De chófer al roster de los Yankees: J.C. Escarra y su inspiradora historia
Un jovencito ha dejado a su pasajero en el destino indicado y se dirige a recoger su próximo cliente, pero en su mente solo hay una cosa: béisbol. Este era el día a día de J. C. Escarra allá por el 2022, cuando se vio fuera del deporte que ha amado desde que nació.
«No sé cómo hacen dinero las personas haciendo Uber. Yo no hice nada, y con el tráfico y los precios de la gasolina creo que perdí dinero», me dijo Escarra, a quien tuvimos de invitado en nuestro podcast de los Yankees: La Semana de los Bombarderos.
Nacido en Hialeah de padres cubanos, Escarra se destacó desde pequeñito. Su padre se fue a vivir a Nueva York con sus hermanos cuando llegaron de Cuba, y a pesar de que una parte de la familia se hizo fanática de los Mets, el padre de J.C. le entregó su corazón a los Yankees.
Escarra abrió los ojos de varios scouts, incluyendo los de los Mets de Nueva York, quienes decidieron seleccionarlo en el Draft del 2013 en la ronda 32, pero esa oferta sería declinada, pues J.C. quiso continuar sus estudios y aceptó su beca para jugar béisbol con la Universidad Internacional de la Florida (FIU, por sus siglas en inglés). En su etapa colegial y en cuatro temporadas pudo conectar 20 jonrones, dejó un promedio de .276 con 109 remolques.
Serían los Orioles de Baltimore los que, en 2017, en la ronda 15, firmarían a Escarra para así comenzar su carrera en ligas menores.
«Yo ni era cácher, era primera base. Cinco años en los Orioles y nunca me dejaron ser cácher. Pero un día dije: ‘Desde hoy soy cácher’, y me puse a trabajar en eso. La clave es fe y trabajo duro.»
Lamentablemente, el 2020, año de la fatídica pandemia, dejó sin trabajo a Escarra, quien tuvo que comenzar a sobrevivir como podía:
“Fueron años oscuros, pero tú sabes, yo tengo una familia hermosa con mi esposa, mis padres y mis amistades que me dieron la fuerza para seguir adelante”, recuerda Escarra, que entre las cosas que tuvo que hacer para sobrevivir no solo manejaba, sino que también trabajó como entrenador de pequeñitos y ayudante de construcción.
“Había un amigo que me dijo una vez: ‘Juega, no importa dónde tú juegues, si es la Rookie, si es Triple-A, Doble-A o liga independiente, juega como si ya tú estás en Grandes Ligas.’ Eso lo llevo conmigo”, nos comentó Escarra con orgullo en sus ojos.
Luego de jugar en Ligas Independientes en Estados Unidos, México y Puerto Rico, las puertas se abrieron cuando los Yankees lo firmaron en la pasada temporada, donde tuvo el chance de estar con el equipo en el Spring Training, donde dejó un buen sabor de boca. Y aunque no pudo llegar a las Grandes Ligas, estuvo en ligas menores y, durante la Serie Mundial, fue parte del llamado “taxi squad”, siendo esta una experiencia increíble para Escarra.
“Eso duele, duele llegar hasta el final así y perder. Las cosas podrían haber sido diferentes, pero uno aprende. Y por eso estamos aquí, otro año, para hacerlo de nuevo y hacer las cosas bien”, dijo Escarra, recordando la derrota de su equipo frente a los Dodgers en el Clásico de Otoño.
Al terminar la temporada, el receptor cubano decidió irse para otra tierra, esta vez la República Dominicana, donde firmó con las Águilas Cibaeñas, uno de los equipos emblemáticos del béisbol merenguero, y con ellos, Escarra no solo tuvo un gran invierno, sino que terminó siendo el mejor bateador de la liga, la que muchos consideran la mejor del Caribe, y donde se alzó con el título de bateo:
“Mucha gente me pregunta, ‘¿qué estás haciendo diferente? ¿Cambiaste tu mecánica? ¿Estás pensando en algo diferente?’ Y lo que te puedo decir es que yo he trabajado mucho toda mi carrera, y creo que ya es el tiempo de ver los frutos. No puedo decir que estoy haciendo algo diferente, pero siempre confío en mí y confío en Dios”, respondió Escarra.
Con la salida del equipo del ganador del Guante de Platino José Trevino, los Yankees dejan a Escarra de 29 primaveras, con una buena posibilidad de colarse en el roster de Opening Day. Pareciera que los Bombarderos se van a inclinar por un Austin Wells, y ese puesto de segundo cátcher se lo tendrán que disputar entre varios candidatos: Jesús Rodríguez, Alex Jackson, Ronaldo Hernández y, por supuesto, Escarra, que luce como una de las mejores opciones.
Sobre ese sueño de cómo va a ser su primer partido de Grandes Ligas, Escarra nos dijo:
“Trato de no pensar porque quiero que sea algo natural, algo de primera vez, sentir eso. Yo lo pienso, pero trato de no hacerlo a propósito”, nos dijo el receptor de los Yankees.
Cuando le pregunté sobre su misión de vida, la respuesta de J.C. Escarra puede ser la mejor forma de cerrar esta columna:
«Soy un chamaquito de Hialeah, de padres cubanos que vinieron a los Estados Unidos por una vida mejor. Ahora tengo la bendición de estar cerca de jugar con los Yankees. Voy a trabajar duro para ayudar al equipo a ganar otro anillo para Nueva York. Gracias por el apoyo.»
Fuente: MLB