Derrota del Juvenil A ante el Castro
El LN no logra romper la racha cayendo 2-0 en Mioño Estación.
CASTRO CF: Jaime, Diego (Ander, 60), Iker Sagredo, Xabier, Ekaitz, Hodei (Widing, 70), Oier (Asier, 70), Adrián, Iker Rguez., Iván (Rubén, 54) y Andrés (Odei, 54).
CD LAREDO: Raúl, José Luis, Viti, Guille, Coru, Samu, Piedra (Marcos, 65), Hodei (Darío, 73), Manu (Unax, 50), Higuera (Narci, 50) y Marco.
Partido correspondiente a la trigésima jornada en Liga Nacional Juvenil, disputado en el campo de Mioño Estación.
Dirigió el encuentro el árbitro Alberto Gallo Bocos. Mostró tarjeta amarilla a Diego por parte local y a Marco y Manu por parte visitante.
GOLES:
1-0, min.20: Hodei
2-0, min.58: Oier
El Juvenil A no logró en Mioño Estación la ansiada victoria que se le está resistiendo en las últimas jornadas, cayendo por 2-0 ante el Castro FC, manteniéndose el equipo pejino en la octava plaza de la clasificación.
El partido fue intenso, difícil y muy competitivo. Empezó peor el Laredo, al que le costaba ganar duelos y caídas, siendo aspectos importantes en un campo pequeño como el de Mioño. A los veinte minutos y producto de una falta, el Castro se adelantaba con un lanzamiento por la escuadra donde nada pudo hacer Raúl. Un golazo.
Con el paso de los minutos fue mejorando el Charles, generando más fútbol. Varios acercamientos y tiros de Piedra e Higuera y acciones de Manu y Coru por dentro, destacando un centro lateral que no se pudo rematar y varios saques de banda y de esquina con peinadas. Un remate claro de Guille se marchó fuera y otro remate de Piedra se iba blando a las manos del portero, en unos últimos diez o quince minutos de la primera mitad donde tuvo más trabajo el guardameta local.
El Laredo comenzó bien la segunda mitad, metido en el partido y acercándose al área rival, pero en una salida de balón con José Luis conduciendo, era zancadilleado sin que nada señalara el colegiado anotando el Castro el segundo.
Con más pundonor que cabeza intentaba llegar el Charles, sobre todo con ataques directos, pero sin poner en apuros al portero rival, perdiendo ritmo el partido hasta el pitido final.