Toledo reúne a más de 200 practicantes de esgrima histórica de 25 salas de armas de España, Portugal e Italia

El pasado domingo, en Tavera, más de 200 practicantes de esgrima histórica provenientes de 25 salas de armas de toda la geografía española, Portugal e Italia participaron en la undécima edición del Encuentro 'Reyno de Castilla', organizado por la Asociación Cultural Esgrima Antigua de Toledo. La jornada comenzó con una conferencia de Manuel Valle Ortiz, que encabeza el equipo de AGEA-Editora, una editorial gallega especializada en la búsqueda de antiguos tratados, en fondos privados y públicos, muchos de ellos aún por encontrar, que posteriormente publican en cuidadas y comentadas ediciones que nutren las bibliotecas de la cada vez más numerosa comunidad de esgrima histórica. A continuación, hubo una breve entrega de diplomas a los maestros participantes en el 'XI Reyno de Castila' y un reconocimiento muy especial al prestigioso escultor Salvador Amaya , que encuentra en la esgrima antigua y en la plasticidad de su práctica una fuente de inspiración para su trabajo. Asimismo, de la mano del alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, también recibieron un merecido homenaje los veteranos artesanos espaderos toledanos Juan Ricas Salvatierra y Antonio Arellano Pulgar . Velázquez destacó que iniciativas como la del 'Reyno de Castilla' complementan la agenda cultural de la ciudad de cara a su candidatura como Capital Europea de la Cultura en 2031. Seguidamente el alcalde, con una espada ropera en su mano, dirigió el saludo inicial que dio comienzo a la clase conjunta que impartieron en los patios de Tavera el maestro italiano Fioretto Luca Basile y el maestro Español Aitor Blanco. Ambos explicaron las diferentes técnicas que ambas escuelas desarrollaron durante el siglo XVII y XVIII para oponerse entre sí. Tras la clase, se celebró una sesión de combates o asaltos libres, donde sin ánimo competitivo los asistentes, pertrechados de sus espadas y protecciones, intentan poner en práctica en un asalto real las técnicas aprendidas en las clases. Los turistas que visitaban Tavera quedaron admirados por el ambiente y los juegos de armas que se desarrollaban en un marco incomparable. El estudio de la esgrima se remonta al siglo XIV La esgrima antigua o histórica es una disciplina marcial englobada en las conocidas HEMA (Historical European Martials Arts), que estudian la esgrima como el arte marcial que fue en la antigüedad, mucho antes de que se convirtiera en un deporte olímpico. Los diferentes clubes y asociaciones, que desde el rigor más absoluto se dedican a esta apasionante actividad, analizan los antiguos tratados que han llegado hasta nuestros días y llevan a la práctica las técnicas que en ellos se describen con réplicas de las espadas históricas que se pueden encontrar en museos. Estos simuladores deben respetar fielmente los pesos, equilibrios y dimensiones de las espadas históricas. La equipación la conforman caretas, guantes y demás protecciones, además de una característica indumentaria que recuerda a los últimos esgrimidores clásicos del siglo XIX. Su estudio se remonta hasta principios del siglo XIV, fecha en la que está datado el 'Manual I.33', también conocido como 'Tratado Walpurgis', un texto medieval acompañado de bellas ilustraciones y donde aparecen monjes y una misteriosa dama, esgrimiendo y usando sus espadas junto a un broquel, un pequeño escudo circular que protegía la mano que empuñaba la espada. Este tratado supone el punto de partida para estos entusiastas de la historia de la lucha con espadas. En España, el esplendor de la esgrima llegaría más tarde, a mediados del siglo XVI, cuando el sevillano Jerónimo Sánchez de Carranza escribió «De la Philosophia de las armas y de su destreza, y de la aggressión y defension christiana», conocido como 'Verdadera Destreza' desde su publicación. Nació por la necesidad de aplicar los conocimientos matemáticos y filosóficos del Renacimiento a la Destreza común que imperaba en España, elevando a Ciencia de las Armas el uso de las espadas y su enseñanza. Hoy, la espada, lejos de ser aquel instrumento creado para defenderse y herir al prójimo, se ha convertido en una particular máquina del tiempo que pone la historia en nuestras manos, convirtiéndose en una herramienta que fomenta la fraternidad, el hermanamiento y el enriquecimiento mutuo. Es comúnmente conocido, además, que Toledo fue durante siglos sinónimo de espada. Tal era su prestigio que en todo el mundo se conocían e incluso se llegaban a imitar las espadas fabricadas por los artesanos toledanos. Sin embargo, lo que no todo el mundo sabe es que uno de los últimos tratados de esgrima española lo escribió Jaime Merelo y Casademunt en 1862 en el corazón de la ciudad y fue impreso en la calle Ancha, actual calle Comercio número 31, donde se ubicaba la imprenta de Severiano López Fando .