Con 60 años y tras diez meses parado por una grave lesión: la esperada vuelta al fútbol madrileño del 'pibe' Osvaldo

La pregunta de los rivales se ha venido repitiendo cada fin de semana desde el comienzo de la Liga. ¿Ya no juega con vosotros, ha colgado las botas? Sin focos ni cobertura mediática, sumando temporadas, Osvaldo Fabián Iglesias se ha convertido en un clásico del fútbol madrileño, donde el boca a boca ha hecho de este argentino un referente en los estadios modestos de la Comunidad. Con 60 años y la ilusión de un niño, continúa formando parte de la AD La Cabrera, que este fin de semana celebraba el regreso del ídolo a los terrenos después de diez meses de ausencia por una grave lesión. La vuelta del ‘Pibe’, una institución en el equipo de su pueblo al que no le detienen ni la edad ni los problemas físicos. «Como entrenador suyo puedo decirte que es uno de esos jugadores de los que uno no se encuentra todos los días, todo un ejemplo a seguir. Juega y entrena como si tuviera muchísimos menos años. No es solo su físico el que resiste, es su cabeza la que no se rinde», explica a este periódico Fernando García López, actual técnico del equipo al que Osvaldo lleva defendiendo desde 1992 y en el que todos, aunque no resulte un apodo muy original, se refieren a él como ‘el abuelo’. Como buen argentino, este veterano de Olivos (provincia de Buenos Aires) luce ADN futbolero y de niño soñaba con llegar al profesionalismo. Un deseo que nunca pudo ver cumplido pese a comenzar en las categorías inferiores del Platense, aunque con 60 años sigue en activo convertido en un ídolo, al menos en La Cabrera , el pequeño pueblo del norte de Madrid en el que reside. La AD La Cabrera , conjunto de Segunda Aficionados, última categoría del fútbol regional madrileño, celebraba este lunes en sus redes el regreso del futbolista, arquitecto de profesión «Los adjetivos se quedan cortos cuando se habla de Osvaldo Fabián Iglesias, su historia es toda una oda a la pasión por el fútbol». Una vuelta tras mucho esfuerzo y sacrificio porque en abril de 2024 sufría una rotura parcial del ligamento isquiotibial y un proceso degenerativo en el isquion (hueso de la cadera ). «Con la edad que tiene más otras lesiones que ha superado a lo largo de su carrera, el proceso de recuperación es más lento», explican a ABC desde su equipo. Pero nada detiene a Osvaldo, un enamorado del balón que también entrena en las categorías inferiores de su club. Ese percance en el ligamento no fue el primer problema físico grave de Osvaldo, premiado por la Federación Madrileña de Fútbol en el 2022. Con 36 años ya sufrió la rotura de un cartílago del fémur, lo que le obligó a fortalecerse mentalmente para no poner fin a su carrera, como le aconsejó el médico que lo operó. Lo que sí ha ido cambiando es su posición en el campo: comenzó de delantero, giró a mediocampista y ahora ejerce como lateral derecho. «Es un jugador muy comprometido y cuando entrena, no se guarda nada, sin aspavientos, trabajando en silencio y dándolo todo, eso es claramente lo que le hace seguir siendo competitivo y poder seguir a la altura. Sigue en el equipo por méritos propios», asegura Fernando García. El domingo tuvo una reaparición inmejorable. Victoria ante el Talamanca B (1-5) con Osvaldo disputando los 90 minutos de un partido en el que no paró de correr por la banda y en el que puso un centro medid para que su hijo Diego marcara de cabeza uno de los goles. Nacido en 2003, su padre ya llevaba en el equipo una década cuando él vino al mundo, el domingo volvieron a coincidir en un campo de fútbol, deporte que también practica Nahuel (2008), el segundo hijo del argentino. En su caso, lejos de La Cabrera porque pertenece al Juvenil B del Atlético Chopera Alcobendas 04. «Tener en el vestuario a alguien como Osvaldo es todo un lujo, no solo por su experiencia y liderazgo, sino porque cuando los chavales ven a un tipo de 60 años dar todo en cada entrenamiento y partido, corriendo más que muchos jóvenes, entienden que aquí no caben medias tintas. Es todo un referente en La Cabrera», sentencia el entrenador del equipo de este pueblo de poco más de 2.000 habitantes. Un municipio que presume de su equipo de fútbol, porque la categoría de un club no depende solo de la división en la que milite.