«La dignidad está por encima de todo»: la renuncia de Beni Besale al banquillo del Moralo
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Benito Pineda (Beni Besale) no se sentará en el banquillo del Moralo , conjunto extremeño de Tercera RFEF, en el duelo de este fin de semana ante el Pueblo Nuevo porque el entrenador, según anunciaba el club el pasado jueves, presentaba su renuncia al presidente y la junta directiva «por motivos personales». Una marcha, según ha podido saber este periódico, salpicada de una de esas intrahistorias que rodean el mundo del fútbol y sus vestuarios, también el de las categorías inferiores. «La decisión no ha sido tomada de forma precipitada, sino en base a discrepancias y desacuerdos con ciertas decisiones deportivas adoptadas por la junta directiva del club», explicaba este viernes el técnico en un comunicado publicado en sus redes sociales. En ese texto, añade que «estas diferencias se apartan de la visión y los principios que considero esenciales para el desarrollo óptimo del proyecto deportivo». Jugador durante una década del conjunto de Navalmoral de la Mata, Beni Besale se incorporaba al club como técnico del equipo filial después de disputar dos temporadas consecutivas el playoff de ascenso a Tercera RFEF con el Jaraíz. El entrenador daba el salto al primer equipo después de conseguir que el Moralo B quedara no solo por primera vez en su historia por encima del décimo puesto, también que disputara el playoff de ascenso. Este jueves rompía su relación con su entidad. «No ha dejado que le hagan la cama», explica a este periódico una fuente conocedora de este divorcio. Según ha podido conocer ABC, las diferencias con el presidente Horacio López y la dirección deportiva comenzaron después de que Beni Besale aceptara la propuesta del club para sumar un nuevo ayudante a su cuerpo técnico, Samuel Pérez, hermano de un conocido futbolista de Primera división y que en principio llegaba al Moralo para dirigir al equipo juvenil. Ni el entrenador ni sus colaboradores pusieron objeción alguna a su incorporación, pero en su primer partido ya se vivió un primer roce entre ellos por la excesiva 'fogosidad' del nuevo miembro del cuerpo técnico. Aquel encontronazo que no fue a más, aunque Beni Besale dejó claro tras ese episodio que el que mandaba en el vestuario era él. Una paz que se rompía el pasado fin de semana, cuando volvieron a surgir nuevas desavenencias con Samuel Pérez, que llegó a Navalmoral de la Mata tras trabajar en las categorías inferiores del Leganés y al que en la localidad cacereña muchos veían ya postularse como el entrenador del primer equipo para la próxima temporada. «Veremos si con lo que ha pasado no es incluso antes», vaticina un veterano aficionado del equipo. Tras la tensión vivida en el último partido, Beni Besale comunicaba el pasado lunes a la directiva y a la dirección deportiva que no quería la continuidad de Samuel Pérez en su cuerpo técnico, una petición que sorprendió en el club, desde donde se recordaba al entrenador que él había dado el visto bueno para su incorporación. «Me dijeron que yo había aceptado, pero yo tengo dignidad y me visto por los pies. Cuando intentan pasarme por encima, el tonto, puede ser tonto, pero a veces se cansa», explica el técnico en conversación con ABC, en la que agradece a la directiva el trato dispensado durante estos años. También en esta temporada, «en la que me han mantenido» a pesar de que las cosas no han rodado como se esperaba y el equipo ha estado varias jornadas en la zona peligrosa de la clasificación, aunque actualmente está en mitad de la tabla con 21 puntos , cinco por encima descenso (faltan 17 jornadas). «Ojalá, aunque yo ya no esté, el equipo sí esté donde se merece porque el trabajo de los jugadores es espectacular». Y Beni ya no está en el vestuario porque el miércoles, dos días después de que el entrenador comunicara que no quería la continuidad de Pérez, se reunía la junta directiva del Moralo, desde donde se traslada al entrenador la decisión de que el nuevo ayudante debía seguir en el cuerpo técnico. Una invitación a un adiós premuturo. «Les dije que mientras yo fuera entrenador del Moralo no iba a estar en mi vestuario y el miércoles por la noche decido que dejo de serlo. Igual que se pierde la confianza en un jugador o en un entrenador, también se puede perder la confianza en un ayudante y buscar una solución». Pero el arreglo no llegó y la situación ha conducido a una salida que va acompañada de sus dos hombres de confianza en el vestuario, Miguel Rubio Toribio , el segundo entrenador, y Rubén Tornero , analista. «Me voy con pena porque es el equipo de mi pueblo y siempre he cumplido los objetivos que me han encomendado, pero la dignidad está por encima de todo», afirma Beni Besale.