Un gol de Araujo a lo Alexanco da la victoria al Barcelona ante el Girona en el descuento (2-1)
El libreto de Johan Cruyff volvió a servirle al Barcelona para ganar un partido, aunque de una manera que no está en los primeros capítulos del técnico neerlandés, uno de los hombres que más ha marcado la historia del club. Más bien aparecía en el anexo: si el partido está complicado y el equipo atascado, un central (Alexanco en su caso, Araujo en el de Flick) para jugar de delantero centro y pelotas al área a ver si caza alguna. Y el uruguayo la cazó. No fue de cabeza, fue un gran remate en la única acción clara que tuvo su equipo en los instantes finales, cuando el empate ya parecía cantado.
Fue un gol de esos que cambia el estado de ánimo, a una semana de la disputa del Clásico en el Bernabéu. Sólo unos instantes antes, todo era preocupación en el Barça, que volvía a tropezar y que estaba tenso, empezando por su técnico, Hansi Flick, que fue expulsado por protestar que el añadido sólo fuera de cuatro minutos. Un instante después del tanto, llegó el final del partido, celebrado por todo lo alto. Si se deja la euforia aparte, la actuación del campeón de Liga tuvo claros y oscuros. Su arranque, los primeros quince minutos, fueron impecables. Cuando presiona bien y ordenado, ahoga al rival, no le deja salir de su campo para respirar, lo empotra contra su portero y lo machaca con la calidad de futbolistas como Pedri, que puso el 1-0 en una acción que empezó él en campo propio y que terminó él, después de la filigrana de Koundé y el apoyo de Lamine Yamal. El canario se movió en el área como si estuviera en cualquier lugar, con calma, y remató con la izquierda con suavidad, pegado al palo, imposible para Gazzaniga.
Pero a partir de ahí, reaccionó el conjunto de Míchel, muy mejorado las últimas jornadas después de un mal comienzo de Liga. Se quitó los complejos y empezó a sacar partido de la tan cuestionada defensa adelantada que propone Flick. El gol del empate llegó en un remate fantástico de chilena de Witsel, pero ya había crecido el Girona. Y después, llegaron tres mano a mano claros: Vanat se encontró con Szczesny, Portu con el poste y Bryan Gil mandó el balón fuera. Tres oportunidades clarísimas, a la que se sumó otra de Witsel. Por contra, el Barça se acercó con un remate de De Jong, al que respondió Gazzaniga, y una falta en la que Rashford estrelló la pelota en el larguero.
El Barcelona se mostraba muy frágil, como otras veces esta temporada, como contra el Sevilla antes del parón por selecciones, y en el partido abierto no era más peligroso que el rival. El comienzo de la segunda parte fue parecido, de mucha ida y vuelta, aunque poco a poco los locales fueron metiendo de nuevo atrás al Girona. Flick tuvo que proteger a dos de sus mejores futbolistas, Pedri, con demasiados minutos, y Lamine Yamal, que reaparecía. También lo hizo Fermín. Después de varios intentos de Rashford, parados por Gazzaniga, y un gol anulado a Cubarsí por una falta previa discutible de Eric García, al Barça se le fueron acabando las ideas. Terminó jugando con Roony en la derecha (el chaval de 17 años Toni Fernández fue titular) y casi sin centrocampistas, pues para que entrara Araujo arriba salió Casadó, y mucho antes Eric había adelantado su posición. No encontraba manera de llegar al área el equipo local, con su rival más adelantado, no metido atrás. La acción en la que logró llegar a la línea de fondo acabó en gol. Premio para De Jong, que jugó de mediapunta y se dio una paliza, y para Araujo, un futbolista muy criticado.