El ogro de Djokovic se llama Roberto Bautista

El ogro de Novak Djokovic en 2019 es español y no es Rafa Nadal. Roberto Bautista lo volvió a hacer. El tenista castellonense venció al número uno por segunda vez esta temporada. Si en Doha, en enero, le remontó (3-6, 7-6 y 6-4) la victoria en los octavos de Miami (1-6, 7-5 y 6-3) tiene todavía más mérito por tratarse de un Masters 1.000 y por cómo comenzó el encuentro el serbio. Fue un ciclón, quizá pensando en la derrota pasada, en la venganza. «Nole» sumó los cinco primeros juegos de manera consecutiva, sin dar opciones, con la solidez de sus mejores momentos. Cuando está así es imposible. Se trata de sobrevivir. Pero lo bueno del tenis es que cada set es independiente. Perdido el primero, rápidamente se convierte en pasado y el siguiente es una nueva oportunidad. Y Bautista se transformó. Nunca ha sido un jugador que se rinda y baje los brazos, pero ahora además ha aprendido a jugar con agresividad los momentos importantes. «Se ha dado cuenta de que para ganar a los mejores tienes que ir a buscarlos en los momentos importantes... Esperar, esperar... Él a veces pecaba de esperar demasiado en los puntos clave, cuando tiene armas para poder ir a por el contrario. Es preferible fallar alguna bola de más, pero que el rival se sienta amenazado, y eso es lo que está intentando», explicaba en enero uno de sus entrenadores, Tomás Carbonell, que en Miami lo animaba desde la grada

No era tarea fácil en el duelo contra Djokovic. Primero había que no dejarse ir, que agarrarse al partido. Así pasó cuando el español sufrió un «break» al comienzo de las segunda manga. Lo recuperó rápido (1-1) y con su saque salvó cinco pelotas más de ruptura en un parcial interrumpido un rato por culpa de la lluvia. Después, hay que aprovechar las oportunidades y con 6-5 a favor lo hizo Bautista para igualar el choque. La batalla moral había cambiado y por ahí comenzó también el cambio tenístico. El español, que ya había endurecido el partido, se convirtió en una pared desde el fondo, obligó a su rival a pensar demasiado y lo metió varios metros por detrás de la línea de fondo. Lo incomodó mucho, le podía en el duelo de derechas, pero Djokovic es Djokovic y pese a verse 3-1 abajo en el set definitivo, se recuperó: 3-2 y saque. Pero Bautista también es Bautista, capaz de desactivar al mejor del mundo. Siguió el castellonense igual: duro, profundo, consistente, con esos tiros algo más planos de lo que es común en los jugadores españoles, y con una nueva ruptura se disparó hacia otro triunfo importante en su carrera: Nole ha sido superado tres veces este año, pues dos de ellas las ha protagonizado el mismo tenista, que ahora, en los cuartos de final, tendrá como rival al gigante estadounidense John Isner.