Chelsea aprende la lección y, gracias a la 'ley del ex', elimina con autoridad a Fluminense (0-2)
En un MetLife Stadium que vibró con intensidad, Chelsea logró una victoria sólida y merecida por 2-0 sobre Fluminense, asegurando su pase a la final del Mundial de Clubes 2025. El equipo inglés, que había caído en la fase de grupos ante Flamengo (3-1), mostró una vez más su versión madura controlando el partido y superando a su rival sudamericano con claridad.
Desde el inicio, el duelo fue un choque de estilos: el Flu buscó imponer su juego de posesión y presión alta, mientras los ingleses apostaron por la paciencia y la efectividad. A los 18 minutos, João Pedro, con pasado en el equipo de Renato Gaúcho, abrió el marcador con un golazo de media distancia que dejó sin opciones a Fábio, el portero brasileño. Este tanto fue un golpe duro para Fluminense que, a pesar de mantener la iniciativa con la pelota, no pudo concretar sus oportunidades, destacándose una salvada crucial de Marc Cucurella sobre la línea tras un remate de Jhon Arias.
En la segunda mitad, el Chelsea supo administrar los tiempos. Con un planteamiento más equilibrado y cambios acertados, el conjunto londinense amplió la ventaja a los 57 minutos con otro gol de João Pedro, quien definió con potencia tras un contragolpe letal. Fluminense intentó reaccionar con los ingresos de Soteldo, Canobbio y Lima, pero la defensa inglesa y el portero Robert Sánchez se mostraron firmes, negando cualquier descuento.
Los brasileños, aunque entregados, mostraron más ganas que fútbol en los minutos finales, perdiendo la pelota con frecuencia y sin generar peligro real. El equipo de Enzo Maresca, por su parte, circuló el balón y evitó riesgos innecesarios, una clara señal de que aprendieron la lección de su derrota ante Flamengo y supieron adaptar su juego para superar a los equipos brasileños, tal como lo hicieron en cuartos contra Palmeiras.
Con esta victoria, el Chelsea confirma su candidatura al título y espera en la final al ganador del duelo entre el PSG y el Real Madrid, mientras que los de Río de Janeiro se despiden del torneo con la frente en alto, orgullosos de haber sido los últimos representantes sudamericanos en esta edición. El fútbol europeo volvió a imponerse, pero si algo ha dejado claro está nueva edición del Mundial de Clubes es que el nivel latinoamericano sigue siendo competitivo y que la batalla entre continentes continúa más viva que nunca.