Noche gris en Riazor
Noche gris para la SD Huesca en el Abanca Riazor. Llegaban los azulgranas a A Coruña con la consigna de ser valientes, pese al más que conocido potencial de su rival. Pero no esperaban dos zarpazos tan tempraneros como los que recibieron y que acabaron trastocando totalmente el guion de partido. El encuentro acabó convirtiéndose en un recitan ofensivo del conjunto gallego, que arropado por más de 23.000 aficionados, se encontró más que cómodo sobre su césped para rubricar el abultado 4-0 definitivo. Duro correctivo para los azulgranas, que piensan ya en lamer heridas en su regreso al calor de El Alcoraz.
Porque chocó la SD Huesca pronto con un potencial que por muchas veces enumerado, resultó más benigno. Así, estaban obligados a remar en contra ya desde los primeros compases. Fue en propia puerta, pues era Carrillo el último en tocar el balón, pero los locales se pusieron por delante ya en el ocho de juego. Tocaba apretar dientes en un Riazor con muy pocas butacas libres para poder volver a Huesca con algo positivo. Y logró no hundirse el cuadro de Guilló atras ese mazazo inicial. Una llegada de Ángel por banda en la que centró a Enol, que no llegó a armar el disparo, supuso el primer acercamiento claro del cuadro azulgrana, en el 25 de juego.
Pero la sensación de peligro era constante en cada acercamiento local, y en el 34, logró De Mella hacer el segundo anticipándose en una cesión. El jarro de agua fue mucho más frío esta vez, ante esta nueva evidencia de máxima efectividad del Dépor. Dos ocasiones casi seguidas de Kortajarena, una en una falta colgada por Sielva a la que no llegó por poco, y otra que se fue rozando el palo a centro de Enol parecían cerrar la primera parte, pero se guardaba de nuevo De Mella un último zarpazo, y en el descuento antes de ir a vestuarios, hacía el 3-0.
Un triple cambio obligado por el escenario marcó el regreso del equipo al césped. Luna, Liberto y Toni Abad ocuparon el lugar de Carrillo, Ángel Pérez y Jesús Álvarez. Cambió la SD Huesca su dibujo y llegó con algo de más facilidad al área rival, pero sin la mordiente que le sobraba a su rival en el extremo opuesto. Un disparo de Liberto que se fue por encima del larguero fue la más clara, cuando se cruzaba el 60. Diez minutos después Guilló hacía el cuarto cambio, con Ro por Julio, y minutos después salía Portillo por Enrich.
Una gran mano de Dani Jiménez evitaba que Yeremay convirtiera en el cuarto una rápida contra. Pero no podía hacer nada porque Zakaria sí lo lograra, también en otra rápida transición. Allí quedó el partido visto para sentencia, en un alargue casi innecesario hasta un 90 que dejó el 4-0 definitivo en el marcador.