Entre Amigos y Montañas: De Moralzarzal al Embalse de La Maliciosa
Trabajar duro por algo que no te interesa se llama estrés. Trabajar duro por algo que amas se llama pasión
Sin
haber tenido apenas confirmaciones de asistencia, quedé gratamente sorprendido
al ver bastante movimiento de vehículos y caras conocidas en ellos y también
alguna nueva, como Gonzalo, al que no sé si considerar un “tímido
recalcitrante”: Dice seguir nuestras
aventuras desde hace casi 5 años y no haberse decidido a acudir hasta ahora.
En
los albores del mes de noviembre, las temperaturas continúan bastante templadas,
no siendo aconsejable abrigarse demasiado. Además,
entraremos pronto en calor al iniciar la ruta con el conocido ascenso duro
hasta el Mirador de la Dehesa de Arriba.
Recuperamos
el aliento y tomamos unos minutos para un sentido recuerdo por las víctimas y
afectados por la última DANA. Expresamos nuestro apoyo más
sincero.
El
grupo parece pedalear hoy con más viveza que de costumbre. Se
notó desde los primeros metros, especialmente durante un descenso rápido y
divertido, y también en los largos tramos llanos que recorrimos después.
¡Queda mucha ruta!, pero el ánimo no decae
El
grupo se estira cuando de nuevo afrontamos desniveles, ahora con el terreno
roto, por tramos de la Cañada Real Segoviana, hacia el punto donde se
encuentran las antenas de telecomunicación, pero nadie se queda rezagado. No
nos perdemos de vista.
El
paso de a uno junto a una puerta metálica sirve de pretexto para reagruparnos. No
faltan voluntarios que ayuden a pasar las bicicletas sin que ninguna sufra
arañazos. Nos encontramos en la zona del Chaparral de
las Viñas.
Sendero
sinuoso entre jaras y arbustos de distinto pelaje que se recorre disfrutando
sin dificultad. Después, un descenso hasta
una parada obligada en el ya conocido canchal de piedras, con vistas
privilegiadas al Embalse de Manzanares, La Pedriza y La Maliciosa. Nadie
se quiere perder su foto.
Me
alegra ver y comprobar que hay compañeros nuevos que se sorprenden por las
vistas o por los senderos que ahora recorremos, desconocidos para ellos. Todos
disfrutamos del descenso hasta poder cruzar el puente sobre el río Samburiel,
junto a la chopera del mismo nombre.
Muy
buen ritmo de marcha, que permite conversar con el compañero más cercano, por
el Cordel de Campuzano y la Colada de Mataelpino, a donde ahora nos dirigimos. Afrontar
un par de duros desniveles nos obligará a sujetar los caballos.
En
varias ocasiones seguiremos el trazado del GR-10, ya sea a la salida de
Mataelpino o alcanzando la urbanización Vista Real, siempre en los límites del Parque
Nacional de la Cuenca Alta del Manzanares. ¡Toma
ya! Por
senderos sinuosos y divertidos que hemos recorrido decenas de veces en ambos
sentidos.
Y un
nuevo recorrido que a todos nos encanta, por el Camino del Dedo, dejando a
nuestra derecha el arroyo de Peña Jardera y cruzándonos con otro grupo numeroso
en sentido contrario.
Recorremos,
sin que a ninguno nos guste, un tramo de 700 metros de la M-607, con mucho
tráfico a estas horas. Por evitar un trecho de sendero prohibido para las
bicicletas.
Desde aquí, no hay pérdida
Nos
introducimos en una vía pecuaria bien cuidada y solo es cuestión de pedalear y
avanzar, parece fácil ¿no?, reservando fuerzas para los tramos finales hasta
nuestro destino principal de hoy: el Embalse de La Maliciosa. Por
nuestra derecha, discurre dejándose oír el río Navacerrada.
Habrá
quien se apriete para compararse con anteriores ocasiones, quien prefiera
aguantar hasta el tramo final y quien no tenga muy claro qué ritmo coger sin
conocer lo que le espera. De una forma o de otra, arriba nos juntaremos todos a
1407 metros de altitud, con formidables vistas a un embalse que no encontramos
tan pletórico de salud como en otras ocasiones.
Mi
reconocimiento personal para Juan, que, habiéndose acostumbrado a su e-bike,
hoy lo ha superado todo con éxito con su bicicleta muscular. ¡Bravo!
A
nuestro nuevo amigo Gonzalo le confirmo: No,
ya no hay más subidas. Y le oigo soltar un suspiro de alivio, satisfecho.
Cuando
parece bajar la niebla, se levanta algo de viento fresco y cae alguna gota de
lluvia perdida, emprendemos el regreso entre los collados de Majaespino y
Escondidos, por la pista de hormigón muy rota que no aconseja frenazos en seco
para no resbalar.
Apenas
rozaremos los pueblos de Navacerrada y El Berrocal, por vías pecuarias que
invitan a coger un ritmo casi desenfrenado, sobre todo al acercarnos a nuestro
punto de origen, con la euforia de los que regresan más que satisfechos, con
sensación de “el deber cumplido” con sobresaliente, sin incidentes, sin
extravíos y con un buen ambiente que ha durado de principio a fin.
Todo
esto sucedió…, más o menos. ¡Hasta la próxima!