La jugada de Mastantuono con River en el Mundial de Clubes que hace soñar a los madridistas

En el Lumen Field Stadium de Seattle se vive un duelo abierto, de idas y venidas, entre River Plate y Urawa Red Diamonds en este estreno del conjunto argentino en el Mundial de Clubes. Un partido con fases muy distintas y donde el foco, inevitablemente, ha recaído desde el primer momento en el joven Franco Mastantuono, el futbolista de 17 años que ya tiene su billete firmado hacia el Real Madrid. Bastaron apenas doce minutos para justificar, aunque sea en un esbozo, por qué el club blanco ha apostado fuerte por su fichaje.

River, el equipo de Mastantuono, empezó bien

River salió con energía, intentando imponer su mayor ritmo y calidad técnica ante un rival japonés bien ordenado, que aguardaba replegado sus oportunidades para contragolpear. Y en ese primer arreón, Mastantuono dejó su firma. Recibió en el sector central, condujo con la naturalidad de un veterano, amagó ante su par y filtró un pase medido para Acuña, que llegaba en profundidad por el costado. El centro posterior de Acuña fue tan preciso como la jugada previa, y Colidio apareció con todo en el área pequeña para empujar el balón a la red. River golpeaba primero con una acción coral que tuvo como chispa inicial al adolescente que ya ilusiona a la Casa Blanca.

 

El gol, lejos de descomponer a los japoneses, sirvió para que el Urawa empezara a sacudirse el dominio argentino. Con el paso de los minutos, los de Maciej Skorża adelantaron líneas y fueron ganando presencia ofensiva, especialmente gracias al desparpajo de Matsuo y Kaneko. River, que había comenzado con cierto vértigo, empezó a perder fluidez, y Urawa aprovechó para emparejar el encuentro en intensidad y llegadas.

Los japoneses se acercan

Primero avisó Kaneko con un disparo desde la frontal que atrapó seguro Armani. Después fue Matsuo el que, tras una buena acción individual de Boza, exigió al portero argentino, aunque su remate salió algo centrado. La mejor ocasión para los japoneses llegó en el minuto 33: centro medido de Sávio que Hoibraten cabeceó a la red, pero el asistente levantó inmediatamente la bandera. Fuera de juego claro, pero aviso serio. El primer tiempo se fue apagando con el Urawa más asentado y River buscando de nuevo a Mastantuono para recuperar la iniciativa, aunque sin la claridad del inicio.

En el 48, un pase atrás sin sentido de Hoibraten complicó al portero Nishikawa; Driussi, muy atento, robó el balón y definió a placer. Un gol regalado que parecía encaminar el partido para los sudamericanos.

Sin embargo, la reacción del Urawa fue inmediata. Apenas diez minutos después, en el 56, Kaneko entró al área con decisión y fue claramente derribado por Acuña. El colegiado no dudó: penalti. Matsuo asumió la responsabilidad y ejecutó con temple, cruzando el balón y engañando a Armani para poner el 2-1 y devolver la emoción al partido.por la frescura de Mastantuono, y la más imprecisa cuando el Urawa ha sabido golpear.