El PSG arrolla al Atlético de Madrid (4-0)
El PSG pasó por encima del Atlético en el debut de los dos equipos en el Mundial de clubes. Aunque dio la impresión en ocasiones de que la competición sólo comenzaba para el equipo francés mientras el Atlético disputaba un amistoso de verano.
La primera parte había bastado ya para que el PSG liquidara al Atlético, aunque los dos goles que llegaron en los últimos minutos del partido hicieron más exagerada la goleada. Se podría agarrar el Atlético a las decisiones arbitrales, al gol anulado a Julián Álvarez por una clara falta previa de Koke y a la expulsión de Lenglet por dos amarillas. Nada que reprochar al rumano Kovacs en realidad.
La responsabilidad el Atlético debe buscarla en otros sitios, en su incapacidad para superar la presión del rival y salir jugando, en el regalo que fue la primera parte para el PSG o en errores como el de Sorloth, que falló un gol con la portería vacía mientras Simeone se desesperaba.
Luis Enrique a veces sorprende con cosas extrañas desde el principio. En el saque inicial Vitinha lanzó la pelota fuera pero cerca del área del Atlético para ganar metros, como si fuera rugby. No es la primera vez que lo hace y tampoco lo acaba de inventar. Ya lo hacía el Marsella de Rudi García que jugó la final de la Liga Europa contra el Atlético y, evidentemente, tampoco sorprendió a Simeone, que lo imitó en la segunda mitad.
Pero si de algo está orgulloso Luis Enrique es de cómo ha conseguido que presione Dembélé y detrás de él el resto del equipo. No estaba el exbarcelonista, pero la presión del PSG no lo echó de menos. Apenas cruzó el Atlético el centro del campo en la primera mitad. El equipo de Luis Enrique apretaba para no dejarle salir y una falta lanzada por Julián Álvarez que salió rozando el poste fue la única ocasión clara de los rojiblancos.
Fabián abrió el camino de la victoria del París con un disparo de los que le gustan, desde fuera del área y buscando el poste por abajo. Un gol que no bastaba para explicar la superioridad del equipo francés sobre el campo y al que le costó sumar alguno más. Pero era una cuestión más de puntería que de juego. Vitinha movía a su equipo con una presencia abrumadora sobre el campo. Estaba en todos lados y todo lo hacía bien. El portugués es uno de los mejores centrocampistas del mundo, otro de los orgullos de Luis Enrique y tuvo el premio de marcar el segundo en el tiempo añadido de la primera mitad.
El gol no era más que un reconocimiento del dominio de Vitinha en el partido y de la superioridad de su equipo. El PSG juega a un ritmo superior que el Atlético era incapaz de seguir. Y la goleada pudo haber sido peor si Oblak no hubiera sido el de los mejores momentos. Evitó un golazo de Kvaratskhelia en la segunda mitad con una mano que desvió la pelota al larguero. Y después desvió al poste otro remate de Mbaye. En el rechace de esa jugada llegó el penalti de Le Normand, por mano, que Kang In Lee convirtió en el cuarto gol del equipo parisiense. No hubo más después de ese gol. El árbitro pitó el final y puso fin al tormento rojiblanco.
Unos minutos antes había llegado el gol de Mayulu en una jugada que puso en evidencia la actitud de la defensa rojiblanca, que no disputó la pelota en ningún momento. Mayulu ya había marcado en la final de la Liga de Campeones y se dio el gusto de repetir en el comienzo del Mundial.
El PSG ya muestra su candidatura desde el comienzo. Al Atlético parece que le toca disputarse la segunda plaza del grupo con Botafogo. El campeón de Europa es capaz de exagerar los defectos de cualquier equipo que tenga enfrente, pero mucho tienen que mejorar los rojiblancos. Su reacción en la segunda parte duró lo que tardó el árbitro en anular el gol de Julián.