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Entrevista a Carlos García Palermo

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Por Daniel Perchman
05/2020

“Estoy un poco cansado con eso de ser el tipo que le ganó a Karpov y Fischer”

Con tan solo dieciséis años y piezas negras, venció en quince jugadas al mítico Robert James Fischer en una simultánea disputada en La Plata. Años más tarde, en el prestigioso torneo Clarín vencía al entonces campeón del mundo Anatoly Karpov. Es el único jugador argentino que ha logrado vencer a un campeón del mundo vigente.

La mayoría de los mortales llevaríamos ambas hazañas como un estandarte, quizás tendríamos un recorte testificando dichas proezas siempre a mano. Este platense de sesenta y seis años confiesa que esto lo tiene un poco cansado, con sencillez argumenta que ha jugado otras partidas que le dieron satisfacciones. 

Nos habla del ajedrez, como una simplificación de la vida. Como una realidad que está ahí, sin ocultarnos nada. Nos confiesa por este juego un amor incondicional que no ha cambiado con el paso de los años. Por el contrario, solo se arrepiente de no haberse dedicado con más fuerza y convicción cuando era joven. 

Nos revela quién es su jugador preferido en la historia, y más allá de lo singular del nombre, su explicación resulta maravillosa. También nos habla sobre sus gustos en la pintura, música y cine. De este último, con la misma solvencia que lo haría sobre la defensa “Caro Kann”. Nos cuenta sobre aquella noche en la que entró con su padre a un club de ajedrez de La Plata, y un jugador de primera categoría le enseño a comer el peón al paso. El recuerdo del olor a humedad de las piezas de madera, permanece intacto.

Finalmente hablamos sobre su victoria contra Bobby Fischer y las reminiscencias de aquella larga charla con el genio americano, que tuvo años más tarde. Sobre sus sentimientos en el preciso momento en que jugó “Df5” y Karpov estiró la mano aceptando la derrota. Tengo la sensación, que se siente como un gran actor que ha actuado en muchas obras increíbles y al que una y otra vez le recuerdan dos papeles maravillosos con los que ganó el Oscar.

Conozcan un poco más a Carlos García Palermo, les aseguro que vale la pena

  1. ¿Si le pregunto por su infancia, cuáles son los primeros recuerdos que le vienen a la mente?

Los recuerdos que me vienen no van a ser muy originales. Jugando a la pelota en el parque, cerca de mí casa. Los primeros años de escuela, el barrio, la televisión en blanco y negro, imagínese.

  1. ¿Su pasión por el ajedrez fue amor a primera vista, o más bien un amor que se fue desarrollando con el paso de los años?

Yo sentí atracción por el ajedrez desde el primer momento, no sé si es amor o pasión, pero ha sido la actividad más constante en mi vida.

  1. Tal vez haya vínculos con la respuesta anterior, pero me gustaría que mencione lo que sintió la primera vez que entró a un club de ajedrez. 

Mi padre me llevó al club de La Plata donde había un torneo.  El encargado era un jugador de primera categoría y me preguntó si yo sabía comer el peón al paso. Y como no sabía, ahí me enseñó. Recuerdo claramente el olor a humedad de las piezas de madera de aquel lugar.

 Yo había aprendido a jugar en mi casa con una enciclopedia para niños que  tenía el reglamento del ajedrez. Después empecé a jugar partidas contra mi padre

  1. Probablemente sea un estereotipo, pero uno vincula a los grandes ajedrecistas con profesiones como ingeniero, matemático, en fin, más con carreras científicas que humanísticas. Me gustaría que me diga que tiene en común su carrera de abogado con la de ajedrecista.

Es verdad, hay como una vinculación entre la ciencia matemática y el ajedrez. No sé si se puede trazar una relación directa entre el ajedrez y la abogacía, aunque es cierto que el proceso es una lucha, también hay en ambos una estrategia. 

En realidad el ajedrez se presta a realizar comparaciones con cualquier cosa.

En mi vida no son actividades que se junten, van por caminos separados.

  1. Me gustaría hablar de emociones. ¿Qué sintió en el instante que Anatoly Karpov, en ese momento campeón del mundo, abandonó su partida?

Lo que sentí fue una mezcla de incredulidad con vértigo, porque muchas miradas se concentraban en mi persona. Estaba como mareado por la sorpresa. Fue en el teatro Hermitage, todo el teatro y los jugadores que se quedaron a ver la partida en el escenario aplaudían. Recuerdo  que estaba Larsen aplaudiendo, eso me llamó la atención.

Tenía una sensación de incredulidad, pensaba “esto no puede ser verdad”.

  1. Hábleme de Bobby Fischer, dentro y fuera del tablero. Más allá de que usted tiene un scorer ventajoso frente a él (obviemos que sea en simultánea). ¿Qué sensación tenía frente a él, trasmitía esa especie de energía especial que suelen trasmitir los grandes genios?

De alguna manera emanaba como una especie de magnetismo y determinación. No sé si decir que era una sugestión colectiva. Hablo de la primera vez que lo conocí en la simultánea, cuando yo tenía dieciséis años. 

Después lo traté un poco más, hablé unas tres horas con él en Buenos Aires. Se iba a hacer un match en modalidad de Fischer Random entre Ricardi y Torre en La Plata. Yo lo iba a dirigir y al final se frustró. Probablemente por que Fischer hacía declaraciones de prensa que se encontraron inconvenientes. Los que lo trajeron pensaron que iba a ser una sensación como lo había sido en los años setenta, con todo el mundo pendiente de él, y esto no fue así.

Me pareció una persona muy amigable, muy tranquila, me mostró su libro “Mis sesenta partidas memorables”

Si, era un genio y se notaba que había algo especial en él.

  1. Elija su jugador preferido de la historia

Mi jugador preferido es Taimánov. Hay una entrevista que me hicieron en la revista alemana “Schach” y publicada en italiano en “Torre & Cavallo” donde me hicieron una pregunta similar y me referí a él. Taimánov escribió un libro que se titula “Como fui víctima de “Bobby Fischer”, sobre las seis derrotas que sufrió. Dicen que se lo mando a Fischer y este le respondió. Taimánov dice que el match debió salir tres y medio a dos y medio a favor de Fischer. Me parece extraordinario que alguien tome semejante hecho traumático en su vida, y escriba un libro. Recuerde que este match lo destruyó como ajedrecista y como persona. La Unión Soviética le sacó el sueldo, se divorció; todo a raíz de esa derrota. Un match es muy estresante, porque es siempre la misma cara, no es lo mismo un torneo donde salís último y tus rivales van cambiando. Yo destacaría a Mark Taimánov.

  1. Usted tiene doble nacionalidad. Dígame dos ajedrecistas argentinos que sienta que representen a su país y dos italianos que representen a Italia a lo largo de la historia.

Si hablo de ajedrez es inevitable nombrar a Oscar Panno y a Najdorf, son los dos pilares. Puedo agregar a Julio Bolbochán.

Italianos debo mencionar a Sergio Mariotti, el Gran Maestro histórico y a Michele Godena, otro referente.

  1. Elija dos partidas del ajedrez en la historia que le hubiera gustado jugar. Quizás una de blancas y una de negras.

La primera partida elegida sería la de Samuel Reshevsky y Robert Fischer jugada en New York en el año 1956.

La segunda sería Mikhail Botvinnik contra Alekhine, en el año 1938 en AVRO. 

  1. Sugiera dos partidas suyas, por la fortaleza de sus rivales o por la estética de las mismas.

Una partida que jugué con blancas contra Lubomir Ftacnik en el año 1986 en Szirak.

La segunda, una que jugué de negras contra Razuvaev el año 1985 en Dortmund

Tengo que confesar que alguien que le haya ganado a Bobby Fischer y Anatoly Karpov, dos de los mejores jugadores de la historia, y no elija esas dos partidas como las mejores me genera una mezcla de admiración y envidia.

Es que estoy un poco cansado con eso de ser el tipo que le ganó a Karpov y Fischer. Hay otras partidas que me han dado también satisfacciones. También podría ser la que le gané llevando las piezas negras a Nigel Short en 1992 en Manila. Él ya era sub campeón mundial y desafiante de Kasparov. En esta partida creo que tengo más mérito que con Karpov.

N.R.: En este programa del año 1997 en la Ciudad de Buenos Aires, le explica al GM Ariel Sorin y a la audiencia, sus famosas victorias sobre los ex-campeones mundiales Robert Fischer (Simultáneas, La Plata 1971) y Anatoly Karpov (Magistral Clarín – 1982).

  1. Un país para vivir, una ciudad que siempre le guste visitar, un torneo que haya disfrutado especialmente.

Me gusta la ciudad de Barcelona. Un país para vivir podría ser España o Italia. Un torneo, elegiría por la fortaleza el de Szirak Hungría, en 1986. Un torneo muy fuerte categoría XII que ganó Psakhis y en el que jugaban Romanishin, Rogers, Jesús Nogueiras, Edward Winter, Glenn Flear. Ahí me di cuenta de que si hubiera podido jugar un torneo de ese nivel al año, mi información hubiera sido otra. Es un privilegio jugar torneos tan fuertes.

  1. ¿Qué amigos del ajedrez no podrían faltar en una comida de García Palermo?

Es arriesgado porque puedo dejar afuera gente. Es como que uno vaya a hacer una fiesta y tiene un límite muy pequeño de invitados. Prefiero saltearme esa respuesta.

  1. Señale que le hace reír y que llorar

Lo que a todo el mundo, me hacen llorar las desgracias que pasan por la vida y por suerte aún hay muchas cosas por las que reírse.

  1. ¿Una película en la historia del cine?

Hay muchas películas, pero voy a nombrar una llamada “The Killing” de Stanley Kubrick, no recuerdo como la tradujeron al español. Una película del film noir, en blanco y negro. Hay detalles particulares, un narrador en off, escenas que se repiten y de acuerdo al momento tienen distinto significado porque uno la ve con distinta información. Tampoco es tan conocida.

Esa película es formidable, coincido. Fue traducida como “Casta de malditos”.

Me alegro que coincidamos

  1. ¿Una pintura con el que se emocione especialmente?

No sé si he llegado al punto de emocionarme frente a un cuadro. Puedo decir que me gusta, me enseña o me estimula. Hay una pintura de un grupo de personas que se internan en el mar, que, no sé quién es el autor, pero me resulta muy interesante. Hay una fila de personas donde la primera es claramente una mujer, pero las últimas son como manchitas y uno le atribuye que son seres humanos porque está condicionado por la fila. Cuando la vea se va a dar cuenta de lo que le digo.

Nota: Al otro día Carlos tuvo la amabilidad de averiguar a través de las redes. El cuadro se llama “Búsqueda de lagos” de Jens Koenig, les recomiendo tomarse unos minutos para observarlo.

  1. Dígame un grupo musical o cantante

Diría el nombre de una banda: Pink Floyd

  1. Pregunta para alguien como usted que nació en tierras Borges y Cortázar. ¿Algún escritor y libro que recuerde o lo haya marcado?

Hay un libro que me gusta mucho, “La vejez” de Simone de Beauvoir.

  1. Mencione alguna personalidad importante que haya conocido gracias al ajedrez.

Asumo que se refiere a gente famosa. He conocido muchas personas muy importantes para mí. Famosos pongamos a Fischer, que ya se lo cité. 

  1. Si volviésemos en el tiempo. ¿Elegiría de nuevo dedicar su vida al ajedrez?

Volvería a dedicarme al ajedrez con más intensidad todavía. Si algo pudiera modificar, creería más en mi ajedrez cuando era joven. Yo nunca creí que pudiera jugar bien, debería haberlo cultivado, irme a Moscú a los dieciocho años a jugarme por el ajedrez. Hubiera llegado más lejos. Claro que lo haría.

  1. ¿Cómo describiría el ajedrez?

Yo diría que es una representación geométrica de la realidad, o una simplificación de la misma. Es un mundo que tiene una ventaja respecto a la realidad, está todo en frente  tuyo. Si no lo entiendes es tu problema. El tablero esta ahí con las piezas. Si lo comparo con la profesión de abogado hay que considerar que uno es amigo del juez, el otro llamó por teléfono, cosas que pasan por detrás de ti y no la conoces. 

El ajedrez es una simplificación de la vida, la vida es mucho más compleja.

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