El Barça, sin unión y sin liderazgo

No dudó Ronald Koeman tras perder ante el Real Madrid en denunciar todas las acciones en las que se ha sentido perjudicado por el VAR, las mismas en las que no ha pasado por alto una alarmante falta de liderazgo en el equipo azulgrana, en plena reconstrucción tras la salida de varios pesos pesados e inmerso en una guerra con la directiva a causa de la rebaja salarial que trata de imponer Bartomeu. La actitud de la plantilla transmite cierta dejadez y escasa implicación que se puede constatar en jugadas puntuales en las que en los tiempos de bonanza se palpaba el compañerismo típico de los equipos campeones. La brecha abierta en la caseta tras las diferencias entre varios miembros a la hora de negociar renovaciones y rebajas en tiempos de pandemia se traslada al terreno de juego, donde los capitanes dejan de ejercer su rol, importante cuando el balón no está en juego. Detalles como no presionar al árbitro o no defender a un compañero cuando sufre el acoso de un rival son ejemplos rotundos que sirven para explicar el deambular de un equipo falto de líderes. Sucedió ante el Sevilla, el Getafe o el Real Madrid. Ante los hispalenses, el Barcelona reclamó un penalti de Diego Carlos sobre Messi (min. 92) que ningún jugador azulgrana le protestó a Gil Manzano. Las quejas tampoco se producen cuando la jugada les perjudica, como ante el Getafe cuando Soto Grado estimó penalti por una falta de De Jong a Djené. La afición culé echó en falta la presión sobre el colegiado, tanto como que nadie acudiera en auxilio de Pedri cuando Cabaco le hizo una fuerte entrada o cuando Nyom acosó al joven Ansu Fati con un marcaje al borde del reglamento. La imagen de los dos menores de edad, solos ante futbolistas mucho mas curtidos, constata la carencia de empatía y unidad en un vestuario en el que cada uno va por lado. Las mismas que se transmitieron cuando vieron la luz unas imágenes de Pedri abandonando en taxi el Camp Nou tras su debut en Champions ante el Ferencvaros el pasado martes. «¿Ningún crack puede llevarle en su coche a casa?», se preguntaban los azulgranas en las redes sociales. El rol de Messi Ante el Madrid nadie presionó a Martínez Munuera tras una entrada de Casemiro sobre Messi dentro del área que el árbitro pasó por alto, unas manos de Varane que pudieron ser penalti o cuando acudió al VAR a comprobar el agarrón de Lenglet sobre Ramos que acabó en pena máxima. Una falta de liderazgo que prosiguió cuando después del partido, tras caer ante el Real Madrid de una forma polémica, Sergiño Dest fue el encargado de dar las primeras impresiones. Un joven y recién llegado mientras los capitanes se marchaban a vestuarios. Después hablaba Busquets, pero llama la atención no escuchar a Piqué o a Messi en un momento tan delicado. Precisamente, el rol del argentino empieza a ponerse en tela de juicio. Si hasta este pasado verano solo aparecía puntualmente, desde que Bartomeu le vetó la salida parece haberse desentendido de su papel como capitán primera cara visible de la plantilla.