Leganés, 1 - Atlético, 0. La racha de victorias rojiblancas termina en Butarque
Bombazo en Butarque. Allí cayó el líder de la Liga, que llegaba con quince victorias consecutivas y primero se estrelló contra la madera y después con un Leganés colosal en defensa y que supo encontrar el gol del triunfo a balón parado, igual que hizo hace unas semanas en Montjuïc ante el Barcelona, al que también se enfrentó cuando estaba en lo más alto de la clasificación. Fue en un córner sacado por Raba y que remató Nastasic muy solo dentro del área. Tenía la marca de Pablo Barrios, pero muy blandita, y únicamente tuvo que meter la cabeza con el alma para superar a Oblak.
Desde ahí, el Leganés creyó que otra hazaña era posible y tuvo más y mejores ocasiones que su rival. Juan Cruz pudo haber anotado incluso el segundo en un remate después de un recorte que se le fue algo desviado. El Atlético estuvo mucho tiempo en shock después de recibir el tanto al volver del intermedio algo destemplado. Había hecho méritos en la primera mitad, pero regresó del descanso con menos energía y eso lo aprovechó el «Lega» para tomar una ventaja que finalmente sería definitiva.
Simeone esperaba un partido de larga distancia y sabía que sus cinco cambios podían inclinar la balanza hacia el triunfo rojiblanco, aunque solo fuese por costumbre después de quince seguidos.
Pero esta vez las fichas que metió en la segunda mitad no modificaron gran cosa. Ni Correa, hombre talismán cuando entra de refresco, ni Koke, Llorente, Lino y Adrián Niño, el canterano que ocupó el puesto que le hubiera correspondido a Sorloth de no haber sido baja. El ex de Real y Villarreal le hubiera venido bien al Atlético para enchufar uno de los balones colgados que llegaban desde las bandas, pero al líder se le olvidó la puntería en su visita a Butarque. Ni desde el punto de penalti acertó Griezmann, que tuvo esa opción por una mano de Sergio González muy dudosa dentro del área y que el VAR escudriñó para llamar a Melero López y mostrársela. El videoarbitraje aparecía al rescate del Atlético, pero el francés mandó la pena máxima fuera para confirmar que su tarde se había ido estropeando.
Muy lejos quedaban sus primeros remates en el amanecer del partido, cuando los dos equipos intercambiaron golpes a campo abierto y con mucho ritmo. En ese escenario surgieron los dos porteros para frenar a los delanteros. Oblak arregló una cesión malísima de Le Normand y Dmitrovic volvía a ser el de Montjuïc, sacando los balones que no despejaba la madera. Hasta tres veces se estrelló con los palos el Atlético. Julián Álvarez fue el primero, y después Griezmann, en un remate por abajo, tirándose al suelo, al palo corto, buscando una rendija. Se chocó con la madera, volvió a rematar tras el rechace y ahí apareció de nuevo el muro amarillo, que era la camiseta de Dmitrovic. La tercera madera fue de Gallagher, que podría estar en fuera de juego y que se fue sustituido en el descanso sin haber hecho ruido.
El Atlético respiraba por la banda derecha, con Giuliano incansable, poniendo balones y tirando desmarques una y otra vez. Se podía pensar que el gol de los visitantes llegaría de un momento a otro, y lo que sucedió fue que el Leganés aguantó, defendiendo bien en bloque bajo y saliendo con Miguel de la Fuente como ancla solitaria en ataque entre los dos centrales rivales. Fallaron sus ocasiones los rojiblancos y acertó con la suya el Leganés, que ya se sabía la receta para derrotar al líder de la clasificación. En la charla previa, en el vestuario, gritaron que podían repetirlo y lo hicieron.