Aunque el cuadro xeneise se impuso por 2-1 y eso llovó a la definición por penales, desde los 12 pasos los peruanos fueron infalibles y se impusieron por 5-4. El chileno Williams Alarcón convirtió el suyo para el elenco argentino
El último penal es una daga para Boca. Alan Velasco se para frente a la pelota. Su pase costó 10 millones de dólares, pero patea a la bancarrota.Guillermo Viscarra, el héroe boliviano de Alianza Lima, se queda con el remate y con la clasificación a la próxima instancia de la Copa Libertadores. También, con todo el dolor azul y oro.
¡El penal de la victoria! La atajada de Viscarra para el delirio de @ClubALoficial en la Bombonera.
La prematura eliminación de la Gloria Eterna deja desnudo a Fernando Gago, un entrenador que arriesgó su capital como futbolista y hoy es un técnico cuestionado. Es cierto que falló Edinson Cavani debajo del arco en el minuto final. También, que el arquero visitante fue la gran figura y que la búsqueda fue incesante. Excusas que no calmarán a sus hinchas, que piden que se vayan todos. La inversión fue muy grande para semejante fracaso. Y tropezar en la fase 2 ni siquiera le ofrece el consuelo de la Sudamericana.
Boca se encontró muy rápido con el gol. Apenas se habían disputado cinco minutos cuando Carlos Palacios encaró por el medio, abrió para Marcelo Saracchi y el centro del uruguayo, pasado, tuvo la inesperada colaboración de Miguel Trauco, que en su afán por rechazar terminó empujándola contra su propio arco.
Con la serie igualdad, el equipo mostró una buena circulación de la pelota y el plan no se alteró. Gago eligió una formación lógica, más allá de la posición de Ander Herrera, que suele jugar como volante central, pero se volcó como interno, a la derecha de Milton Delgado. Kevin Zenón jugó a la izquierda, pero no desbordó. Dejó el carril libre para Saracchi. En este 4-3-1-2, Palacios se movió como enganche y Miguel Merentiel tuvo más participación que Edinson Cavani, referencial en la zona de la definición.
Foto MARCELO CARROLL – CLARIN
Parecía controlado el partido para Boca, pero Erick Castillo mostró su categoría y Zenón, su deficiencia a la hora de marcar. El ecuatoriano estaba encerrado contra el banderín del córner, pero logró zafar del volante correntino, que terminó bajándolo contra la raya. De esa desafortunada acción, llegó el tiro libre de Pablo Ceppelini y el cabezazo goleador de Hernán Barcos. El cordobés nacido hace 40 años en Bell Ville, la tierra de Mario Alberto Kempes, anticipó a Marcos Rojo y clavó el empate.
A partir de ese instante, Boca se desmoronó. Y aunque no dejó de tener la pelota -al punto de llegar al 79% de la posesión-, comenzó a ser víctima de sus nervios. A pesar de que Herrera y Delgado buscaban asociarse con los hombres de ataque y Zenón se movía de derecha a izquierda, no había triangulaciones por afuera. Entonces, todos los intentos derivaban en centros desde los costados. Luis Advíncula por la derecha y Saracchi por la izquierda. Todos resultaron pan comido para Carlos Zambrano y Renzo Garcés. Y en cada balón detenido, Barcos ganó siempre de arriba.
Alianza Lima, con un 4-2-3-1, se las arregló para hacer equilibrio sobre el césped de la Bombonera y salir de contra. Y si no terminó a bordo de una victoria en el primer tiempo fue, una vez más, por las manos de Agustín Marchesín. Barcos rechazó en su propia área, Ceppelini cambió de frente y Castillo, cuando quedó mano a mano, quiso gambetear al arquero hacia afuera, pero sin éxito. El ex guardián de Lanús, Porto y Gremio bloqueó abajo.
Boca fue enérgico en el segundo tiempo. Consciente de la necesidad, copó el campo de Alianza Lima. Al minuto, Cavani recibió como extremo derecho, metió la diagonal hacia adentro y sacudió de zurda. Su remate se desvió en un peruano y pegó en el palo. Al ratito, el que remató con el pie izquierdo fue Zenón y Viscarra tapó con grandes reflejos.
Lo tenía contra las cuerdas Boca. Y a través de una pelota parada, logró la merecida ventaja. Llegó el tiro de esquina de Palacios, el cabezazo de Rojo, el rebote en el travesaño y otro testazo, esta vez de Zenón, para hacer explotar las gargantas xeneizes.
Foto MARCELO CARROLL – CLARIN
Hubo empujones, insultos y un árbitro que no quiso comprometerse. Repartió un par de amarillas y expulsó a Cacho Borelli, ayudante de Gorosito. Los peruanos buscaron llevar a su rival al incómodo terreno de las protestas. Sin embargo, Boca no se desconcentró. Y fue por más, claro.
Entonces, fluyó Viscarra. El arquero de la Selección de Bolivia protagonizó tres atajadas clave. Primero, ante Zenón. Después, con una doble tapada desactivó una bomba de Cavani y detuvo un violento disparo de Herrera en el rebote.
Gago movió el banco. Salió Saracchi, ¿cansado?, y entró Lautaro Blanco. Williams Alarcón reemplazó a Herrera. Alan Velasco y Milton Giménez ingresaron en lugar de los descoloridos Palacios y Merentiel. Puesto por puesto, no cambió el esquema. Ninguno rindió y el equipo lo sintió
Foto MARCELO CARROLL – CLARIN
Alianza Lima tampoco ofreció variantes disruptivas, más allá de los nombres de refresco. Y Castillo estuvo a punto de quedar nuevamente mano a mano con Marchesín, pero Rojo metió un cruce excepcional, como en sus tiempos de Selección.
En el final, Viscarra se transformó en Superman y tapó un cabezazo a quemarropa de Giménez. Cavani fue el villano. Lo que erró en la línea de sentencia es difícil de explicar con semejante colección de goles. La victoria 2 a 1 quedó corta.
Parecía que Leandro Brey podía ser el protagonista de una historia increíble, reemplazando a Marchesín para la definición por penales. Pero Gago no fue Van Gaal y el pibe de Lomas de Zamora no tapó ninguno. Paolo Guerrero, Fernando Gaibor, Trauco, Noriega y Lavendeira lo hicieron perfecto. Rojo, Cavani, Alarcón y Giménez, también. A Velasco le quedó enorme la responsabilidad. No es el único culpable de este oprobio, está claro.
/Escrito por Daniel Avellaneda para Clarín de Buenos Aires. Fotos Clarín y Conmebol. Videos: Espn