Se escapa el sueño europeo de España
España cedió la corona continental del fútbol sub 19 al caer en la final del Europeo de la categoría ante Países Bajos. Un solo gol decidió el partido, un gol con su punto de absurdo, de mala suerte, porque Raúl Jiménez, el guardameta de la selección, metió en su propia portería lo que era un centro peligroso al área pequeña de Read desde la banda derecha. Quizá la forma de decidirse el resultado fue una metáfora de lo que se vio en el campo, ya que el encuentro fue muy parejo y todo parecía en manos de un destello de calidad o de una desgracia.
El equipo «Oranje» levanta este título en la primera final que disputa, rompiendo la tradición del clásico de los clásicos, que es España, campeona en nueve de las 19 ediciones que se han jugado desde que se llama Europeo sub 19 (antes era sub 18, europeo juvenil...) y finalista en otra. Esta es la segunda final que pierde.
La primera edición con esta denominación la resolvió Fernando Torres con un tanto a Alemania, en un equipo en el que también estaban, por ejemplo, Andrés Iniesta o Reyes. Dos años después entre los campeones estaba Sergio Ramos. Algunos de los futuros ganadores del mundial de Suráfrica, el mejor momento en la historia del fútbol español, empezaron ahí a saber lo que era ganar, y rompieron con la maldición de triunfos de niños, pero fracasar de mayores. La tradición de los jóvenes dura hasta hoy. España ganó la última edición y tres de sus integrantes repitieron ayer: Raúl Jiménez, triste protagonista a su pesar; Dani Muñoz y Dani Díaz. Los dos primeros fueron titulares, y Díaz entró en la segunda mitad en busca del tanto del empate, con sus centros desde la banda.
España, de menos a más
El marcador ya se pudo mover al comienzo de la segunda parte, con el tiro al palo de Land que tuvo una reacción fantástica de España, pues no una, sino dos veces se encontró con el poste, en un remate con rosca de Cordero y en un cabezazo de Óscar Marcos. La selección de Paco Gallardo entró mal en el partido, pero fue creciendo. Konadu fue el primero en tener una clara oportunidad, doble, pero entre un primer intento errático y la buena intervención de Raúl Jiménez, la acción quedó en nada. El guardameta español tuvo varias paradas de mérito, como el mano a mano que sacó a Oufkir en ese regreso loco de los vestuarios tras el descanso. La desgracia de los cancerberos es que un error a veces pesa más que varios aciertos. No se suele medir igual a los delanteros.
La polémica final
España había acabado bien la primera mitad, con el cabezazo de Jon Martín como inicio de un pequeño asedio que acabó con remates fuera o paradas de Heerkens. Pero el asedio de verdad llegó después del tanto de los neerlandeses. Ya se jugó prácticamente en una dirección, pero los naranjas protegieron bien el área. La frustración final fue con el posible penalti a Jan Virgili, que entró en la segunda parte. El extremo de la cantera del Barça, referente del equipo que este curso ha ganado la Youth League (Champions juvenil), intentó romper con sus regates. La pena máxima parecía clara, pues Smit se lanza al suelo a intentar despejar el balón, falla y se lleva por delante al futbolista español, que no se lo podía creer y terminó amonestado por las protestas. La decisión estaba tomada y en esta categoría, como es lógico, no hay VAR para rearbitrar este tipo de acciones.
España no pudo ganar el título, pero volvió a una final, lo que demuestra que su fútbol de cantera sigue al alza, y las experiencias recientes muestran que tiene reflejo después.