La enseñanza de Pep Guardiola que no puede aplicar Xabi Alonso en el Real Madrid
Cuando Xabi Alonso se marchó del Real Madrid para irse al Bayern que entrenaba Pep Guardiola, gente en el club no entendió que la salida del mediocentro no causase más tristeza en los aficionados. Xabi era un representante del madridismo comprometido y una brújula en el centro del campo. Pero le pudo la curiosidad de cerrar sus últimos años de carrera con uno de los entrenadores más innovadores del fútbol: «Guardiola es un gran trabajador, que dedica muchas horas a pensar cada partido», decía entonces Xabi, según recoge el libro «La elegancia de un líder», de Luca Caioli y Cyril Collot. «Es meticuloso en su entrenamiento y en su trabajo, un magnífico estratega y un entrenador muy metódico», continuaba. Y ahora viene la clave: «No impone su filosofía a los jugadores, sino que nos convence de ella. Si un entrenador es capaz de hacer eso, sabe que sus jugadores se implicarán mucho más y lucharán con más garra por los objetivos comunes».
Esa lección, fundamental, es la que tanto le está costando poner en práctica en el Real Madrid. Tanto, que el encuentro de hoy contra Guardiola va a determinar el
Las conclusiones de Xabi Alonso
futuro de Xabi Alonso en el banquillo. Una victoria le da vida extra, un empate le vale como oxígeno; el tamaño de una derrota puede ser definitivo para el entrenador. «Al final, a partir de cualquier partido sacamos conclusiones y damos pasos. Tenemos que enfrentarnos a esta situación con buena energía y positividad. Es la única manera de darle la vuelta a la situación y tener mejores sensaciones», decía ayer Xabi Alonso, que busca que sus conferencias de Prensa sean lo más anodinas posibles.Su fichaje para el banquillo era una especie de reacción al último año de Carlo Ancelotti, donde no se vio en los jugadores ni en el entrenador la intensidad suficiente para competir al máximo nivel. Con Xabi se contrató a un técnico mucho más intervencionista en todos los campos: «No se trata de cambiar la cultura, sino de adaptarla. Al final yo conocía muy bien la cultura del Real Madrid y por eso es el club más grande del mundo. Hay que adaptarse a esta cultura y aprender de ella. En última instancia hay un proceso. Necesitas tener esa interacción con los jugadores y cómo quieres jugar», decía ayer el entrenador.
El caso es que no ha encontrado esa interacción o al menos, no se ve en el césped. «Contra el Celta seguro que el entrenador tenía un buen plan de partido, pero al final los jugadores somos los que estamos en el campo y si jugamos a nuestro nivel tenemos más posibilidades de ganar. Si perdemos 0-2 es que había un problema en el campo como intensidad o faltas técnicas. No es culpa del entrenador. Tenemos que mejorar y vamos a hacerlo», decía ayer Tchouaméni. «Contra el Celta nos faltó intensidad y en otros partidos también. Si no jugamos con la intensidad máxima será difícil ganar partidos», continuaba ayer el centrocampista francés, uno de los futbolistas que está con Xabi porque le ha dado toda la importancia posible en el centro del campo.
Un equipo que no presiona
Los datos de las presiones de los futbolistas contra el Celta dicen mucho de cómo se jugó el partido. La presión alta fue una de las señas de identidad del equipo de Xabi los primeros días y su diferenciación con los planteamientos de Carlo Ancelotti, que apenas intentó hacer presionar al equipo. Ahora, esa presión es coyuntural porque o se hace mal o no se hace de manera constante: «Tenemos que mejorar en este aspecto del juego. Cuando empezamos los partidos queremos presionar al rival, como contra el Celta o en Bilbao. A veces lo hacemos bien y a veces muy mal. Tenemos que mejorar en eso para ayudar a recuperar más balones y marcar goles», continúa.
En uno de los vídeos contra el Celta, se ve a Vinicius diciendo a Mbappé que no presionen, que es mejor que ellos dos aguanten la posición, para una jugada después, ir Vini solo a la presión.
El plan de Xabi va cambiando, en parte por las bajas, en parte porque no encuentra el molde con el que jugar. Las dudas sobre el entrenador han llegado también a la directiva. No se ha marcado un límite, pero está claro que existe uno y está mucho más cerca que hace unas semanas. «Desde ahora que entrenamos se nos tienen que ir encendiendo los ojos para jugar y tener esa energía para que al Bernabéu le guste lo que vea y sienta la conexión emocional. Tiene que partir de nosotros. Si eso sucede, tendremos una buena oportunidad de ganar», decía Xabi, intentando llegar a los futbolistas, como hacía Pep.

