A mis 69 Años: Reflejo del Yin y Yang
Al alcanzar mis 69 años, me siento como un reflejo viviente del Yin y Yang, un símbolo de equilibrio y dualidad que ha guiado mi camino a lo largo de los años
En
este viaje de vida, he aprendido que cada momento de oscuridad (Yin) ha estado
acompañado de una chispa de luz (Yang), y que en cada triunfo y logro personal
(Yang) ha habido un toque de humildad y reflexión (Yin).
El año pasado fue particularmente desafiante y doloroso para mí, ya que enfrenté la mayor pérdida que podía imaginar. Marcó un antes y un después, y un profundo período de tristeza en mi vida, sumiéndome en una oscuridad que solo el Yin puede describir. Sin embargo, en medio de esa oscuridad, encontré una chispa de luz en el amor de mi familia y el cariño desinteresado de los amigos.
Durante
más de 15 años, he encontrado en mi blog AlfonsoyAmigos una manera de reflejar
mi forma de ser y mi carácter. Compartir propuestas de
rutas, publicar fotos y crónicas de cada aventura con un toque muy personal se
ha convertido en una extensión de mi identidad y una fuente constante de
alegría y conexión con mis amigos, muchos de los cuales me acompañan fieles desde
hace muchos años. Su constante respaldo y
camaradería me han dado la fuerza para seguir adelante y continuar luchando.
Además de mis amigos ciclistas, tengo la suerte de contar con amigos de diferentes caminos de la vida que han enriquecido mi existencia con sus variadas perspectivas y experiencias. Su cercanía y amistad han sido vitales para mantenerme equilibrado y motivado.
Gracias
a la serenidad y la introspección (Yin), he encontrado la sabiduría para
enfrentar los desafíos de la vida. En la
pasión y el dinamismo (Yang), he abrazado cada oportunidad con energía y
entusiasmo. En cada día, he buscado el equilibrio,
sabiendo que la vida es una danza continua entre la calma y la acción, la
reflexión y el crecimiento.
A
medida que celebro este hito, me siento agradecido por los momentos de quietud
y por los de movimiento, por las noches de contemplación y por los días de
vibrante actividad. Mis 69 años son un testimonio
de cómo las fuerzas opuestas no solo coexisten, sino que se nutren y se
complementan mutuamente, creando una vida rica y plena.
A
todos los que han sido parte de mi vida, especialmente a mi familia, a mis
amigos, ciclistas o no, y a quienes con paciencia y generosidad han seguido mi
blog, os agradezco por ser el Yin a mi Yang y por permitirme ser el Yang a
vuestro Yin.
Que continuemos caminando juntos, equilibrando nuestras vidas con armonía por mucho tiempo. Ese es mi deseo.