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Michael Jackson, el tibaseño que le corta el pelo a Joel Campbell, Kendall Waston y a medio fútbol tico

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Michael Jackson James es un tibaseño que le corta el pelo a Joel Campbell, Kendall Waston, Yeltsin Tejeda y otras figuras del balompié nacional. Por si fuera poco, se da el taco de gastarles bromas, torearles el ánimo, grabarlos y hacer circular los cómicos videos por redes sociales.

Además de su talento como barbero, su trato cercano le ha valido ser acreedor de una enorme clientela, entre la que se encuentran futbolistas, personalidades de la televisión y cantantes. Sin embargo, asegura que no tiene favoritismos y que, al contrario, las figuras públicas se sienten a gusto con él porque los trata de igual a igual.

“Kendall (Waston) sabe lo que es venir aquí a esperar una fila de siete personas. Joel (Campbell) sabe lo que es venir aquí a esperar cuatro y ninguno viene porque yo soy tal. No, no, no. O tal vez vienen con respeto: ‘Uy, vieras, tengo una reunión, ¿me ayudan?’, y todo el mundo: ‘Claro, dale’”, afirmó Jackson, dueño de la barbería Freshmatic Barbershop, en Tibás.

Sumado a esto, el espíritu bromista del peluquero ha tenido gran repercusión en redes sociales. Miles de usuarios se ríen con sus “cámaras ocultas”, en las que vacila con todo tipo de cosas a los clientes.

“Ver aquí a un Joel Campbell molestando… Mucha gente ve la parte seria de las personas, pero no saben cómo son. Y bueno aquí, en este cuadrito que usted ve, es el lugar donde todo el mundo se deja llevar; donde son ellos”, comentó.

Sin ir más lejos, el pasado 5 de enero hizo público un video grabado el día anterior a la final entre Herediano y Alajuelense, con su víctima favorita: Keyner Brown. En la grabación, Jackson se encuentra en el hotel de concentración de los florenses, cortándole el pelo a Brown. En el pequeño audiovisual, de vez en cuando el peluquero le da un beso a la cabeza de Brown, provocando la furia del jugador.

“Keyner Brown le caía mal a mucha gente y ahora por los videos lo aman. Todo el mundo me pregunta siempre: ‘Mae, ¿por qué en los videos Keyner llama a Yeltsin (Tejeda)?’. Él dice siempre que cuando Yeltsin está cerca yo soy serio, pero que apenas se va yo lo empiezo a joder. Si la gente supiera cuántos videos yo tengo en el teléfono molestando a Keiner…”, explicó el barbero de origen limonense.

Michael Jackson solo hay uno… y es peluquero

Mucho más peculiar que su forma de cortar cabello, es la personalidad e historia de vida de Jackson. A sus 39 años, él ya ha sido atleta de Juegos Nacionales, futbolista frustrado, un hábil vendedor; y un hombre que a punta de carisma y dedicación es todo una estrella de la barbería, aunque afirma que su oficio “no le gusta”.

“Yo siempre quise ser famoso, ser jugador, ser aquí, ser allá, y estar en las cámaras. Es el sueño de todo el mundo cuando está chiquitillo. Yo decía que era jugando fútbol o que era corriendo. Luego, no soy DJ, pero me encanta hacer mezclas y andan varios mixes que he hecho virales en el país con mi sello. Y di, ahora, todo lo que tengo ha sido por cortar pelo”, expresó.

Su nombre no es coincidencia ni seudónimo. La madre de Jackson es una amante de la música del Rey del pop y aprovechó el apellido de su hijo para marcarlo con un nombre que llamara la atención al instante. Eso sí, el barbero confiesa que su nombre lo avergonzó toda su vida.

“Me decían: ‘¿qué, Thriller?’, y empezaban a levantar los pies. O: ¿qué, Jackson? Tíreme un paso. ¡Ay, ay, ay! Yo no podía ir al hospital o la clínica, porque me llamaban y todo el mundo se me quedaba viendo. Pero bueno, tuve que aprender a vivir con eso”, comentó Michael con humor.

Encima, asegura que ni siquiera le gusta la música de su tocayo, pero como al que no quiere caldo le dan dos tazas, su nombre le valió hasta un reportaje de Informe 11, cuando el intérprete de Billie Jean falleció en el 2009.

Cuenta con humor que, en aquel entonces, quienes lo entrevistaron le consultaron si tenía algún póster o algo visual alusivo al cantante estadounidense. Claramente, la respuesta era un no, pero como es característico en él, supo bailar con la situación y a punta de recortes de periódico se fabricó su afiche.

Por otra parte, el sueño futbolístico del vecino de Tibás duró buena parte de su juventud, con impasse para dedicarse al atletismo (disciplina en la que participó en Juegos Deportivos Nacionales). Jackson se formó en ligas menores para ser delantero e incluso asegura que estuvo a prueba en Saprissa, pero no confiaron en su talento.

“Yo tenía chance de debutar en Segunda División (con el equipo filial de Saprissa) y al final dijeron que no, que tenían que darle más chance a los procesos. Ya tenía 20 años y tenía que darle prioridad a mi hija. Empecé a trabajar y dejé el fútbol de lado. Entonces di, como muchos dicen por ahí, me jodí la rodilla (risas)”, relató.

No obstante, su fiebre por el fútbol no murió del todo, sino que se adaptó a la arena. Hace ya varios años, el exfutbolista Juan Carlos Arguedas lo llamó para un equipo de fútbol playa. Actualmente, Jackson es jugador de la primera división de este deporte, en el cuadro de Limón, con el que recientemente quedó campeón.

Como la mayoría del equipo vive lejos de la provincia limonense, entrenan dos veces a la semana en el Proyecto Gol, a las 5:30 a. m. Según cuenta, en cada jornada de fútbol playa, todos los equipos disputan sus respectivos partidos en una misma sede.

Un oficio que le dio todo pero no lo apasiona

Jackson no tiene pelos en la lengua para enfatizar que ser barbero no le gusta; esto sin dejar de expresar el agradecimiento profundo que tiene por las oportunidades laborales y la estabilidad económica que ostenta.

Aunque lo ha hecho vivir grandes experiencias, su trabajo también lo ha privado de muchas otras. Especialmente, entre estas destaca la falta de tiempo y el hecho de que en su casa se perdió la privacidad, pues clientes entran y salen todo el día, a cualquier hora.

“Yo aprendí a hacerlo, y gracias a Dios todo lo que tengo hasta ahorita lo he conseguido por eso. Pero, no me gusta. El que me diga que ama estar de pie todo el día, que lo estén despertando a las 8 a. m.: ‘¿A qué hora se empieza?’... el que me diga que ama terminar a las 11, 12 de la noche y no dedicarle tiempo a la familia ni nada, está mintiendo”, aseveró con sinceridad el barbero, de 39 años.

Por eso es que aunque sabía cortar pelo desde el colegio, pues aprendió viendo a su abuelo, quien siempre se dedicó al oficio, no lo ejerció formalmente hasta hace 15 años. Verdaderamente, él se sentía en su salsa vendiendo.

Antes de las máquinas y las tijeras, el tibaseño trabajó en varias empresas, de las cuales la mayoría fueron tiendas. En estos comercios aprovechaba los almuerzos para peluquear a sus compañeros y ganarse una extra. Pero era eso y nada más: algo extra.

Sin embargo, tiempo después, cuando conoció a su actual esposa y comenzaron a ser pareja, esta le dio un ultimátum: “No lo quiero trabajando en tiendas”. Fue así que dejó atrás su vida como vendedor. Aquella decisión, fue la primera pieza de dominó en caer, llevándose a su paso una fila de acontecimientos que hoy lo hacen dedicar su vida a la barbería.

Confiesa que cambiar de aguas no fue tarea fácil y que nadó en el desempleo durante un tiempo considerable. Durante este periodo familiares y amigos no paraban de sugerirle que explotara su capacidad para la peluquería. Por más que se lo repitieran mil veces y de formas distintas, la idea de vivir cortando pelo no le sonaba nada convincente a Jackson.

Como suele suceder, son las acciones más que las palabras las que transforman realidades. Sugerencias sobraban, pero a Michael le cambió la vida su suegra, quien tenía una soda en San José y conversó con los dueños de una barbería colindante para que le dieran una oportunidad a su yerno.

Lo llamaron un jueves y le pidieron que se presentara a trabajar al día siguiente. Él sabía que los fines de semana eran días de gran afluencia en las barberías y nunca había trabajado con ese ritmo. Entonces aplicó una jugada que solo alguien tan sui generis podría permitirse: hizo caso omiso y se apersonó hasta el lunes.

Ese día lo recibieron los dueños del local y le pidieron un currículum, que por supuesto no tenía. Únicamente sacó su tablet y les enseñó las fotos de los cortes que había realizado a sus compañeros en las bodegas de las tiendas en que trabajó.

“El esposo de la muchacha que me contrató me dijo: ‘Venga, quiero ver lo que tanto hablan de usted. Todo el mundo lo está anunciando con bombos y platillos, venga’. Yo estaba nervioso. Me dice: ‘Córteme el pelo, a ver qué trae usted’. Y era el dueño. Me pidió un dibujo y yo, ok, empecé pum, pum, pum… Cada tres días me pedía que se lo repintara y duró casi dos meses con el mismo corte”, rememoró.

Unos años después se movió a una barbería en Tibás, por la cercanía. Allí duró un año hasta que decidió emprender solo. Inició en la casa de su mamá y con el pasar de los meses formó una clientela nada despreciable.

Entre este grupo de clientes fieles se encontraba el cuñado de Keven Alemán, un futbolista tico-canadiense que luego de formarse en el exterior llegó al país para integrar las filas del Club Sport Herediano, en 2014.

‘Infiltrarse’ en los camerinos más importantes de Costa Rica

Gracias a ese conecte, Alemán se convirtió en el primer futbolista profesional al que Jackson le cortó el pelo. El jugador se convirtió en un cliente habitual y, en 2016, cuando pasó al Saprissa, hizo una llamada que cambió la vida de su peluquero.

Keven le pidió que llegara hasta donde el Saprissa estaba concentrado para cortarle el pelo. Michael no lo dudó y aunque en aquel momento ni siquiera tenía maletas adecuadas para transportar su equipo, tomó sus máquinas, se subió a un taxi y atendió la solicitud de su cliente.

Jackson, cuyo club de sus amores es el cuadro morado, se vio en un sueño al adentrarse en la convivencia del equipo y ver pasar a figuras como Vladimir Quesada y Carlos Watson. Por dentro se lo comían los nervios, pero siguió adelante, y cuando entró en razón le estaba cortando el pelo a Maynor Escoe, Grehivin Marchena y otras jóvenes promesas del Saprissa de aquel año.

“No lo podía creer. Estoy en las grandes ligas decía yo, ¡con mi equipo!. Le corté el pelo a ellos, me vine para la casa y cuando llegue dije: ‘Señor, gracias por las puertas que me abriste’”, recordó con emoción.

A partir de ahí fue sumando a jugadores saprissistas a sus filas, y luego, otra casualidad le abrió las puertas del Team Florense. Resulta que la pareja de Keyner Brown vivía con Jackson y su familia, por lo que el herediano pasaba mucho tiempo en su casa. Luego de vencer la timidez, Brown acabó por convertirse en su cliente.

El defensor fue la puerta de entrada al camerino florense, pues solicitó los servicios de Jackson durante una concentración previa a la final del 2019 entre los rojiamarillos y la Liga Deportiva Alajuelense.

En aquella ocasión le cortó el pelo a prácticamente toda la delegación herediana, incluido a José Giacone (quien era el director técnico de ese entonces) y a Jafet Soto. De hecho, reveló que Soto es la personalidad pública que más lo ha sorprendido en su carrera.

“Mucha gente habla de Jafet Soto. Dicen que Jafet es arrogante, que Jafet es esto, que Jafet es lo otro, que tiene cara de esto… ¿Sabe qué? Sí le digo algo, Jafet es un caballero, una gran persona”, dijo con convencimiento.

Desde ese momento hizo conexiones con varios jugadores de Heredia, entre los que está Allan Cruz. Cercano a esas fechas, Cruz formó parte de la Selección de Costa Rica y nuevamente, ofrecer sus servicios en una concentración, le generó muchas oportunidades.

“Llegué y estaba estaba toda la delegación de Costa Rica: Keylor Navas, Bryan Ruiz, Celso Borges, Joel… Yo solo me quedaba viendo y pensaba: ‘Señor, ve a dónde me tienes en este momento’. Yo quería ser futbolista y lo que el de arriba tiene predestinado para uno, uno nunca lo sabe”, declaró.

Durante esa concentración le cortó el pelo por primera vez a Kendall Waston, a quien admiraba mucho y quien le dejó una anécdota que aún no olvida. Después del nerviosismo que significó aquel trabajo, Waston lo elogió y hasta le preguntó si asistía a conferencias de barberos.

De igual manera, ese día laboral significó el inicio de una relación cercana con Joel Campbell, que se extiende hasta la fecha.

Sin buscarlo, Jackson no solo terminó siendo cercano a figuras que veía por la televisión, sino que se convirtió en un espectador privilegiado de los camerinos del fútbol nacional. Pocos como él conocen las dinámicas y confidencias de los principales equipos del país.

Él, como nadie, es testigo de la popular frase: “Lo que pasa en la cancha se queda en la cancha”, pues sin importar los colores, riñas y demás situaciones, todos terminan sentados en su barbería.

De acuerdo con el barbero, La Liga y Saprissa son grupos muy serios, con cierta solemnidad institucional. Mientras tanto, define a Herediano como un conjunto muy cercano, en el que sin perder la seriedad del trabajo, impera un ambiente amistoso y alegre.

“Ellos son personas comunes y silvestres. Mucha gente los idolatra, los ven y dicen: ‘Wow, jugadores de Primera División, son lo máximo. Y si usted se sienta hablar con cualquiera de ellos, usted ve la humildad que tienen muchos”, expresó.

Misma humildad es la que destila Jackson, quien, al igual que muchos de sus clientes, ya es toda una estrella. Su hospitalidad hace que suene hasta raro mencionar a Freshmatic como una barbería, y no porque le falten atestados o calidad. El negocio de Michael Jackson es como un hogar, más allá de que estructuralmente está ubicado en su casa. A él acuden muchísimas personas de todas partes del país, juegan play, ven una serie o simplemente se unen a la inacabable y divertida tertulia que el peluquero genera con total espontaneidad.

Algunos de ellos, incluso, terminan compartiendo el almuerzo que prepara su esposa, como si fueran un miembro más de la familia. Sí, Jackson sabe manejar a la perfección los implementos de barbería, pero en lo que no tiene rival, es en generar una experiencia que haga que Kendall Waston o Joel Campbell no cambien de barbero por ninguna razón.

“Mucha gente me dice: ‘Mae, ¿por qué usted no se expande? ¿por qué no hace algo más grande?’. Pero la esencia mía ahorita mismo es esta, a la gente le encanta este huevito, este espacio y la pasa muy bien acá”, sentenció el barbero, quien al igual que el Rey del Pop, es uno de esos personajes que nace una vez cada cien años.

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