Falleció el notable historiador del ajedrez Joaquín Pérez de Arriaga
El día 16 de julio pasado recibí del amigo Javier Rodríguez Ibrán la triste noticia comunicando que Joaquín Pérez de Arriaga había fallecido el día anterior. Noticia que transmití al buen amigo José A. Copié, quién había sostenido en el tiempo diversas conversaciones con el finado, sabiendo que al conocer la noticia reaccionaría adecuadamente.
Joaquín Pérez de Arriaga
8 de noviembre de 2022 - En su casa de Madrid
(Foto: Gentileza de la Sra. Alicia Burgos,
esposa de J. P. de Arriaga)
He dejado pasar todo este tiempo con objeto de comprobar quién se acordaba en este país de una persona que tanto significó, a mi entender, dentro del ajedrez español. Excepto unas pinceladas de Leontxo García en su columna de El País y algunos comentarios, pocos, de personas que, o bien le conocían o bien sabían de sus extensos trabajos, el resultado no podía ser más pobre. Y todo esto me entristecía.
Pues hoy, 2 de agosto, acabo de recibir de José Copié la revista digital Finales y Temas, nº 142, en la que incluye, además de una nota importante sobre el título de GM en la composición, conquistado por su amigo, el Dr. Jorge Joaquín Lois, que es de resaltar, un magnífico escrito dedicado en memoria de Joaquín Pérez de Arriaga. Una revista que, a su indicación, he enviado a algunos de sus allegados. Entre ellos, el amigo Pedro Cañizares Cuadra, que una vez leído me ha enviado esta nota:
“Excelente artículo, lo que no ha hecho ningún periódico español.”
Evidentemente, sobran los comentarios.
Para que podáis comprobar por vuestros propios ojos, aquí está el sentido recuerdo de José A. Copié, que he copiado exactamente del archivo en pdf que me envió.
Nos ha dejado el notable historiador español, Joaquín Pérez de Arriaga
Por José A. Copié
El 15 de julio del corriente año falleció en Madrid, Joaquín Pérez de Arriaga, a la edad de 92 años. Había nacido en Bilbao el 9 de noviembre de 1932.
Una pérdida irreparable representa la desaparición física para el ajedrez, los ajedrecistas, los estudiosos, los investigadores de la historia del arte de Caissa y, obviamente, su familia.
Los trabajos bibliográficos de Pérez de Arriaga sobre Lucena, que lo dieran a conocer en el mundo del ajedrez y de la cultura en general, mediante su monumental y fundamental obra, que lo revelara a este gran historiador español como una autoridad mundial en lo que hace a la bibliografía especializada en la historia del ajedrez: El Incunable de Lucena, Primer Arte de Ajedrez Moderno, editado por Ediciones Polifemo, Madrid, 1997 un enorme libro de 600 páginas y formato de 28 por 20 centímetros, que se editó, en lujosa edición, acompañado nada menos que por la reproducción facsimilar del famoso incunable de Lucena (tomado este del incunable I-510 existente en la Biblioteca Nacional de Madrid); es decir, el Repetición de amores y arte de axedrez con CL, juegos de partido, lo que facilita enormemente el estudio al contar con una obra de más de 500 años de antigüedad.
Nunca antes se había realizado tan meticuloso, científico e inteligente análisis de la obra de Lucena; Pérez de Arriaga aprovechó el hecho que se cumplían 500 años de la aparición en España de esa liminar obra, como merecido homenaje a su ilustre autor.
Tal monumental trabajo de J. P. de Arriaga, venía precedido por el prólogo preliminar (realizado el 30 de julio de 1997) de Jesús Mosterín (1941-), sin duda uno de los cerebros más lúcidos existente y poseedor de una biblioteca sobre filosofía impresionante. En tal prólogo dicho intelectual realiza un interesante análisis de carácter filosófico, y obviamente, antropológico (en donde no se priva de citar a Aristóteles en su Tékhne Rhetoriké, e incluso, entre otros, a Johan Huizinga y su Homo ludens) sobre el desarrollo del juego, como tal, en la evolución del homo sapiens a través de su historia y de los beneficios que el juego brinda en los aspectos cognitivos de la actividad humana.
En ese libro Pérez de Arriaga realiza un lúcido prólogo sobre Lucena, pues su consulta e investigación lo ha llevado a bucear en antiguos textos históricos de indudable prestigio académico y, por ello, ha situado las circunstancia que relata en el contexto histórico exacto con notable honestidad intelectual, realizando un sistemático estudio sobre las reglas, aperturas y juegos de partido. Pues analiza meticulosamente la transición del “ajedrez del viejo” al “de la Dama”, y poniendo a Lucena en el pedestal de la historia que el teórico español merece.
Son curiosas las circunstancias aleatorias presentes inexorablemente en la vida de las personas; circunstancias estas que en ocasiones no dejan, vistas en perspectiva, modificar –para bien, o para mal– los hechos de los hombres a través del tiempo. Por qué, se preguntará el gentil lector, esta reflexión… pues porque fue precisamente en el año 1997, en que se editó la obra magna de J. P. de Arriaga, año este en que comencé a editar –mes de mayo de 1997– en Buenos Aires, mi publicación Finales… y Temas (1), es esa oportunidad en papel, y en que trabé conocimiento del libro de Arriaga, que felizmente pude devorar y enriquecerme con su lectura, al punto que realicé una crítica sobre el mismo. Eso hizo que luego estableciéramos un denso intercambio epistolar. Si bien conocía algunos de los trabajos de él, porque en 1993 hizo varias sobresalientes notas en la Revista Internacional de Ajedrez, que se editaba en España (de las que hago referencia más abajo); lo cierto es que, sin duda, él se enteró de dicha publicación en la que elogiaba tímidamente (ahora así lo percibo) ese trabajo liminar, del que, indudablemente, para abordarlo y comentarlo analíticamente en su integridad hará falta la escritura de muchísimas carillas de papel… o quizá sería necesario un denso volumen para comentar, aunque más no sea acotadamente, la totalidad de la obra de J. P. de Arriaga. Aunque él merece eso y mucho más, por su importante legado a la bibliografía de la rica y apasionante historia del ajedrez.
Obviamente, luego de ese feliz primer contacto epistolar, siguieron, a través de los años, muchos otros más, al punto que hoy en mi biblioteca atesoro densas carpetas, con tal intercambio y también de sus escritos, anteriores y posteriores a nuestro primer encuentro. La empatía entre nosotros fue mutua y el intercambio de ideas muy fructífero, como también el de bibliografía histórica del ajedrez. También recuerdo que de Arriaga comentó sintéticamente la aparición del Tercer Tomo y del Compendio que fuera editado posteriormente (un mamotreto de casi mil páginas), con un virtual Cuarto Tomo, de mi Historia del Ajedrez Argentino, Editados todos ellos en Buenos Aires, por Editorial De Los Cuatro Vientos (el Compendio: Historia del Ajedrez Argentino, estuvo a cargo de la casa editora Gárgola) durante los años: 2007, 2011, 2012 (y el Compendio comprendiendo los mencionados Tomos y uno más, en el 2016).
Pero, claro, mencionábamos que la obra de Joaquín P. de Arriaga, era merecedora, cuanto menos, de un denso volumen. Una simple nota necrológica no tiene el peso necesario como para abarcar su actividad, pues sus trabajos fueron muchos y no se extendieron sólo a la investigación historiográfica del pasado remoto del noble juego. Él abordó el Estudio y sus circunstancias, y dio conferencias sobre el tema. Recuerdo una de sus últimas disertaciones, la que fuera anunciada en las páginas de esta publicación. Esta versaba sobre el origen egipcio del ajedrez, tema controversial si los hay. Además este tema viene, cuanto menos, de los tiempos del insigne investigador catalán José Brunet y Bellet (1818-1905), (2) quien en 1890 editara en la ciudad de Barcelona un libro que cuestionaba, argumentalmente y con profusa información documentada, la tesis oficial de los historiadores ingleses de que el origen del ajedrez provenía de la India. Esta obra editada por el Establecimiento tipolitográfico de Espasa y Comp., se titula: El Ajedrez Investigaciones sobre su Origen.
De esta manera José Brunet y Bellet abrió el debate histórico, el que todavía hoy continúa, porque el origen del ajedrez, aún hoy, permanece con cierto manto de misterioso encanto; misterio este que no se ha develado convincentemente. Quizá Brunet y Bellet (3), en su cuestionamiento sobre la tesis oficial (4) del origen del ajedrez, diera la primer puntada que con el correr del tiempo hizo virar el pensamiento, trasgrediendo el dogma hacia miradas amplias y abordándolo de forma como una poligénesis cultural. Esto sugiere que es probable que el ajedrez surgiera en diferentes lugares y se desarrollara bajo formas confluentes, aunque ciertamente disímiles, a través de la influencia de diversas culturas. Ello se enmarca en una visión holística, que considera la interconexión y la complejidad de las interacciones entre esas culturas.
Él estaba abierto a los nuevos paradigmas, a las novedades y, especialmente a los nuevos descubrimientos historiográficos. Tal es así, que en más de una oportunidad me hizo participe de esas ideas; no creyéndose dueño de la verdad, por el contrario, la buscó obsesivamente. Recuerdo que en una oportunidad, lo dejó plasmado en letras de molde, con motivo de la controversia histórica entablada a raíz de las opiniones de que el famoso libro de Francesch Vicent, el Llibre dels jochs partitis dels schachs, editado en Valencia en 1495, ese incunable “fantasma” que alcanzó la fama por el hecho de que nadie lo conoce por haberse perdido; y que como lo menciona el historiador catalán José Paluzíe y Lucena (1860-1938), cuando en su monumental Manual de Ajedrez para uso de los principiantes, Barcelona, 1912, nos habla del incunable de Vicent diciendo (5):
“… Entre los muchos puntos relativos al ajedrez que han despertado la mayor curiosidad y han movido muchas plumas, merece preferente mención, en especial a los españoles, la obra de Francesch Vicent -ese hombre que se ha hecho famoso por ser autor de un libro que nadie conoce-, como dijo en cierta ocasión nuestro compatriota, el insigne literato José Pin i Soler…”.
Abundando en esa persistente búsqueda historiográfica de la verdad, me consta que la historia debe ser abordada bajo una mirada dialéctica enmarcada en una cosmovisión histórica. Esto permite apartarla del dogma que encorseta el pensamiento y las ideas, teniendo en cuenta que la historia no es una ciencia exacta. Quienes se sienten más cómodos con la historiografía oficial, no solo dificultan su interpretación adecuada, sino que corren el riesgo de descontextualizar los hechos históricos, y tergiversar su verdadera esencia, dado que la historia nos interpela.
Pienso que tal pensamiento, esa actitud, se encontraba latente en Joaquín Pérez de Arriaga, pues en alguna oportunidad él mencionó, con prístina honestidad intelectual, que si se demostraba empíricamente el real contenido de tal incunable, o este apareciera revelando que esos problemas antecedían a los de Lucena, insertos en su famosa obra, no trepidaría en reconocer la validez de tales teorías.
Comencé a prestar mucha atención sobre los estudios de Pérez de Arriaga, a raíz de la enriquecedora controversia historiográfica establecida entre este y el historiador ruso y Gran Maestro Yuri Averbaj, a raíz de la primer nota de la respuesta de Joaquín Pérez de Arriaga en la Revista Internacional de Ajedrez del mes de mayo de 1993 en la que el historiador español refuta y demuele la tesis de Averbaj, con el sugerente título Congostra de Payo Gato; literalmente: “un callejón sin salida”. En efecto, en el número de febrero de 1993 de la Revista Internacional de Ajedrez (ver escrito al pie), el GM ruso Yuri Averbaj, teoriza sobre el mencionado incunable perdido (o incunable fantasma) de Francesch Vicent, opinando que sería el primer libro que divulgara el ajedrez moderno, es decir, el “ajedrez de la Dama”. Sin duda que replicar en este escrito tal tesis, que por cierto ha sido muy difundida, demandaría una nota complementaria muy extensa; además, en las páginas de nuestra publicación ya se ha abordado el tema.
Por cierto que de Arriaga, en sucesivos números de la mencionada revista realizó una réplica sobre las teorías de Averbaj. Los títulos llamaban a sumergirse en tan calificado e interesante debate: “El misterio del libro perdido permanece” y, con grandes letras, Congostra de Payo Gato, y el subtítulo: “El investigador español Pérez de Arriaga rebate la sugestiva tesis de GM Y. Averbaj […], acerca del primer libro sobre el ajedrez moderno”. Tal replica mereció, por su extensión, dos números de tal publicación. Luego Averbaj en el número de marzo de 1994, de la Revista Internacional de Ajedrez, la que acicatea a sus lectores con: La polémica Averbaj de Arriaga y un título, muy sugerente: ¿Cómo atrapar a un gato negro en una habitación oscura?, y en su bajada se lee “El nacimiento del ajedrez moderno plantea un misterio cuya clave parece radicar en el trío divulgador Vicent/Lucena/Damiano, una encrucijada que el gran maestro Averbaj trata de esclarecer, en su contrarréplica a Pérez de Arriaga”.
Y en julio de 1994 Pérez de Arriaga refuta, en una nota más acotada, la contrarréplica del ajedrecista ruso.
En mi entender de tal intrincado problema histórico –ese rico debate intelectual–, el investigador español salió exitoso; por lo que sé, Averbaj no aventuró más replicas. Y, obviamente, de Arriaga no sólo salió airoso de tal debate, sino que, además de darnos valiosos elementos de juicio en esta compleja búsqueda de la verdad histórica, nos regaló luego la imperecedera obra ya mencionada: El Incunable de Lucena, Primer Arte de Ajedrez Moderno, que marcó, a juicio de quien esto escribe, un antes y un después en la historia del ajedrez moderno. Algo similar, hace 135 años, realizaba otro español sospechosa e hipócritamente soslayado por la historiografía oficial, me refiero, claro está, como ya lo mencionáramos al insigne investigador e historiador catalán José Brunet y Bellet.
Nuestro compatriota el Prof. Zoilo R. Caputto (1923-2021), Así se expresaba en su obra El Arte del Estudio en Ajedrez, al referirse a Pérez de Arriaga:
“…de Arriaga es un crítico ejemplar, responsable y veraz, que siempre basa sus afirmaciones sobre el conocimiento personal de los hechos que muchas veces ha investigado en la misma fuente de origen…”.
Su ahondar en los milenarios y misteriosos arcanos de los orígenes del ajedrez; el haber rescatado del olvido a los señeros y antiguos historiadores españoles, como lo fuera el editor, escritor y problemista catalán José Paluzíe y Lucena (6) o el ya mencionado erudito investigador catalán José Brunet y Bellet; sus muchas colaboraciones en revistas especializadas de su país y del extranjero; escribió en “Problemas”, la Revista de la Sociedad Española de Problemista de Ajedrez (SEPA), en El Ajedrez Español, El Ajedrez, Ocho x Ocho, la Revista Internacional de Ajedrez, Ebur, Stes, Gambito, New in Chess, el diario El País, etc.
En abril de del 2015 de Arriaga dio una conferencia muy importante en el Instituto Egipcio en Madrid sobre El Origen Egipcio del Ajedrez, pero también ha disertado sobre el origen del ajedrez y sus notables y variadas circunstancias en distintas altas casas de estudio, e instituciones culturales diversas, dado entrevistas en la TV española y radiodifusoras; como así también en clubes de ajedrez de su país.
En especial recuerdo un trabajo sobre la obra de Richard Réti (1889-1929) en la revista española Ocho x Ocho, en la sección Finales artísticos, que Pérez de Arriaga titulara Reti Revisado, fueron estos en varias entregas que versaban especialmente sobre Estudios del ajedrecista checo; también el trabajo sobre el libro de Réti, Estudios completos, Ediciones Fundamentos-Aguilera, Madrid, 1983; al realizar la traducción de la impresión alemana de 1931 (Richard Reti: Samtliche Studien, MährichOstrau, 1931), que al menos se reprodujo en tres ediciones (1983, 1990 y 1997 respectivamente) en la ya mencionada obra editada en nuestro idioma en Madrid; con lo que además aporta un lúcido y critico prologo, la revisión técnica de los Estudios, la sistematización de las soluciones y las claras notas y comentarios que han acercado al hispano hablante, aún más, a la obra de Reti. Con el agregado de que es el primer libro español en emplear el sistema algebraico de notación mediante figurines, lo que sin duda representaba un importante aporte a la técnica bibliográfica del ajedrez, que antes se realizaba mediante la notación descriptiva.
Recuerdo un interesante estudio que hizo de Arriaga sobre el Tractatus de Ludo Scacorum, sobre el Original Códice cuya signatura es Vit. 25-6 y está conservado en la Biblioteca Nacional de España. Trabajo este que fuera editado con el citado título por la Editorial Siloé, en Burgos en el 2014. Él se centró especialmente en los siguientes temas: El Sermón de fray Jacobo de Cesolis y El Sermón de fray Paolino de Venecia. En estos dos Sermones, de Arriaga realiza consideraciones historiográficas de importancia; se abordan temas como el origen egipcio del ajedrez, e incluso sobre el cardenal Francesco Saverio de Zelada. También en el Capítulo Textos complementarios, se analiza una traducción de Martín de Reyna del Sermón de Jacobo de Cesolis. J. P. de Arriaga, aborda en este trabajo bibliográfico diversos temas que enriquecen su análisis; es decir sobre la obra de Ruy López, el Libro de los juegos de Alfonso X El Sabio, la obra de Lucena, El Ajedrez, Investigaciones sobre su origen, el protoajedrez egipcio, etc.
Siempre presto a la consulta, de Arriaga fue un importante y solidario colaborador, quien no trepidaba, a pesar de las distancias físicas, en brindarse a la consulta sobre el tema que lo apasionaba, la historia del noble arte y sus circunstancias. Colaboró con mi publicación, Finales… y Temas, de las más diversas y generosas formas. Nuestro intercambio epistolar sin duda fue enriquecedor; sus últimas letras me hacían partícipe de su trabajo sobre la obra de Ruy López en la que se encontraba en plena tarea y enviándome esbozos de tales investigaciones e incluso algún añejo documento, como ser el facsímil de la carta de embarque de Ruy López, hacia el Perú, fechada y firmada el 10 de septiembre de 1568 por Felipe II en el Alcázar de Madrid.
Ese documento original se encuentra en el Archivo General de Indias en Sevilla, con la signatura: ES 41091.AG/22.15.2034/INDIFERENTE, 1967, l. 17,F 20V.; y quizá presintiendo el peso de los años, me pidió que la diera a conocer en mi publicación (ver, Finales… y Temas Nº 86, junio de 2015). Luego, un tiempo después, siguió el silencio (N. de R.).
Posteriormente, sus colegas españoles, especialmente el ajedrecista e historiador catalán Joaquim Travesset i Barba (1940-), quien siempre se presta gentilmente a la consulta de los avatares del ajedrez en España, me comunicaban sobre su estado de salud, y otras circunstancias, de este querido amigo que ha pasado a la eternidad (Fue precisamente Joaquim Travesset i Barba quien me comunicara recientemente la triste y penosa noticia del fallecimiento de nuestro colega).
Pero ahora es su legado histórico, sus libros, sus incontables notas, sus conferencias, por las que nos convoca a no cejar en difundir, estudiar y profundizar en lo mejor del ajedrez, en su naturaleza, su esencia, la trascendencia sociológica de ese juego, otrora de los reyes y príncipes, que como diría Johan Huizinga ha trascendido los tiempos, las razas, las culturas y todavía persiste en permanecer entre los humanos, independientemente de sofisticados programas, de algoritmos; aun por encima de los mercaderes del ajedrez y de las circunstancias y distopías que en ocasiones parecieran querer terminar con el sublime arte de Caissa; pero este permanecerá trascendiendo los tiempos, pues con el ajedrez no han podido la Inquisición, los dogmáticos, los totalitarismos o las dictaduras… Descansa en paz querido y noble amigo Joaquín, pues somos legión quienes de Alma amamos el ajedrez, como tú lo hiciste.
(1) Finales… y Temas, junio de 1998, página 72.
(2) José Brunet y Bellet, fue un intelectual e investigador de la historia. Estudió, física, química, comercio y los idiomas francés e inglés en la Real Junta de Comercio de Cataluña y Humanidades en el Seminario Conciliar.
(3) De quien de Arriaga se ha encargado de rescatar su memoria histórica, pues según fuentes confiables ha tenido algo que ver en la edición facsimilar del Ajedrez Investigaciones sobre su Origen, ya que la Editorial Hispano-Europea lo reeditó en una impecable edición en Barcelona en el 2005.
(4) Toda tesis merece de constatación y demostración empírica; la oficial pareciera no poseerla.
(5) La Revista Internacional de Ajedrez en su número del mes de febrero de 1993, encabeza una nota de Yuri Averbaj con el sugestivo título “El misterio del libro perdido” y en la bajada del mismo, dicha publicación española señala: “El nacimiento del ajedrez moderno sigue siendo una incógnita para los historiadores. Uno de los mayores especialistas, el GM Yuri Averbaj, expone una sugerente hipótesis tras minucioso estudio de las obras clave, según la cual Francesch Vicent –a quien Pin y Soler se refirió como un autor famoso por haber escrito un libro que nadie conocía- sería el primer divulgador del ajedrez moderno”.
(6) José Paluzíe y Lucena (1860-1938), quien poseía una importante biblioteca de ajedrez, se hizo famoso en el ámbito ajedrecístico al publicar su obra fundamental Manual de Ajedrez para uso de principiantes, publicada entre 1905 y 1912 por la editorial de su familia: Hijos de Paluzíe. También publicó, en 1916, entre otros, el Primer Libro del Ajedrecista, una traducción ampliada del famoso Analyse du jeu des échecs de François-André Danican Philidor, sobre la base de la edición de 1887.
N. de R. Tengo registrada la última comunicación epistolar de J. P de Arriaga, el viernes 22 de mayo del 2015, en la que él abordaba el tema con el que trabajaba en ese momento, es decir su obra trunca sobre Ruy López
Corolario de Joaquim Travesset i Barba
Pero, si alguien no conocía algunos de los pasajes de su dedicación al ajedrez, adjunto el enlace de un artículo que hice el 26 de abril de 2023, ya hace un cierto tiempo. Aquí lo tenéis:
Joaquín Pérez de Arriaga, entre el Ajedrez, la Música y la Filosofía
Que el protgonista de este artículo descanse en paz.