Este es el campo de fútbol más surrealista del mundo: tan raro que nadie quiere jugar en él
El mundo del fútbol encierra secretos increíbles. Este deporte nos ha dejado para el recuerdo jugadas impactantes, goles imposibles, polémicas arbitrales o majestuosos “tifos”, pero también los estadios forman parte de su historia. A lo largo y ancho del planeta, existen campos grandes y pequeños o aquellos donde se consumaron hazañas increíbles pero también hay otros que simplemente han alcanzado fama mundial por ser excepcionales o incluso esperpénticos.
El Estadio Mmabatho se levantó en 1981, es tan rematadamente extraño que ni su autoría está clara, era una época obscura de Sudáfrica, y mientras algunos señalan a ingenieros soviéticos como los perpetradores de esta gran obra otros aseguran que fueron israelíes.
Las gradas divididas en bloques, formando un rombo visto desde arriba, hacen de la arquitectura del Estadio Mmabatho su rasgo más importante. Visto desde el cielo ya es extraño, pero a ras de suelo su apariencia es aún más insólita. No hay un anillo de gradas como tal. Los graderíos son como planchas superpuestas de una forma aparentemente anárquica. Por suerte o por desgracia, este estadio no fue sede del Mundial de Sudáfrica en 2010, y el mundo se quedó sin poder conocerlo.
La extraña disposición de los asientos lo hizo famoso en todo el mundo, pero a día de hoy solo sirve como una suerte de monumento, ya que no se pueden realizar eventos deportivos profesionales en un lugar anticuado y mal mantenido. Eso sin tener en cuenta los graves problemas de visibilidad.
De acuerdo a los profesionales, el concepto es poco convencional y va en contra de casi todos los principios básicos del diseño de estadios, pero aún así lo construyeron. Los ángulos agudos, la geometría peculiar y el hecho de que las tribunas están demasiado lejos del campo hacen de Mmabatho sea odiado por los aficionados al fútbol.
El estadio, con capacidad para 59.000 personas, fue construido en el norte de Mahikeng, Sudáfrica. La forma del estadio es incomparable a cualquier otra instalación, con la excepción de... Estadio Odi , construido a 245 km de distancia. Un hermano gemelo que en la actualidad está prácticamente derruido.
Aparte de que hace 40 años no habría tenido sentido construir estadios tan grandes en este lugar, ninguno de estos dos estadios acoge actualmente a ningún equipo de forma permanente.
Lo llaman 'el Elefante Blanco' por algo: cuesta mucho y no da nada a cambio, una construcción majestuosa e inútil.