Black Friday ¡que acabe ya, por favoooorrrr!

AlfonsoyAmigos en el Embalse de La Maliciosa 

Con una sociedad aturdida por el bombardeo publicitario del Black Friday, algunos compañeros han sucumbido a la tentación. Han aprovechado media semana para hacer compras de equipación ciclista rebajada.  ¿Y el domingo?

Equipación seguramente destinada a afrontar un duro invierno que, cuando llegue, no sabemos si se comportará a la altura de tanta protección al frío. Ya se verá.

Andrés, Ángel, Barri, Chicho, Chupo, Daniel, Enrique, Ferluy, Fernando, Jesús, Juan, Luis Ángel, Rafa, Samuel, Sergio, Toño, Alfonso y damos la bienvenida a Víctor, que se une a nosotros por primera vez después de contactar a través del Blog.

El cruce de abrazos nos provee de las primeras calorías de la mañana y empezamos a dar pedales adentrándonos en zona urbana en la que el ayuntamiento para hacer importante inversión para el arreglo de las calles, pero que nos obliga a realizar algún requiebro extraño.

Un tramo de cañada y pronto nos vemos afrontando la pista que asciende atravesando los Prados del Pinar hacia el Telégrafo Óptico de Cabeza Mediana, que hace tiempo fue rehabilitado.

Antes de llegar al alto es obligada una parada para reagrupar y disfrutar de las vistas que nos ofrece un día tan claro, aunque el Embalse de Navacerrada ya se muestra a lo lejos sediento de agua.

Seguimos en ascenso y paramos junto al telégrafo. Lugar privilegiado que hay compañeros que aún no conocían.  Solucionado, ya podrán contar que estuvieron.

Retrocedemos unos cientos de metros para tomar la “trialera del somier”, pero todo ha cambiado desde la última vez que estuvimos. El somier que durante años hizo las veces de puerta y daba nombre al lugar, ha desaparecido y sido sustituido por una auténtica puerta metálica por la que accedemos sin problema.

Y pronto comprobamos que de la trialera habilidosa y disfrutona, sólo queda un cortafuego en el que las máquinas han trabajado a conciencia para hacer desaparecer “las piedras del camino”, pero no han podido eliminar el desnivel que hay que descender.  Ojo a los tramos finales que encontramos muy rotos y cortados.

Descenso sin incidentes y volvemos a callejear bordeando ahora Becerril de la Sierra. Pedaleo relajado que permite a algunos compañeros comentar las últimas compras realizadas, sobre todo de chaquetas ciclistas, que parecen ser las estrellas de las rebajas.

Sin miedo a marearnos, recorremos una montaña rusa de toboganes que obligan a superar repechos duros pero cortos, allí donde las máquinas también han tornado senderos por cortafuegos.

Cuando tenemos a la vista la M-601 que conduce a Navacerrada, avisan de avería. En realidad, es un buen picotazo en una rueda de Chupo que, primero aquí  y después de unos cientos de metros más adelante, dará lugar a un importante empleo de tiempo dedicado a solucionar el problema.

Ayuda no falta, mano de obra y recursos. Nadie se queja, salvo del frío que hace a la sombra, es lo que hay y se asume con gusto, pero la consulta del reloj nos obligará a hacer un pequeño recorte en el recorrido… sí Ferluy, un pequeño recorte.

Nuestro recorrido coincide ahora con parte del trazado de la última Madrid-Segovia y nos adentramos en la zona del Almorchón de Abajoprimero y el Almorchón de Arriba después, los “almorchones”.

En ascenso, por senderos que requieren de habilidad pero que gusta recorrer y que afrontamos bien hasta alcanzar la pista que nos llevará por duros desniveles, pero nada comparable con los afrontados la semana pasada, al Embalse de la Maliciosa.

Embalse de La Maliciona 26 de Noviembre de 2017

El grupo se estira, pedalea y alcanza el destino previsto en lo alto, donde nos vamos agrupando y observamos con desagradable sorpresa el bajísimo nivel de agua del Embalse, muy diferente del que teníamos fijado en nuestra memoria de anteriores visitas.

Embalse de La Maliciosa 31 de Enero de 2016

Pero faltan compañeros, ¿qué es lo que ocurre? ¿Habrá habido otra avería? ¿Acaso se han perdido?... No, ya llegan. Pero nos quedamos desencajados al conocer que el motivo del retraso no ha sido otro que las secuelas del Black Friday y que Chicho… y no sé si alguno más, ha aprovechado una súper oferta de última hora para hacer una compra online mientras hacíamos el ascenso. ¡Inaudito!

¿Tan relajada ha sido la ruta…?, me reguntaréis. Pues habrá opiniones.

Regresamos por las zetas de hormigón, descenso con mucho desnivel que pone al límite y al rojo nuestros frenos de disco y que hay que tomar con mucha precaución para no salir volando en alguna curva. Hay quien comenta que estuvo a punto de ello.

Nuevo sendero rápido y divertido que se disfruta en suave descenso, sin encontrar el agua y charcos habituales en la zona, pero habrá que intentar aflojar la marcha. Sergio lleva dos semanas quejándose de dolor en una rodilla, que achaca a mala posición de una cala de su zapatilla que no logra solucionar y el dolor va a más.

Sufre por seguir e incluso tuvo intención de darse la vuelta por no retrasar la marcha del grupo, pero se le animó a continuar sabiendo que siempre habría algún compañero a su lado. Son Juan y Toño los que apoyarán las manos en la espalda de Sergio para ayudarle a superar los repechos más duros por las cañadas que ahora recorremos. ¡Qué grandes!

Atravesamos algún polígono industrial y el regreso a los coches ya es conocido, como lo es para todos un cruce general de abrazos que, sin embargo, sorprende a Víctor, pero a los que deberá acostumbrarse si quiere seguir con nosotros, como así parece.

Casa Marino está hoy cerrado y cruzamos a tomar unas cervezas a Casa Puskas. Allí salen a nuestro encuentro para saludarnos unos buenos amigos, José María, Ángel y Jesús, con los que ya hemos compartido rutas en otras ocasiones y siempre alegra reencontrar.