Crece la polémica en Bayern por la salida «innecesaria» de Coman
En el Bayern München, la reciente salida de Kingsley Coman generó un fuerte debate interno. Desde el club aseguran que Max Eberl no necesitaba vender al francés. La directiva quedó sorprendida cuando el director deportivo propuso buscar un sustituto recién después de cerrar la transferencia.
La cúpula dirigencial considera que la planificación no fue la adecuada. Para ellos, cualquier reemplazo debió haberse presentado como parte de un paquete integral antes de la venta. Esta falta de previsión aumentó las tensiones internas en un momento clave del mercado de fichajes.
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Max Eberl, directiva y sustituto de Coman
Eberl, por su parte, defendió su decisión con argumentos claros. Desde que asumió hace un año y medio, recibió instrucciones de reducir la plantilla y los salarios. En ese marco, entendió que la salida de Coman respondía a la estrategia de ajuste financiero impuesta desde arriba.
El dirigente esperaba poder reinvertir el dinero de la venta en un jugador de nivel similar. Sin embargo, se encontró con una restricción inesperada. La directiva le cerró las puertas a una incorporación costosa y lo limitó a explorar cesiones temporales.
Esto dejó a Eberl en una situación incómoda. Por un lado, cumplió con el mandato de sanear las cuentas del club. Por otro, se vio condicionado en su intento de reforzar la plantilla adecuadamente. El resultado fue un mercado a contramano de lo que se había prometido a la afición.
El debate interno sigue abierto y refleja la falta de sintonía entre la dirección deportiva y la junta. La venta de Coman, más allá de sus razones económicas, dejó al equipo sin una pieza importante. La decisión de buscar un sustituto cedido parece, por ahora, insuficiente para calmar las críticas.