Real Madrid: gana al Brest (0-3) y al fondo, el Manchester City
Entre el frío, el estado del césped y que en ningún momento de la noche salieron las cuentas, el Real Madrid ganó al Brest en un ejercicio profesional, algo burocrático y como sin muchas ganas, pero con mucha suficiencia. Ahora tiene que esperar a que el sorteo le empareje con el Celtic de Glasgow o con el Manchester City. No puede haber dos mundos más antagónicos, dos rivales de un nivel tan distinto que el azar se convierte ahora en un factor fundamental para el devenir de la Champions y para la tranquilidad o no en febrero del equipo de Carlo Ancelotti. De todos modos, ya sabemos que no hay Champions sin un City-Real Madrid de por medio.
Contra el Brest, el equipo blanco ganó porque Rodrygo por la izquierda es una delicia y porque en la segunda mitad se fabricó una contra maravillosa que empezó Mbappé sin tocar la pelota. Puede que el Madrid tenga a los tres delanteros del mundo que mejor atacan por la banda izquierda.
Más tarde, Rodrygo volvió a marcar el tercero. Está en un momento en el que Ancelotti va a tener que apostar por él también en los duelos grandes que lleguen y buscar otra manera de equilibrar el equipo. El brasileño es un futbolista diferencial cuando está fino y, en un partido que se jugó a una velocidad menor, sus arranques fueron como si el encuentro se pusiera un par de velocidades por encima. Más o menos lo que se hace ahora con las series en Netflix para pasar las partes más aburridas. Rodrygo fue eso: el futbolista que consiguió que nos olvidáramos de los minutos más aburridos del encuentro.
No necesitó mucho más el Real Madrid para ganar el partido. Ancelotti pidió ganar y dejarse de cuentas, y eso hicieron los suyos cuando llegaron a la portería rival. Así, no será un partido especialmente recordado, pero con el resultado el Real Madrid limpia su irregular papel en esta primera fase. Ha ido de menos a más. Hace solo un par de meses, un partido así se le habría complicado de mala manera. Esta vez, no sucedió nada. Como en Valladolid, como está haciendo el Madrid en los partidos frente a rivales más débiles, controló la situación sin más riesgos que un gol del Brest al comienzo de la segunda mitad, que fue anulado por un fuera de juego al límite.
En ese gol, el remate llegó entre Lucas Vázquez y Tchouameni. El lateral fue titular y el centrocampista también, pero en la defensa. Alaba salió después, y una de las incógnitas de este Madrid para el cruce es qué va a hacer Ancelotti con Tchouameni si Alaba regresa: ¿volverá al centro del campo? Parecía que su hombre en esa posición sería Ceballos, aunque en Francia el que jugó fue Modric. El Real Madrid juega el sábado contra el Espanyol y es probable que Ancelotti quisiera dar descanso a Ceballos, o quizá todavía no ha decidido qué centro del campo quiere.
Ceballos salió después, porque Ancelotti fue mucho más rápido con los cambios que otras veces, de lo sencillo que lo vio. Después del tanto anulado al Brest, marcó Bellingham y, a partir de ahí, lo que tuvo más emoción fue ver cómo iban sucediéndose los resultados en los otros partidos e iban cambiando los posibles rivales de la siguiente eliminatoria. El Brest, pese a todo, no dejó de intentarlo, pero no le sobra calidad al sorprendente equipo francés y sus remates fueron más bien tímidos.
La guerra de los aficionados era silbar a Mbappé, al que tienen como enemigo. No marcó el francés, aunque tuvo un par de ocasiones buenas para hacerlo. A cambio, estuvo en la génesis de los dos últimos goles del Madrid.