Angustioso triunfo del Real Madrid ante el Leganes
Un cabezazo del canterano Gonzalo García en el 93′ mete al Madrid tras un partido bien jugado por el Lega. Modric y Endrick ponen el 0-2 que igualó Juan Cruz por partida doble
El Real Madrid sacó adelante el pase a semifinales en Butarque recurriendo a un tesoro que no usa tanto como debería: la cantera. Jugó bien, dominó, tuvo más ocasiones, dos palos incluidos, que un Leganés ordenado e inteligente, pero estaba abocado a la prórroga cuando irrumpió el héroe inesperado. Gonzalo García, delantero del Castilla, Pichichi de su categoría (19 tantos), cabeceó como se debe, marcando los tiempos un centro de Brahim y clasificar al primer equipo. Una noche inolvidable para él. Veremos si preludio de otras muchas.
Al Madrid le salió bien el plan. Ancelotti decidió al fin, más por obligación que por devoción, colocar a los chicos que juegan de centrales como centrales, Jacobo y Asencio, y subir a Tchouaméni para escoltar a Modric y sus jugones, con Endrick arriba. En los laterales, por compensar, ancló a Mendy y Valverde. Lo del uruguayo remite al duelo con el City como un posible ensayo. El caso es que costó ajustarse porque enfrente tenía al equipo que se atragantó a Barcelona y Atlético, y de hecho el Lega pudo empezar en ventaja. Lunin tuvo que intervenir dos veces en cinco minutos para sacar remates de Diego y Óscar, que tiene un guante en el pie derecho. Sirvió para estimular a los madridistas.
Las ilustres ausencias del ataque colocaron el peso de la responsabilidad en Rodrygo y Brahim, los más asiduos en la alineación. En la izquierda, Goes se sintió cómodo desde la primera pelota que cayó por sus dominios. Controló, fijó a Rosier y se perfiló hacia el centro, buscando una ruptura. Apareció el más inteligente, Luka Modric, que nunca había marcado en Copa. Hasta ayer. Recogió en la frontal y remató con rapidez. Tac y tac. Asentados desde la superioridad con balón, los madridistas tardaron siete minutos desde el 0-1 en doblar la renta. En otra combinación desde la izquierda recibió Brahim, se la rebañó Renato Tapia pero el despeje cayó a Endrick, que no falló desde cerca.
El 0-2 calmó a la grada de Butarque, que tenía en el foco a Alberola Rojas. Por el comunicado, mayormente. Le reclamaron a voces una mano fuera del área de Jacobo Ramón, tierno en los duelos. El canterano acudió a sofocar después una colada de Juan Cruz e interceptó el remate con la mano extendida. Penalti claro. Sin VAR. El zurdo transformó el penalti con seguridad, abriendo el partido de par en par.
Puede que fuera por repartir esfuerzos, porque no había razones técnicas para quitar a Rodrygo. Entró Vinicius tras el descanso, recibido con los pitos habituales. Fue un tormento para el Lega. Siempre en su costado zurdo, primero obligó a un paradón de Soriano, abajo, tras un tiro seco. A continuación cabeceó arriba solo en un córner. Y como perdonó Vini, el Lega respondió como corresponde. Porque toda la amenaza en área pepinera era blandura en la zaga madridista. Bastó una conducción de Juan Cruz, sin estorbos, para rematar y que el toque en Mendy descolocase a Lunin. Partido nuevo.
El partido se escoró hacia el lado de Vinicius, que se marcó un lujo asombroso. Recibió en el costado, condujo, eludió a Rosier y, casi sin ángulo, pisó y remató al palo, bajo las piernas de Soriano. Después recibió en la frontal y filtró para Brahim, que picó por encima del meta. Al larguero. Genio. Demasiado. Porque protestó tras perder una pelota con Rosier, le sacaron la amarilla y se puso a discutir con su gente. Primero con Ancelotti. Después, tras desentenderse de una acción defensiva, con Modric. Le echó un broncazo el croata, capitán y leyenda, cargado de razones. Hasta aquí hemos llegado.
El caso es que con los ánimos encendidos los dos entrenadores hicieron cambios para ganar el pase. Borja Jiménez metió a Raba, que es venenoso. Lo probó desde lejos, y respondió Lunin. Y Ancelotti recurrió a Fran García, Ceballos y al niño que venía de hacer cuatro goles en Algeciras. Gonzalo. Un delantero de última generación. El Lega buscó las contras, facilitadas en alguna pérdida absurda de Ceballos, y el Madrid atacó desbocado. Pudo marcar en dos ocasiones, obligando a Soriano a multiplicarse. Pero ya en el descuento el Madrid elaboró su último ataque con paciencia, sirvió Brahim y Gonzalo marcó los tiempos del cabezazo perfecto. Con la frente. Junto al palo. Gol de partido y eliminatoria. Honor al Lega, que llevó al Madrid al límite. Gloria a Gonzalo. La Fábrica goza de buena salud.
Escrito para Marca por José María Rodríguez
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