El PSG regresa a una final de la Champions
Marcó Achraf y las bengalas se encendieron en el fondo del Parque de los Príncipes para celebrar que el PSG jugará su segunda final de la Liga de Campeones. Quedaban 20 minutos y el Arsenal tenía que marcar tres goles para igualar una eliminatoria que se le torció en la ida y que no fue capaz de enderezar en la vuelta.
No fue por falta de actitud del equipo de Arteta, que salió con fuerza y encerró al PSG en su campo en los primeros momentos del partido. En tres minutos ya había tenido un cabezazo de Rice que se marchó cerca del poste y un remate de Martinelli que despejó Donnarumma. Y poco después el portero italiano despejó otro disparo de Odegaard desde fuera del área.
Duró poco el dominio del Arsenal, que vio cómo el PSG daba la vuelta al juego a partir del contraataque. Tiene jugadores dotados para correr el equipo que dirige Luis Enrique y el Arsenal sintió el sonido de la pelota en el poste en un remate de Kvaratskhelia. Antes ya había avisado Doue.
Pero fue Fabián el que cambió el encuentro a partir de una extraordinaria maniobra técnica. Un control con el pecho le sirvió para esquivar a un rival y colocar la pelota en su pierna izquierda, la buena antes de rematar a gol. El toque en Saliba hizo el resto para despistar a Raya y poner por delante al PSG.
No perdió la cara al partido el Arsenal. Se trataba de decidir cuál de los dos equipos alcanzaba su segunda final de la Copa de Europa. Vitinha les dio una vida extra al fallar un penalti en la segunda parte. Tiró flojito a un lado y Raya reaccionó con rapidez para despejar la pelota.
En los primeros minutos había sido Donnarumma el que conservó la vida del PSG y Raya alargaba la de los suyos con esa parada. No renunciaron los ingleses a su oportunidad de alcanzar la final y tampoco cuando Achraf marcó el segundo gol, aprovechándose de la indolencia de Thomas. El ghanés entró sin convicción a disputar la pelota en el borde de su área y la jugada acabó en el segundo tanto del PSG que parecía decidir la semifinal.
Pero si algo ha dejado esta ronda de la Champions es la certeza de que puede pasar cualquier cosa en cualquier momento. Sucedió en la eliminatoria entre el Barcelona y el Inter y parecía que podía pasar algo parecido en el Parque de los Príncipes.
Declan Rice no marcó, como hizo contra el Real Madrid, pero se movió por todo el centro del campo, recuperando y tocando y hasta llegando a situaciones de gol que no son frecuentes para él. Sólo eso le faltó a él y a su equipo para dar la vuelta a la eliminatoria.
En apenas siete minutos el PSG falló un penalti y marcó un gol y el Arsenal consiguió otro. Acertó Bukayo Saka con la portería y Arteta y sus muchachos sintieron que lo imposible estaba un poco más cerca. El extremo del Arsenal marcó cuando Luis Enrique le duplicó la vigilancia. No suelen funcionar los cambios defensivos, que mandan un mensaje pesimista al equipo, y con Lucas y Nuno Mendes por delante de él en esa banda izquierda de la defensa parisiense encontró el gol Saka.
Sólo faltó que el «7» del Arsenal empujara entre los tres palos un balón que le quedó para rematar a puerta vacía después de un bote traicionero. Hubiera animado los últimos minutos. Los nervios podían haber llegado al cuerpo del PSG, pero los franceses mantuvieron su ventaja.
Acabó el partido y Luis Enrique se fue a festejar la clasificación para la final con sus jugadores. Diez años hace de la primera que jugó y ganó como entrenador del Barcelona; cinco hace de la única del PSG, que ahora busca otra oportunidad.