La Vuelta femenina, un espectáculo que viaja de la Pedrera a Cotobello
La casa Milá, la Pedrera, en Barcelona, será el icónico punto de partida de la Vuelta femenina by Carrefour 2025, que fue presentada ayer en Barcelona. Una carrera que refuerza su personalidad, igual que sucede con la prueba masculina, a través de sus comienzos impactantes y de sus finales espectaculares. Una contrarreloj por equipos por las calles de Barcelona servirá como comienzo de la carrera. Ocho kilómetros por la capital catalana el domingo 4 de mayo con un paso también por los jardines del Palacio de Pedralbes. La Vuelta finaliza el sábado 10 de mayo.
Las primeras etapas de la carrera española se prevén tranquilas, sin muchas dificultades montañosas, pero con otros alicientes. En la segunda etapa, que se disputa entre Molins de Rei y Sant Boi de Llobregat las ciclistas afrontarán la subida al Alto de la Creu de L'Aragall, de segunda categoría, en los primeros kilómetros. Queda lejos de meta, pero la etapa es corta y es suficiente aliciente para que la carrera se ponga nerviosa y haya oportunidades para las aventureras.
El viento debe ser protagonista en las dos etapas que transcurren por terreno aragonés, la tercera y la cuarta. La tercera etapa, entre Barbastro y Huesca ofrece varios cambios de dirección que pueden provocar batalla si el viento acompaña a los equipos de las favoritas. En la cuarta, que comienza en Pedrola y finaliza en Borja, al viento lo acompañarán las subidas al Moncayo y a El Buste, los dos de segunda categoría.
La montaña queda para el final. Para la etapa quinta, en la que la Vuelta femenina estrena el ascenso a las Lagunas de Neila, un puerto de primera, clásico final de la Vuelta a Burgos y que la carrera española se apropia ahora para su prueba femenina. La penúltima etapa, entre Becerril de Campos y Baltanás discurre por territorio palentino, sin puertos decisivos, pero con un terreno escarpado que puede hacer daño a alguna de las de delante.
Para el final queda la subida a Cotobello. La Vuelta femenina está dispuesta a convertir Asturias en una tradición, como sucede con la ronda masculina. Ya hace dos años Annemiek van Vleuten se impuso en los Lagos de Covadonga en la última etapa para convertirse en la ganadora final de la carrera. Ahora es Cotobello el puerto decisivo, pero no está solo. Antes las corredoras deberán subir el alto de la Colladona, de segunda, y el alto de la Colladiella, de primera. En poco más de 150 kilómetros las ciclistas deben superar un desnivel acumulado de 2.500 metros, lo que la convierte en la etapa más dura de la historia de la carrera. Una Vuelta para disfrutar.