Dal Farra: ejemplo que deporte y estudio pueden ir de la mano
El barilochense Franco Dal Farra, reconocido atleta del Club Andino Bariloche en esquí de fondo, alcanzó un nuevo logro en su vida: se graduó como Ingeniero Electrónico en la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), tras defender con éxito su tesis final.
A sus 25 años, Franco combina dos pasiones que exigen disciplina y constancia: el deporte de alto rendimiento y la formación académica. “No hay que elegir entre una cosa y la otra. Con esfuerzo y organización, se pueden llevar adelante ambas”, asegura convencido.
Dal Farra comenzó a esquiar a los cuatro años y desde 2010 representa al Club Andino Bariloche en esquí de fondo, disciplina en la que ya acumula seis títulos argentinos de mayores y más de 15 campeonatos nacionales entre pruebas de sprint y distancia. También se destacó en remo, donde fue campeón argentino junior en 2018.
Mientras competía, entrenaba y viajaba, Franco cursó y aprobó exigentes materias de la carrera de Ingeniería Electrónica. Su tesis, orientada al diseño e implementación de sistemas de control aplicados a giroscopios, fue la culminación de un recorrido que demandó años de esfuerzo sostenido.
“La universidad me brindó las herramientas para compatibilizar el estudio con el deporte. El plan de doble carrera de la UNRN fue clave para que pudiera cumplir en ambos frentes”, explica.
Con la mira puesta en los Juegos Olímpicos de Invierno Milano-Cortina 2026, Dal Farra no descuida su mensaje hacia los jóvenes:
“El deporte y el estudio no son excluyentes. No es deporte o estudio: es deporte y estudio. Siempre se puede, si hay compromiso y constancia”.
Una vida marcada por el esfuerzo
Franco nació el 16 de julio del 2000 en San Carlos de Bariloche. Realizó sus estudios primarios en la Escuela 298 de Melipal y completó la secundaria en el Colegio Técnico Los Andes, institución fundada por sus propios abuelos. Allí obtuvo el título de Técnico en Automatización y Sistemas de Control, formación que luego profundizó en la universidad.
El esquí de fondo le llegó de manera natural. Su madre fue atleta y desde muy pequeño lo acompañó en las pistas. “Recuerdo haber empezado a los cuatro años en el Cerro Otto con el ‘Chueco’ Velázquez”, rememora. Esa primera experiencia marcó el inicio de un camino de dedicación y constancia.
Durante algunos años también se inclinó por el remo. Entre 2015 y 2018 integró un programa nacional de detección de talentos rumbo a los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018. Ese pasaje le permitió sumar disciplina, entrenamientos intensivos y experiencia internacional.
Sin embargo, el esquí de fondo siempre fue su pasión central. Desde 2010, cuando el Club Andino Bariloche abrió la pista de fondo en el Cerro Catedral, Franco nunca dejó de entrenar y competir. Ya suma 15 temporadas ininterrumpidas en el deporte que hoy lo proyecta al máximo nivel mundial.
Estudio y deporte, un equilibrio posible
Compatibilizar jornadas extensas de entrenamiento con las horas de cursada, parciales y trabajos prácticos no fue sencillo. “Hubo que organizar cada día al detalle: entrenar por la mañana, estudiar por la tarde y muchas veces extenderme hasta la noche”, cuenta.
Su paso por la Universidad Nacional de Río Negro fue determinante. El programa de Doble Carrera, que reconoce las necesidades de los atletas de alto rendimiento, le permitió adelantar exámenes antes de viajar al exterior y coordinar fechas sin retrasar su trayectoria académica.
“Ese acompañamiento institucional fue fundamental. No en todas las universidades es posible. Yo tuve la suerte de estudiar en un lugar que me conoció como deportista y me dio las herramientas para no tener que elegir entre dejar el deporte o abandonar la carrera”, señala.
Franco destaca además que el estudio le brindó una base sólida para el futuro. “El esquí es mi prioridad absoluta en este momento, pero el conocimiento y el título académico me acompañarán siempre. Saber que puedo ejercer mi profesión el día de mañana me da tranquilidad”, agrega.
Mirando hacia adelante
En lo inmediato, Dal Farra ya planifica la temporada internacional con la vista fija en los Juegos Olímpicos de Milano-Cortina 2026. “Mi prioridad es 100% el esquí. Espero poder seguir compitiendo al más alto nivel durante ocho o diez años más, hasta alcanzar la madurez deportiva”, afirma.
Más allá de las medallas y resultados, lo que busca transmitir es un mensaje de superación y organización. “No hay excusas. El tiempo se puede administrar: el estudio no cansa las piernas y se puede aprovechar cada momento libre para avanzar en las dos cosas”, insiste.
Su ejemplo inspira tanto a jóvenes atletas como a estudiantes que buscan un equilibrio. “A algunos les costará más y a otros menos, pero siempre se puede. Lo importante es no rendirse y entender que deporte y estudio no son caminos separados, sino complementarios”.
Inspiración para una nueva generación
Con admiración por referentes internacionales como Federico Pellegrino (Italia), Iivo Niskanen (Finlandia) y Petter Northug (Noruega), Franco Dal Farra sigue construyendo su propio camino. Su historia es la de un joven barilochense que decidió no elegir entre sus dos pasiones, sino abrazarlas al mismo tiempo.
Hoy, con un título universitario en mano y un futuro olímpico por delante, su figura se convierte en un modelo para quienes creen que hay que optar entre estudiar o dedicarse al deporte. Franco demuestra que se pueden lograr ambas cosas con compromiso, esfuerzo y una visión clara de futuro.