La judoka 'ciega' que se llevó el oro paralímpico en Tokio, eliminada de por vida porque tiene una "visión normal"
La evaluación médica previa al Mundial de Astaná reveló que la azerbaiyana Shahana Hajiyeva tiene una visión óptima
Shahana Hajiyeva acudió a Astaná para competir, pero salió vetada de por vida del circuito paralímpico. La judoca azerbaiyana, que se proclamó campeona olímpica en Tokio 2020, fue sometida a un examen médico rutinario previo al Mundial de Parajudo y el resultado dejó fuera de combate su carrera deportiva: no presenta las limitaciones visuales necesarias para competir en esta disciplina.
La Comisión Médica Internacional, encargada de la clasificación de los judocas con discapacidad visual, concluyó que la deportista de 24 años tiene una visión normal. La evaluación, realizada según los nuevos estándares establecidos por la Federación Internacional de Deportes para Ciegos (IBSA), selló su exclusión inmediata y definitiva del circuito. El Comité Paralímpico de Azerbaiyán confirmó la decisión tras recibir los informes médicos: “Su ojo no presenta ninguna discapacidad visual reconocida”.
Una revisión que lo cambia todo
El caso de Hajiyeva no es aislado, pero sí el más simbólico. La revisión médica que debía ser un simple trámite se convirtió en un giro determinante. Hasta ese momento, Hajiyeva competía en la categoría J2, reservada a deportistas con una visión parcial.
El cambio en los criterios de clasificación redujo las categorías tradicionales (B1, B2 y B3) a solo dos: J1 (para ciegos totales) y J2 (para quienes conservan parte de la visión), y excluyó enfermedades o condiciones oculares previamente admitidas.
El Comité Paralímpico de Azerbaiyán detalló que “como consecuencia de la nueva normativa, muchas afecciones visuales han sido eliminadas del listado que permite competir en J2”. Este reajuste ha obligado a todos los atletas con baja visión a someterse a nuevas evaluaciones.
Del podio olímpico al veto permanente
La caída de Hajiyeva resulta especialmente llamativa por su historial. En septiembre de 2021 fue condecorada por el presidente Ilham Aliyev con la Orden Por el Servicio a la Patria, tras alzarse con el oro en la categoría de -48 kg en los Juegos Paralímpicos de Tokio. La joven deportista era considerada una figura de referencia dentro del equipo nacional de parajudo.
Su último título internacional lo consiguió en el Campeonato de Europa disputado en Róterdam, en agosto de 2023. Allí compitió, también en J2 -48 kg, sin que entonces existiera cuestionamiento alguno sobre su situación médica. Nada hacía presagiar que, menos de un año después, quedaría fuera del circuito sin posibilidad de recurso.
Una revisión que sacude al equipo azerí
La descalificación de Hajiyeva no fue la única. En el mismo proceso de evaluación, la judoca Elnara Nizamli, registrada inicialmente en la categoría J1 (reservada a ciegos totales), fue recolocada en J2 tras comprobarse que conserva parte de la visión. Aunque en su caso podrá seguir compitiendo, el reajuste ilustra la magnitud del proceso de recategorización emprendido por IBSA.
La ausencia de Hajiyeva en Astaná ha dejado al combinado azerí sin su principal referente. En su lugar, acudieron deportistas como Ismayil Muradov (J1, 70 kg), Zakir Mislimov (J1, 95 kg), Nizamli (J2, 60 kg) y Xatira Ismiyeva (J1, +70 kg). Todos ellos superaron los nuevos criterios de clasificación sin objeciones.
Transparencia y renovación, la consigna oficial
Desde el Comité Paralímpico Nacional insisten en que el proceso ha sido transparente y necesario. “La adaptación a los nuevos requisitos médicos está en marcha, y todas las medidas se están tomando para facilitar la transición”, aseguraron en un comunicado. Al mismo tiempo, recalcaron que “el objetivo ahora es formar una nueva generación de atletas paralímpicos”.
En esta línea, recordaron que “el año pasado se celebraron los Juegos Paralímpicos Infantiles y se organizaron clases magistrales con campeones para estimular la participación de los jóvenes”. También destacaron los logros recientes de sus deportistas en gimnasia, parataekwondo y parapowerlifting, donde obtuvieron medallas a nivel internacional.
La salida de Hajiyeva, sin embargo, deja un vacío evidente. Su trayectoria ha sido borrada del mapa paralímpico por una revisión que, hasta hace unos meses, ni siquiera era obligatoria. La combinación de cambios normativos, revaluación médica y nuevas exigencias ha convertido un oro olímpico en un expediente cerrado.
Una exclusión sin precedentes recientes
La magnitud del caso no reside solo en el castigo, sino en la forma en la que se ha producido. No hay registro reciente de una campeona paralímpica vetada de por vida por no cumplir con los requisitos médicos. La decisión, avalada por la Federación Internacional, subraya la voluntad de garantizar la equidad en el deporte paralímpico, aunque el precio sea una expulsión que dinamita carreras enteras.
En este contexto, el Comité insiste en su compromiso con la transparencia: “Siempre hemos defendido la claridad en nuestros procesos y seguiremos trabajando para que nuestros deportistas compitan con garantías”. La sentencia médica sobre Hajiyeva ya no tiene vuelta atrás. Su caso marca un antes y un después en la historia reciente del parajudo.