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«Sería un orgullo jugar un Mundial»

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Uruguay iniciará su camino rumbo al Mundial 2027 enfrentando a Panamá, y en la antesala de un nuevo desafío continental, Básquet Caliente tuvo la posibilidad de conversar con uno de los protagonistas del proceso: Nicolás Martínez, una de las caras jóvenes más interesantes del combinado celeste.

El jugador habló de todo: el presente del equipo, su propio momento, el rival que se viene y el significado que tendría para él defender a Uruguay en una Copa del Mundo.

Un grupo ilusionado y con confianza

Lo primero fue conocer cómo llega el plantel desde lo anímico a esta ventana clasificatoria. Martínez no dudó:

“La verdad es que el grupo llega muy contento y muy ilusionado. La Copa nos dejó con confianza para encarar lo que viene ahora, que es la clasificación al Mundial. Justo hoy hablábamos de que hace 40 años o no sé cuántos fue la última vez que Uruguay jugó un Mundial, y tenemos la chance de lograrlo. Recién arrancamos el trabajo, pero esto viene de meses atrás, de un proceso en el que ya nos conocemos mucho. Más allá de algún cambio, la base del grupo sigue siendo la misma. Nos vemos bien.”

El mensaje es claro: el envión de la AmeriCup transformó la expectativa en convicción. Uruguay llega unido y con un rumbo claro.

Dónde puede sacar ventaja Uruguay ante Panamá

Consultado específicamente por el rival, Panamá, Martínez fue directo al análisis deportivo:

“Ellos, al no tener pivots tan dominantes, van a correr mucho la cancha. Si podemos frenar esas corridas y marcar nosotros el ritmo, creo que en el uno contra uno vamos a estar muy bien. La clave será saber cuándo correr más y cuándo parar el juego. Creo que ahí podemos sacar ventaja, porque en el uno contra uno estamos muy fuertes.”

Para el ala pivot, controlar el ritmo será determinante para imponer la identidad de Uruguay.

Su propio presente: “Creo que llego en un muy buen momento”

Martínez también habló de su forma individual y si este es el mejor momento de su carrera:

“Creo que sí, que llego en un buen momento. Vengo contento, con confianza. Obviamente al ya conocerme el cuerpo técnico de la selección es distinto; vas con otro impulso, más tranquilo. Creo que cada momento en mi carrera va siendo el mejor, por suerte vengo en una línea ascendente. Ojalá pueda demostrarlo y cumplir con las expectativas.”

El jugador vive un proceso de crecimiento sostenido, potenciado por la confianza del staff celeste.

¿En qué cambia prepararse con Malvín o con la selección?

La respuesta fue honesta y transparente:

“Para mí todos los partidos son importantes. Inconscientemente sabés que capaz la selección es más importante, pero yo no lo tomo como presión. Mantengo mi rutina normal, esté en mi casa o en otro país. Es ir a entrenar liberado y dejar que las cosas fluyan.”

Un enfoque maduro, especialmente para un jugador tan joven.

El sueño de un Mundial: “Sería un orgullo enorme”

Pregunta obligada: ¿qué significaría jugar un Mundial con Uruguay?

“Sería un orgullo enorme. No sé hace cuántos años no clasificamos, pero después de la hazaña de la AmeriCup ya fue un honor. Si me toca defender la camiseta y clasificar a un Mundial, sin palabras. Es algo que nunca me hubiese imaginado en tan poco tiempo.”

Para Martínez, la posibilidad de volver a una Copa del Mundo es un sueño tan grande como cercano.

La fuerza del grupo: unión, compañerismo y esencia

Volvimos a hablar del colectivo. ¿Qué tiene este grupo que lo hace especial?

“La unión que se demostró en la Copa. El compañerismo, el apoyo de cada uno. Eso fue lo más importante y gracias a eso logramos lo que logramos. Por más que haya cambiado algún compañero, la esencia está. Creo que con eso podemos hacer grandes cosas.”

La química es, para él, el motor de la ilusión.

El momento en que le “cayó la ficha” de ser jugador de selección

Martínez recordó el día en que todo se volvió real:

“Me cayó cuando me llegó la primera citación. La estaba esperando, no llegaba, no llegaba… y cuando por fin se dio dije: ‘ya está’. Lo que no me había tocado en formativas me llegó en la mayor. Capaz no estoy consolidado aún, o hay gente que piensa que sí, pero me sirve de motivación para ganarme ese lugar y decir ‘soy fijo en la selección’.”

Una mezcla de desahogo, alegría y ambición.

¿Qué quiere que la gente recuerde de él tras estas Eliminatorias?

Su respuesta reflejó humildad:

“No quiero que la gente me recuerde por algo especial. Solo cumplir las expectativas: las de la gente y las mías. Hacer una buena serie, sentirme cómodo, que me salgan las cosas. Ojalá ganarme los minutos que creo que me merezco.”

Qué lo ilusiona del nuevo ciclo mundialista

Para cerrar, le pedimos que describiera qué es lo que más lo entusiasma de esta etapa:

“Es un desafío nuevo, y los desafíos nuevos siempre ilusionan. Capaz en 2027 puedo llegar a mi mejor momento. Somos un equipo joven, nos llevamos bien, son viajes entre amigos. Disfruto cada momento. Y no hay nada más lindo que jugar por cosas tan importantes para tu país.”

Un proyecto que crece

Así terminó una charla sincera, profunda y llena de energía positiva.
Nicolás Martínez, uno de los talentos más prometedores del básquet uruguayo, vuelve a ser llamado por Gerardo Jauri para pelear por un objetivo histórico: llevar a Uruguay nuevamente a un Mundial.

La ilusión está encendida. El camino empieza ante Panamá. Y Martínez, como todo el grupo, está listo para defender la celeste donde más importa: en la cancha.

La entrada «Sería un orgullo jugar un Mundial» se publicó primero en Basquet Caliente.

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