Ronaldo, de "Bienvenido Mister Marshall" a villano del descenso del Real Valladolid
Ronaldo Nazário se presentó como nuevo propietario del Real Valladolid el 3 de septiembre de 2018 y fue recibido en la capital castellana como "Bienvenido, Mister Marshall', pero el héroe que jalearon los seguidores blanquivioletas ha terminado convertido en un villano que se ha deshecho de su inversión tras consumarse el tercer descenso pucelano en cinco años.
Llegó con "mucha ilusión" y su imagen se proyectó como una especie de salvador, tras adquirir el 52 por ciento de las acciones del Real Valladolid de manos del anterior presidente, Carlos Suárez, que lo vendió por 30 millones. Instituciones, empresarios y hosteleros de la ciudad aclamaron al brasileño y no surgió una sola voz crítica.
El ambiente de euforia fue alimentado por la renovación del estadio para mejorar su seguridad y estética. Se eliminaron los fosos y se actualizaron unas instalaciones que habían quedado obsoletas. Ronaldo llegó a afirmar que si salían las cosas como tenía previsto el primer equipo podría llegar, en unos años, a jugar la Liga de Campeones. Pero todo empezó a torcerse sin remedio.
El principio del fin del matrimonio Ronaldo-Valladolid se fraguó en el terreno de juego y, sobre todo, en los despachos, tras la salida de Fran Sánchez y la llegada a la dirección deportiva de Domingo Catoira. Los dos primeros descensos se resolvieron con dos ascensos inmediatos.
Tampoco fue un acierto mantener al técnico uruguayo Paulo Pezzolano, que se granjeó la enemistad de los abonados y del resto de aficionados al deporte de Valladolid con su actitud altiva y chulesca que, según explicaría después, pretendía centrar en él la ira para dejar a los jugadores sin tanta presión.
De lo que sucedía fuera del césped del José Zorrilla con Ronaldo pronto empezó a haber noticias y no precisamente favorables para el brasileño. Que el equipo disputara partidos importantes y él estuviera jugando al tenis o de fiesta por Madrid o compartiendo momentos de compadreo con otros presidentes de clubes no hicieron ninguna gracia. Aparecieron las protestas, los silbidos y los carteles con el "Ronaldo, go home" o billetes de 500 con el rostro del exjugador del Real Madrid y Barcelona, sin olvidar las concentraciones en las puertas del estadio, como protesta por su forma de actuar.
El pésimo nivel deportivo mostrado esta temporada por el Real Valladolid ha acabado con la paciencia de la hinchada. Otro descenso a Segunda, el tercero de la "era Ronaldo", con récords negativos de puntos, goles encajados, derrotas acumuladas, mientras el brasileño miraba hacia otro lado.
Este fin de semana, cuando el José Zorrilla se ha transformado en un campo de rugby para albergar la final de la Copa del Rey, "O fenómeno" ha dicho adiós al club tras venderlo por 50 millones a un grupo de inversión norteamericano con el respaldo financiero de un fondo europeo.
Ya unos días antes, se dejó ver por Valladolid y por el palco del estadio el empresario mexicano Gabriel Solares, que parece que va a ser el nuevo dirigente del club blanquivioleta. Un nuevo dueño que fue presidente del Querétano de su país, en el que no dejó buenas sensaciones.