Valencia se erige como escenario de la batalla entre partidos por el poder autonómico
La elección de la Plaza de Toros de Valencia como escenario para clausurar la Convención Nacional del PP y reforzar la figura de Pablo Casado no fue casual y tiene otra lectura en clave autonómica: hay partido.
La remodelación que los populares valencianos han experimentado, con Carlos Mazón a la cabeza, ha puesto fin a una etapa muy difícil marcada por los escándalos de corrupción y el varapalo que supuso en 2015 perder tanto la Generalitat como el Ayuntamiento de Valencia tras décadas de hegemonía conservadora.
Justo desde esa fecha el PP no volvía al recinto que anticipó sus grandes victorias y en el que este domingo quiso simbolizar el inicio de un cambio –reivindicando el legado de Rita Barberá– que busca volver a teñir de azul la Comunidad Valenciana como «trampolín» para que Casado llegue a la Moncloa.
De momento, con 2023 en el horizonte, con la duda de si el tripartito de izquierdas sumará de nuevo ante un Podemos débil y con Ciudadanos en caída libre, el presidente autonómico Ximo Puig (PSPV-PSOE) ha disipado las sombras que planeaban sobre un posible adelanto electoral antes de que Mazón coja carrerilla. No obstante, los populares ya han lanzado una campaña para dar a conocer a su nuevo líder regional en la calle.
Además, manejan un sondeo interno que señala que recuperarían la gran mayoría del voto que en 2019 se llevó la formación naranja –que no entraría en las Cortes Valencianas– y tendrían opciones de gobernar con Vox, aunque pronostica un empate entre los dos bloques: la derecha conseguiría entre 47 y 51 diputados, mientras la izquierda obtendría entre 48 y 52 de los 99 escaños a repartir.
En los últimos días el PP ha redoblado su ofensiva contra la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra (Compromís), con continuas alusiones a la condena a su exmarido por abusar de una menor tutelada. De hecho, estuvo presente en todas las intervenciones que se escucharon este domingo en el abarrotado recinto taurino.
Pero los socialistas tampoco son ajenos a este escenario y son conscientes de que acusan el desgaste de seis años y medio gobernando –pandemia incluida– y un paso en falso podría hacer tambalear no solo el Consell, sino todas las alcaldías que ostentan.
El PSOE llevará a Feria Valencia en dos semanas –del 15 al 17 de octubre– su 40 Congreso Federal, en el que participarán destacados dirigentes nacionales de la formación y los expresidentes del Gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, en un intento de apuntalar el liderazgo tanto de Pedro Sánchez como de Puig.
El barón socialista –que será reelegido secretario general del PSPV sin oposición en noviembre– ha aprovechado sus críticas hacia las políticas de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso para ganar terreno en la esfera nacional y erigirse como uno de los hombres fuertes de su partido.
El clima de la batalla política que se avecina en la Comunidad Valenciana se pudo palpar ayer mismo. La Generalitat contraprogramó el inicio del acto difundiendo una nota sobre el dinero que ha recuperado de casos de corrupción de la etapa del PP.