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Un Madrid sublime se pasea en Yeda

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Diez meses después de su inesperado e ilusionante regreso al banquillo del Real Madrid, Zidane está a noventa (o ciento veinte) minutos de volver a levantar un título como entrenador blanco. De conseguirlo, lo hará con los mismos jugadores con los que ya creía que no era posible ganar nada, motivo por que el presentó su dimisión solo cinco días después de ganar en Kiev la Decimotercera, el 26 de mayo de 2018. No hay deporte más veleidoso que el fútbol. La victoria de los blancos ante el Valencia fue un bonito paseo nocturno en Yeda, en mitad de una brisa agradable de noche de verano y ante un estadio precioso, pero medio vacío. Esa fue la primera noticia, las muchas butacas vacías que se vieron el King Abdullah Sports City. Extraño, si tenemos en cuenta que la Federación anunció en las horas previas que casi todos los billetes se habían vendido, pero la realidad es que solo hubo 40.877 aficionados sobre un aforo de 62.000. No estamos ante un torneo de verano, pero lo podría parecer. La segunda novedad de la noche fue el once de Zidane, apostando por cinco centrocampistas y con Jovic como único referente de ataque. Fue su brillante solución ante tanta baja, y de qué magnitud, en el ataque blanco. Sin Benzema, Bale, ni Hazard el Madrid se presentó en Yeda como si el Barcelona lo hiciera hoy contra el Atlético sin Messi, Suárez y Griezmann. Por suerte para los blancos, toda su colección de excelsos centrocampistas y mediapuntas estaba lista y fina, y ahí le ganó la semifinal Zidane a Celades. Fue un monólogo en la posesión, acrecentado por un ritmo bajo de partido y déficit de tensión en los jugadores del Valencia. Hasta el minuto veinte no pasaron de medio campo, encerrados en su área mientras el Madrid movía la pelota de un lado a otro sin oposición ninguna. Y en ese escenario, cuando el equipo de menor talento no le mete intensidad ni ritmo al partido, al final gana la calidad. Y la inteligencia. Justo la que mostró Kroos para abrir el marcador en el minuto 15. Mientras Jaume y los centrales Garay y Paulista discutían cualquier nimiedad con Gil Manzano, el alemán se preparaba para botar un córner, y lo hizo aprovechándose de la relajación del portero y de los centrales para introducir el balón en la portería. Yeda no es Anfield ni Liverpool, pero lo pareció durante unos segundos. Gol olímpico. El 0-1 hacía justicia al claro dominio del Madrid, más enchufado que un triste Valencia que ni siquiera era capaz de encadenar media jugada de ataque. La superioridad de los de Zidane se duplicó en el marcador cinco minutos antes del descanso. Legada a línea de fondo de Carvajal, pase atrás a Modric, disparo del croata que repele el trasero de Garay, y en el rechace Isco bate a Jaume con un suave pase a la red con el interior de su bota derecha. Justo premio para el andaluz, que fue uno de los mejores y que lleva un último mes y medio dulce. Un remate suyo de cabeza al palo, bordeando el 45, pudo poner el tercero justo antes del descanso. Admiración por Isco Isco se llevó las mayores ovaciones de una grada silenciosa, muy alejada de la pasión occidental en un campo de fútbol. En Arabia el fútbol se ve como quien observa Las Meninas en el Prado. Boca abierta y algún que otro gesto con la mano de admiración y respeto. Hasta los goles se cantan en voz baja, como si diera reparo tener algún gesto de efusividad o alegría. Aquí las formas mandan demasiado. El repaso del Madrid al Valencia se prolongó en la segunda mitad. Los mini rondos que generaban los cinco centrocampistas blancos, unido al trote cansino y desganado de los de Celades, no tenía otro destino que un marcador más abultado. Y eso pasó en el 66’, con un delicatesen de Modric. Dentro del área, ante Gayá y Garay, bicicleta y remate con el exterior de su bota derecha al palo largo de Jaume. 0-3 y semifinal sentenciada, si no lo estaba ya. Es el quinto gol de Luka en este curso, su mejor marca como jugador del Real Madrid. Curioso el dato, justo en la temporada en la que el croata ha dejado de ser titular incuestionable. Como la victoria blanca, con minutos inclusive para Marcelo y James, tras uno y dos meses fuera del equipo por lesión, respectivamente. Ni el gol de Parejo en la prolongación, por un penalti señalado por el VAR, supuso un resbalón en el paseo del Madrid en Yeda. Ya espera nuevo acompañante para el domingo.
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