Crónica de la Media Maratón de Málaga por Luis Martínez
Después de un año 2024 con buena motivación para correr, pero sin ganas de participar en muchas carreras (cada vez me dan más pereza las carreras populares), decidí que la Media Maratón de Málaga era una buena oportunidad de regresar. Es la modalidad que más me gusta y en la que más disfruto.
Mi objetivo: bajar de las 2 horas. David me planteó la posibilidad de ir juntos y acepté. Quería disfrutarla y hacerlo en buena compañía no tiene precio. Pero, como quien no quiere la cosa, entre las 8000 personas que estábamos allí, enviándonos a cada cual al cajón de su tiempo, me vi como único Primeguis en mi cajón de salida. Así que pensé que tendría que apretar un poco en los primeros 3 o 4km para alcanzar a David, Chema o Tony, que creía que estaban en el de sub 1h45min. Pedro y Fede son extraterrestres para mí y Dani, Jesús, Maite y Elisa imaginé que quedaban en el cajón de más de 2h (o al menos tampoco los vi en la línea de salida). Allí me encontré con Manuel, excapitán de los Beer Runners. Me hizo mucha ilusión verlo. Esta era mi décimoquinta media… para él era la 99… Uff, palabras mayores. Todo un ejemplo.
Tras un primer km algo caótico en la salida, como suele ocurrir, cogí un ritmo intenso pero cómodo y me agarré a él. Los kilómetros pasaban y no me encontraba a nadie, así que decidí correr como era mi deseo: a disfrutar pasando de todo. Me centré en hacerlo por sensaciones: coloqué la pantalla con el pulso en el reloj, pasando del tiempo y a devorar kilómetros. Ya me fui cruzando con otros Primeguis y nos íbamos dando ánimos…
Más o menos pude mantener un ritmo adecuado durante toda la carrera. Me detenía en los avituallamientos, bajé el ritmo en la estación marítima por unas ligeras molestias en la almohadilla del pie derecho, me detuve a avisar a un policía porque me crucé con un chico que estaba punto de tener un síncope (en dirección contraria), me fijaba en todas y cada una de las pancartas de ánimo, con un tiempo variable a ratos (sol, llovizna, viento,…).
Y llegó el kilómetro final. Que sí, que una Media Maratón son 21km y que en el Parque solo eran 500m, pero qué largos se hacen… Al final llegué sobrado a la meta, prácticamente igualé mi mejor marca de 21km (1h47min) y con la sensación de que podría haber bajado un poco más el crono. Pero mejor así.
Cuando alguien me pregunta, como si yo fuera un experto, cómo planificar el día de una carrera, siempre digo lo mismo: prepárala lo mejor que puedas y, el día de la prueba, sal a disfrutarla olvidando el crono. A mí es lo que me funciona.
Ahora me toca preparar la Maratón de diciembre. Son palabras mayores.
Así que, como nos decían en el colegio, despacito y con buena letra…
¡Hasta la próxima, Primeguis!
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