón blanco –que duró seis minutos– lo rompió Felipe Reyes, aunque fueron Randle y Tavares, con sendos «2+1», los que devolvieron la tranquilidad a Pablo Laso. El intercambio de canastas en esos últimos minutos dejó el choque igualado a falta de seis segundos. Doncic reclamó entonces la responsabilidad. Subió el balón sin miedo, rompió a su defensor y lanzó con seguridad para lograr un triple que selló la victoria blanca en Belgrado y que allana el pase a la Final Four.
