La sorprendente propuesta de un bar para acabar con los niños molestos: "Que luego les aguanten en casa”
Es un debate que tiene pinta de no acabar nunca. Y es algo recurrente sobre todo en espacios públicos, bares, restaurantes, piscinas, autobuses, vagones del metro o aviones. Los niños, sobre todo los más pequeños, al no darse cuenta, juegan, corren, gritan y, para algunos, pueden resultar molestos. Muchos apuntan directamente a los padres, culpables de no supervisar a sus hijos.

