Cúspide olímpica se amplía para Cuba
En agosto de 2015, pocos días después de mi graduación, conocí de cerca la historia de un atleta de 20 años llamado Orlando Rodríguez, nacido en el municipio artemiseño de San Antonio de los Baños. En aquel entonces, el ariguanabense era una suerte de ídolo local. Corrió del anonimato a la cumbre en segundos. Algunos lo compararon, cariñosamente, con la leyenda jamaicana Usain Bolt, por los impresionantes resultados obtenidos en su primer evento fuera de Cuba.
Orlandito ganó el título en los 200 metros y luego cerró el hectómetro con la presea de bronce, y se convirtió en doble medallista de la edición 14 de los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales celebrados en la cosmopolita ciudad estadounidense de Los Ángeles, hace cuatro años. Quizá el principal referente de la pequeña comitiva cubana de 17 atletas, el velocista noble, sonriente y de pocas palabras, tendrá eternamente la seguridad de que en una laja del pináculo olímpico aparece inscrito su nombre.
Él es un ejemplo triunfante de nuestro movimiento deportivo, que ha sido partícipe sistemático de la historia de este evento, cuya primera versión fue hace más de medio siglo, en 1968 en Chicago. Ayer concluyó en Abu Dhabi, capital de Emiratos Árabes Unidos, otra edición más de esa fiesta del músculo y la voluntad, y Cuba se mantuvo muy fiel a su tradición de participar y regresar a casa con varias medallas, botón de muestra de que nuestro país le ofrece especial atención al talento de deportistas con discapacidad intelectual.
El último día de competencias deparó para la atleta Irina López la oportunidad de encumbrarse, tras despedirse sin medallas en los 100 metros, y la joven de 19 años la aprovechó a tope con su brinco de 4,40 metros, que le sirvió para ganar el oro en el salto largo. También en la jornada del adiós Mandy Yoniel Mojena se convirtió en doble medallista de plata, pues sumó a la alcanzada en 400 metros otra en la doble vuelta al óvalo.
Muy parecido al mérito de Mojena fue el desempeño de Roberto Luis Fernández, quien a sus 17 abriles culminó en la tercera posición del salto de longitud y como subtitular en 100 metros, mientras que la velocidad de Yulieser de la Caridad Ortega le permitió entrar tercera en el hectómetro.
Los cuatro representantes del atletismo cubano sacaron del moderno estadio Dubai Police Officers Club un botín de una medalla de oro, tres de plata y dos de bronce.
Indiscutiblemente, la heroína de la reducida delegación cubana de ocho exponentes, participantes en tres disciplinas, resultó la pesista Yaritza Parrado, quien desde los compases iniciales de la justa tributó los dos primeros cetros para su país, acompañados de igual cantidad de subtítulos. También el halterofilista espirituano Yoandry Beltrán subió al podio, con su tercer puesto.
En los primeros Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales que se celebraron en una región del Medio Oriente concursaron más de 7 000 deportistas de 177 naciones, y la comitiva insular coronó su actuación con cosecha de tres coronas, cinco subtítulos y tres metales de bronce.