Ajedrez
Añadir Noticia
Noticias

Larga vida al ajedrez de Fischer: un estadounidense vuelve a derrotar a un ruso

0 75

Pocas veces se han reído tanto de un futbolista como cuando Lucas Podolski dijo que «el fútbol es como el ajedrez, pero sin dados». Al alemán le alegrará saber que está de moda el ajedrez960 o Fischer Random , en el que no se utiliza ningún cubilete, pero se sortea la posición inicial de las piezas. Este domingo ha terminado en Reikiavik la final del Campeonato del Mundo de esta modalidad. La capital islandesa volvía así a albergar una competición de ese calibre, cincuenta años después de la victoria histórica de Bobby Fischer sobre Boris Spassky. Se rendía homenaje al campeón americano, puede que el mayor promotor del ajedrez 'aleatorio'. La fiesta de la nostalgia se completó cuando el duelo final lo disputaron un ruso y un estadounidense. Parecía escrito quién tenía que ganar. Las reglas de este esqueje del ajedrez son las mismas que en el clásico, pero varía la posición inicial de las piezas. Solo los peones siguen en su sitio, alineados en la segunda fila. El resto permutan en cada partida, por sorteo, lo que da lugar a 960 configuraciones posibles. Las ventajas de este ajedrez aleatorio y pese a todo aún lejano a los juegos de azar es que se producen muchas menos tablas y las alternativas son más frecuentes durante las partidas. Por un lado, los grandes maestros están obligados a empezar a pensar desde la primera jugada. Al multiplicarse casi por mil el número de posiciones posibles, no hay mente humana capaz de aprenderse las aperturas o primeros movimientos. Noticia Relacionada Ajedrez reportaje No Spassky-Fischer: 50 años del «combate de los dioses» Federico Marín Bellón El duelo por el campeonato mundial de ajedrez de 1972 cambió la historia de los tableros para siempre Eso genera un juego menos encorsetado, aunque también tiene efectos secundarios negativos: los puristas encuentran que algunas posiciones son demasiado antinaturales y, sobre todo, «jugarlo es un infierno», como corroboraba anoche el gran maestro español David Antón en la retransmisión del campeonato, en Chess24. Varios participantes, de hecho, se quejaron de las «horribles» posiciones que les habían tocado. Como la posición de partida siempre es igual para las blancas y para las negras, de lo que no cabe quejarse es de mala suerte, al menos en el sentido de sufrir una injusticia. Lo cierto es que el ajedrez es un juego muy armónico y cambiar cualquier detalle desencadena un caos que puede ser productivo, pero también un desastre. El ruso Ian Nepomniachtchi y el estadounidense Hikaru Nakamura jugaron la final Lennart Ootes / FIDE ¿Se impondrá esta modalidad? No es probable, pero parece que año a año gana adeptos. La razón por la que hay menos tablas es en sí misma interesante. Un gran maestro es alguien que, entre otras virtudes, conoce miles de patrones, agrupaciones de piezas o posiciones típicas que almacena en su memoria. Estos esquemas aprendidos, como la tabla de multiplicar o como saber al volante que detrás de una pelota siempre aparece un niño, ayudan a ahorrar tiempo y a orientarse en una jungla de posibilidades casi infinitas, tantas que ni siquiera los mayores monstruos de la inteligencia artificial están exentos de cometer errores. Les basta para destrozar a los humanos, pero todavía están lejos de alcanzar la perfección. En el ajedrez de Fischer, es como si a los maestros les amputaran un gran número de patrones. Al menos en las primeras jugadas las situaciones son casi siempre inéditas e incluso la valoración de las máquinas parece fluctuar más. Una final emocionante Para decidir el título de campeón fue necesario llegar al llamado Armagedón , una partida de desempate en la que las blancas tienen más minutos en su reloj, pero a cambio están obligadas a ganar. El ruso Ian Nepomniachtchi ganó la 'subasta' de tiempo, una novedad que merece casi un artículo aparte, y jugó con negras. Tenía 13 minutos frente a 15 de su rival. El duelo fue tan emocionante como casi siempre ocurre con este sistema de desempate 'apocalíptico'. Nepo pareció quedarse bien, pero cometió alguna imprecisión y Naka metió un peón en el corazón de la defensa negra, mientras su caballería empezaba a hacer diabluras. La presión era tremenda para el ruso, que iba perdiendo aún más distancia en el reloj, respecto a los dos minutos iniciales. Magnus Carlsen acabó tercero Lennart Ootes, FIDE Nakamura aumentó la presión, seguro de sus posibilidades, y acorraló al rey negro, que abandonó cuando el jaque mate era inevitable. Al final, la historia se repitió, medio siglo después, y el americano se llevó el título una vez más. En tercera posición acabó Magnus Carlsen. El número uno del mundo no pudo lograr la corona después de perder de forma aparatosa en semifinales contra Nepo, su víctima en el último Mundial y finalista en el próximo, donde no estará el noruego . El ruso encadenó tres victorias y remontó la inicial del número uno. Magnus invirtió los papeles en la disputa por el bronce. Perdió la primera partida contra el niño prodigio uzbeko Nodirbek Abdusattorov , de 18 años, quien había arrasado en la primera fase del torneo, hasta que en cuartos de final se estrelló contra Nakamura.

Загрузка...

Comments

Комментарии для сайта Cackle
Загрузка...

More news:

Read on Sportsweek.org:

Otros deportes

Sponsored