Los Sevilla-Atlético de Madrid se han convertido, desde hace unas temporadas, en un clásico del fútbol caliente e intenso, duelos en los que la victoria deja un regusto especial a los aficiones. Encuentros en los que siempre hay ganas de revancha y episodios pasados que saldar. La cita de esta noche no tuvo nada que ver con la anterior, en la que los andaluces bajaron a los madrileños de la Copa. Este domingo aparecieron Oblak y Diego Costa, ausentes en la vuelta de aquella eliminatoria, y el conjunto de Simeone ganó seguridad y capacidad de intimidación. Ambos resultaron decisivos para la victoria, el guardameta salvando un mano a mano inicial ante Muriel y el delantero desquiciando a los sevillistas y abriendo el marcador. Un triunfo de prestigio con triplete de Griezmann que aviva el sueño de luchar la Liga al Barcelona.
El Atlético se presentó en el Pizjuán presionado por la goleada sabatina del Barça. Amarrar los tres puntos era misión obligatoria para seguir la estela del Barça y avisó primero con Koke, pero fue el Sevilla el que asustó de verdad. Los de Montella convirtieron el primer cuarto de hora en un monólogo de posesión sin puntería. Muriel, solo ante Oblak en el minuto 3, desperdició la ocasión de adelantar a su equipo porque el esloveno volvió a agigantar su figura. El técnico italiano de los hispalenses no se guardó nada. Once de gala pese a los kilómetros acumulados en Europa por un Sevilla que repitió la foto inicial presentada ante el Manchester United. El esfuerzo pasó factura y Jesús Navas, incisivo hasta entonces, aguantó sólo un cuarto de hora. Un problema en el gemelo le mandó al banquillo y su ausencia coincidió con el cambio de rumbo del duelo.
El conjunto madrileño supo sufrir el acoso inicial y Diego Costa empezó a exhibir su innata habilidad para desquiciar a los rivales. Peleón en cada balón, se ganó una amarilla a la media hora porfiando con los defensas y, en el saque de la falta, una desconexión de Banega condenó a los andaluces. El argentino se despistó y el delantero le robó la pelota en el área para abrir el marcador, el calvario sevillista empezó en esa jugada.
Griezmann se inspiró en la acción de Diego Costa y conectó un soberbio derechazo que se coló por la escuadra antes del descanso. No hubo capacidad de reacción para el Sevilla porque a los cinco minutos de la reanudación Costa, otra vez él, fue derribado por Rico en el área y el Atlético, en la jornada 25, disfrutó de su primer penalti en la Liga. Griezmann no falló.
El francés regaló con un taconazo el cuarto gol a Koke, que nació en otra grave error defensivo de Mercado, y redondeó una noche feliz para los madrileños firmando el quinto. Con todo resuelto y después de caer en la relajación, algo que no gustó a Simeone, los tantos de Pablo Sarabia y Nolito maquillaron un triunfo contuntende que invita a soñar a los colchoneros.
