Europa League: Noche trágica para el Athletic en San Mamés (0-3)
Era la noche en la que debía salir todo bien. Un equipo como el Athletic, que está cuajando una temporada de gran nivel, con la Champions League casi garatizada para el año que viene merced a su cuarto puesto en Liga. Un ambiente mágico, el que ofrece la 'Catedral' en las grandes noches de fútbol. Un recibimiento de los que se quedan en la retina de la afición. Y, después, una tragedia. El Athletic cayó goleado (0-3) frente a un United al que todos los vientos le soplaron a favor, pero también fue superior sobre el césped, en honor a la verdad.
Lo peor es que, salvo un aviso de Garnacho en forma de gol anulado por fuera de juego, todo iba más o menos bien. Incluso parecía que, por momentos, el equipo vasco podía inclinar el tablero a su favor. Tanto, que Lindelof tuvo que salvar bajo palos un disparo de Berenguer desde la frontar. Sin duda, el ‘7’ del Athletic fue lo mejor en ataque en esos minutos iniciales, llegando desde segunda línea y buscando puerta. Después, se diluyó tato que salió del césped incluso antes del descanso. Pero el partido quedó marcado por cuatro minutos locos que dieron al traste con las buenas maneras del Athletic en los primeros minutos.
Primero con el gol de Casemiro, que aprovechó un jugadón por la derecha de Maguire y su posterior centro para cabecear solo, sin oposición, en el segundo palo. A medio metro de la línea de gol. Y, casi sin tiempo de reacción, el VAR señaló tras una revisión de tres minutos un agarrón de Vivian sobre Hojlund que le impidió rematar a puerta. Penalti y roja para el defensa. Bruno Fernandes convirtió la pena máxima engañando a Agirrezabala. Poco después, De Marcos tenía que ser sustituido por un problema muscular.
Todavía iba a ser peor al filo del descanso, cuando de nuevo Bruno aprovechaba otro desajuste defensivo para cruzársela al guardameta vasco y poner el tercero ante las caras desencajadas en la grada de San Mamés. Porque apenas un cuarto de hora antes, el partido no iba por esos derroteros.
La reanudación ya era casi aguantar para que la goleada no creciera. Tampoco concedió el VAR un agarrón de Maguire sobre Sannadi como último hombre, ante la ensordecedora protesta de la afición bilbaína. De hecho, la acción acabó con una amarilla a Ernesto Valverde, que no estaba nada de acuerdo con la decisión del noruego Eskas.
Trató de tirar de amor propio el Athletic, pero el golpe había sido demasiado fuerte, e incluso tuvo alguna más el United, un equipo que se está jugando la temporada a la carta de la Europa League y ya está rozando la final con la yema de los dedos. Incluso el palo evitó el cuarto, que era obra de Casemiro. Amorim fue moviendo el banquillo para dar descanso a algunos jugadores. Mientras, el Athletic seguía sin poder conectar líneas y amenazar el área de Onana. En fútbol nunca se puede dar nada por hecho, pero se antoja muy difícil que los «Leones» sean capaces de levantar esto en Old Trafford dentro de una semana.