Por qué el maillot del Tour de Francia es amarillo: esta es su historia
El maillot amarillo es, sin duda, el símbolo más emblemático del Tour de Francia y uno de los distintivos más reconocidos del deporte mundial. Pero su origen y evolución esconden una historia fascinante que va mucho más allá de ser simplemente un color llamativo.
Antes de 1919, el Tour de Francia no contaba con ninguna prenda que distinguiera al líder de la clasificación general. Esto dificultaba a los espectadores y a los mismos corredores identificar quién dominaba la carrera en cada etapa. Fue en esa edición cuando Henri Desgrange, fundador y director de la carrera, decidió que el líder debería llevar una camiseta visible para que todo el mundo pudiera reconocerlo fácilmente.
El color elegido fue el amarillo, un guiño directo al color del papel de L’Auto, el diario deportivo que organizaba la carrera (antecesor de L'Equipe) y que se imprimía en papel amarillo. Esta decisión buscaba también una estrategia publicitaria para el periódico, que así conseguía asociar su marca con el maillot más codiciado del ciclismo.
El primer ciclista que lució oficialmente el maillot amarillo fue Eugène Christophe, en la 11ª etapa del Tour de 1919. Desde entonces, la camiseta amarilla se ha convertido en el mayor símbolo de prestigio en el ciclismo, representando al líder absoluto de la carrera.
Evolución y otros colores en el Tour
Aunque el maillot amarillo es el más prestigioso, el Tour ha introducido a lo largo del tiempo otros maillots que reconocen diferentes especialidades dentro de la competición:
Maillot verde (desde 1953): premiando al mejor sprinter o líder de la clasificación por puntos. Su color verde está ligado a los patrocinadores de la prensa deportiva y rápidamente se convirtió en un símbolo del ritmo y la velocidad en la carrera.
Maillot de lunares blancos y rojos (desde 1975): otorgado al mejor escalador, líder de la clasificación de la montaña. Este maillot, conocido como “el de los puntos”, es otro de los más queridos y reconocidos por los aficionados.
Maillot blanco (desde 1975): Originalmente, el maillot blanco premiaba al ciclista más completo según la clasificación combinada (tiempo, puntos y montaña). En 1975, su función cambió y pasó a distinguir al mejor corredor joven menor de 26 años.
En algunas ocasiones, y en otras carreras, se han usado maillots de otros colores para los líderes o para otras clasificaciones, pero en el Tour de Francia el amarillo ha permanecido inalterable como el color que representa la supremacía en la clasificación general.
Todo un símbolo
Durante la Segunda Guerra Mundial, el Tour de Francia fue suspendido entre 1940 y 1946, y fue en la edición de 1947 cuando volvió a brillar el maillot amarillo con el regreso de la carrera. Desde entonces, han sido muchos los ciclistas que han pasado a la historia gracias a este maillot, como Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernard Hinault o Miguel Induráin, quienes lo lucieron durante múltiples días y etapas.
En la actualidad, estrellas como Tadej Pogačar continúan llevando esta tradición viva, simbolizando el esfuerzo, la estrategia y la resistencia que se requieren para mantenerse en lo más alto durante las tres semanas de competición.
El maillot amarillo no solo es un símbolo deportivo, sino también un emblema cultural, vinculado a más de un siglo de historia del ciclismo y al desarrollo de una de las carreras más prestigiosas del mundo.