Los equipos de voleibol de cuatro universidades de EE.UU. se niegan a jugar contra una jugadora transgénero

La polémica sobre la participación de atletas transgénero en competiciones femeninas sigue muy vigente en los Estados Unidos, donde un nuevo caso en una competición femenina de voleibol ha reabierto el debate , que alcanzó incluso a los Juegos Olímpicos de París 2024 por la participación de las boxeadoras taiwanesa Lin Yu-Ting y la argelina Imane Khelif. En esta ocasión ha sido la negativa del equipo de la Universidad del Estado de Utah (USU) de jugar un partido contra otro equipo, el de la Universidad del Estado de San José (SJSU), con una deportista transgénero en sus filas. La decisión de la USU se ha sumado a las que de forma similar tomaron la Universidad del Sur de Utah (SUU) primero, el pasado 14 de septiembre, y las de Boise State y la Universidad de Wyoming después. Las tres se negaron a que sus equipos femeninos de voleibol se midieran al de la SJSU, por la presencia de la jugadora transgénero Blaire Fleming . La Universidad Estatal de Utah emitió un comunicado anunciando la cancelación y que luego retiró, en el que no explicaba el motivo de la misma, como tampoco lo hicieron antes las de Boise State y Wyoming. «El equipo de voleibol de Boise State no jugará su partido programado en San José el sábado 28 de septiembre. Según la política de la Conferencia Mountain West, esta registrará el partido como una derrota por abandono. Los Broncos competirán a continuación el 3 de octubre contra el equipo de las Fuerzas Aéreas», explicó en su momento Boise State. El comunicado de la Universidad de Wyoming, por su parte, decía que «después de una larga discusión, la Universidad de Wyoming no jugará su partido programado contra la Universidad Estatal de San José en el Complejo Deportivo UniWyo el sábado 5 de octubre. Según la política de la Conferencia Mountain West, esta registrará el partido como una derrota por abandono». La iniciativa de las universidades de Utah ha recibido el respaldo del gobernador Spencer Cox, y el presidente de la Cámara de Representantes del estado de Utah, Mike Schultz, ambos pertenecientes al Partido Republicano, que además solicitaron a la Asociación Nacional de Atletas Colegiados (NCAA), que administra las actividades atléticas intercolegiales, que aborde el asunto. «Es esencial que preservemos un espacio para que las mujeres compitan de manera justa y segura. Nuestras atletas femeninas se enfrentan a este difícil problema porque la NCAA ha fallado en su responsabilidad de proteger a las atletas femeninas y los deportes femeninos. Es hora de que la NCAA se tome esto en serio y proteja a nuestras estudiantes atletas femeninas», publicó Cox en la red social X. «Gracias por defender no solo a ustedes mismas, sino a las mujeres de todo el país, ¡las generaciones actuales y futuras! Es hora de que la NCAA tome medidas para proteger a nuestras atletas femeninas y preservar los deportes femeninos», agregó Schultz. Por su parte, la Universidad del Estado de San José ha asegurado que su equipo cumple las reglas de la NCAA, al tiempo que compartió su decepción porque sus estudiantes no tuvieran la oportunidad de competir con otras escuelas y aseguró que está comprometida a proteger la capacidad de sus atletas de competir en un entorno inclusivo . A principios de este año, una docena de atletas femeninas presentaron una demanda contra la NCAA por permitir a las atletas transgénero competir en deportes femeninos. Entre ellas se encuentra la exnadadora de la Universidad de Kentucky Riley Gaines , quien ha hecho de este debate una cruzada personal y ha viajado por todo el país dando conferencias sobre el tema. Tras la decisión de la Universidad del Estado de Utah, Gaines publicó en las redes sociales un mensaje: «La USU se convierte en la cuarta escuela en perder su partido contra la SJSU debido a que un hombre juega en el equipo de voleibol femenino. Felicitaciones a @USUAthletics». «Este tipo de unidad es lo que yo (y muchos otros que han trabajado mucho más tiempo que yo) hemos estado impulsando durante los últimos dos años. El castillo de naipes de la ideología de género se está desmoronando, y es un espectáculo glorioso », agregó.