España disfruta ochenta minutos y sufre diez contra Dinamarca
España juega con la seguridad que impone el escudo de la campeona de Europa. Da igual que le falten varios de sus jugadores más importantes. La esencia se mantiene y el espectador no tiene motivos para la queja.
No importa si en lugar de dos extremos veloces y desequilibrantes como Nico Williams y Lamine Yamal juegan Baena y Oyazarbal, dos jugadores que miran más hacia dentro y prefieren la asociación al regate. Y si en lugar de Morata juega Ayoze tampoco pasa nada. Tampoco sucede nada si sólo tres de los titulares lo fueron también en la final de la Eurocopa.
Todo encaja con la naturalidad que da que las cosas funcionen siempre. La confianza de los titulares en la Eurocopa se extiende al resto. Ayoze no tardó mucho en demostrarlo con un disparo al poste que avisaba a Dinamarca de lo que se le venía encima.
Y Oyarzabal lo confirmó al cuarto de hora de partido. El gol nació de una pelota robada por Merino, porque la confianza no hace que los internacionales españoles se olviden de trabajar, pasó por Ayoze y acabó en el remate de Oyarzabal, que ejercía de capitán por segunda vez desde el comienzo.
España dominaba con el pase en corto y la combinación entre sus jugadores de ataque y a los daneses no los quedaba más remedio que aguantar. Intentaban acercarse a la portería de David Raya, pero les costaba.
La selección española sólo necesitaba un punto para asegurarse el primer puesto en el grupo y jugar en casa el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Naciones que se juegan en marzo. Pero Luis de la Fuente ya advirtió de que todos los partidos son importantes, aunque no lo parezcan. Porque la importancia no sólo se mide por victorias. También por los jugadores que se incorporan. Como Ayoze, que marcó el segundo tanto después de un pase de Dani Olmo que le dejó en posición de encarar a Schmeichel. O como Zubimendi, que dio el pase que comenzaba la jugada de ese segundo gol y que encuentra el sitio que no tenía gracias a la lesión de Rodri. Dani Olmo volvió a demostrar por qué todos los entrenadores confían él. Remata y pasa con la misma facilidad.
El nuevo delantero del Villarreal justificó la confianza que le ha demostrado De la Fuente, que lo llevó a la Eurocopa cuando todo el mundo suponía que iba a ser uno de los descartes de la lista original. Y lo hizo jugar unos minutos contra Italia en la primera fase. Fue su única aportación al campeonato, después se lesionó y fue un espectador más, pero De la Fuente sabe lo que puede esperar de él.
España es la campeona de Europa y lo demuestra a cada momento. Por intensidad y por juego. David Raya apenas tuvo que usar las manos y cuando se acercó Dinamarca con algo más de peligro, el remate de Isaksen fue a estrellarse contra la parte interior del poste. Hasta que el partido se hizo otro en los últimos minutos.
Para que nada se escapase, De la Fuente metió en el campo a Pedri, a Fabián, a Morata y a Nico Williams. Y con ellos, Marc Casadó, otro de esos futbolistas que el seleccionador quiere sumar al grupo. La parte negativa es que Zubimendi y Baena se marcharon lesionados, porque no siempre las cosas salen como se tienen planeado. El jugador del Villarreal se marchaba llorando del campo.
A veces las cosas tampoco son tan sencillas como parecen. Cuando más titulares tenía España en el campo, más problemas tuvo contra Dinamarca. Pero los problemas se los crearon ellos solos los jugadores españoles. Fabián no vio que Isaksen estaba cerca de David Raya cuando le entregó el balón y al portero español no le dio tiempo a despejar. Marcó el extremo danés, que en ese momento encontró la ilusión que le faltaba a su equipo.
Isaksen se convirtió en un tormento para Pedro Porro en el costado derecho de la defensa española. Por allí llegaba el peligro de los daneses, que se acercaron al empate en los instantes finales. Skov Olsen disparó desde el borde del área y entonces sí tuvieron que aparecer las manos de David Raya para despejar a córner. Subió Schmeichel a rematarlo, pero ahí estaba otra vez David Raya.
España cambió su estilo en los últimos minutos. Con el empuje de Dinamarca y con jugadores más veloces arriba, intentó explotar el contraataque. Pero le faltó precisión a Nico Williams para encontrar a Morata.
Le faltó a España ese tercer gol que le podía haber dado la tranquilidad, pero demostró otras cualidades para saber aguantar el resultado que le da el primer puesto del grupo.
La selección de De la Fuente sigue demostrando por qué es campeona de Europa.