Las Palmas bate al Eibar con sacrificio, esfuerzo y audacia (3-1)

El Éibar hizo comprender que no iba a ser una jornada cómoda para los futbolistas locales. El conjunto armero estableció desde el inicio sus líneas de presión y piezas de desconexión para las jugadas de la UD Las Palmas. Los amarillos, incluso, no controlaban la posesión ante un rival que llegó en varias ocasiones con peligro en los primeros minutos.

En ese escenario el encuentro de la décima jornada era también un ejercicio de paciencia, de no exponer el balón a pérdidas especialmente en campo propio. Sin embargo, Las Palmas tenía una virtud en el juego porque era capaz de ganar espacios con velocidad y generar pocas pero peligrosas ocasiones. 

Lukovic pudo marcar en dos ocasiones en los minutos 18 y 22. En la primera oportunidad recibió un pase desde la derecha de Viti Rozada, pero el balón pasó por delante de su bota cuando ya había ganado la posición en el área pequeña. Sin embargo, el serbio sí pudo rematar más tarde un centro de Enrique Clemente desde la izquierda. El chut del delantero golpeó en el cuerpo del portero Magunagoitia cuando ya estaba vencida su defensa. 

A Las Palmas le tocaba atravesar esta etapa del encuentro donde su rival tuvo más protagonismo y también sus opciones. La mejor llegó a los 37 minutos tras una carrera de Corpas que su compañero Buta no pudo completar, con un remate defectuoso.

Todo parecía que estaba encauzado hacia las tablas sin goles en el descanso. Entonces llegó la gran jugada de Ale García, anotando su cuarto gol en el vigente campeonato. El extremo grancanario ocupó a toda velocidad el carril por la banda izquierda tras un pase de Amatucci. Llegó en solitario al área y tuvo la paciencia de levantar la mirada antes de colocar el balón en las redes con un excelente chut cruzado.

El plan de partido que era válido era el local. Tras varias llegadas pudo Lukovic anotar el 2-0 en el minuto 65. La acción previa tuvo como protagonista a Marvin Park, cuyo centro lo enganchó el serbio a bote pronto con un chut potente y preciso.

El partido todavía tenía tajadas que cortar. El portero donostiarra evitó un remate a quemarropa de Amatucci, Martón estableció el 2-1 a falta del descuento y Enrique Clemente, con un zurdazo desde fuera del área, despejó cualquier nube de duda. El 3-1 lo celebraron los jugadores locales con sus aficionados, con esfuerzo y audacia.