Alcaraz derrota a Musetti y ya puede decir que acabará 2025 como número uno del mundo
Carlos Alcaraz ha cumplido el primero de los dos objetivos que se marcó al llegar a Turín: acabar la temporada como número uno del mundo. En realidad, era una meta que tenía desde que arrancó el curso en el Open de Australia, pero no hablaba mucho de ella porque el camino era largo. Se fue acercando a él, y en la última cita, sin contar la Copa Davis, necesitaba tres victorias en las ATP Finals y las ha conseguido en la round robin o fase de grupos. La última fue contra el italiano Lorenzo Musetti (6-4 y 6-1), en un encuentro en el que no se jugaba la clasificación, pues ya la tenía matemáticamente desde por la tarde, por el triunfo de De Miñaur ante Fritz (7-6 [7/3] y 6-3). El australiano le hizo un pequeño favor, pero la recompensa que obtuvo fue enorme, ya que con la victoria de Carlos, es De Miñaur el que le acompaña a semifinales como segundo de grupo.
Los españoles número uno
Alcaraz tiene 23 años y es el cuarto español que alcanzó el número uno del mundo, en el cuadro masculino. En el femenino, también lo lograron Arantxa Sánchez Vicario y Garbiñe Muguruza. Ser el uno, el mejor, es una hazaña, y acabar el curso en lo más alto es como dar un paso más. De los hombres, Moyá fue el primero en liderar la ATP, en 1999, pero no lo mantuvo hasta el final de temporada. Juan Carlos Ferrero, el entrenador de Alcaraz, llegó a la cima en 2023, pero tampoco pudo concluir el año ahí, en lucha con Andy Roddick, que fue quien lo consiguió, y Roger Federer, que estaba justo en la previa de su reinado. Rafa Nadal, por supuesto, sí lo logró en cinco ocasiones: 2008, 2010, 2013, 2017 y 2019. Alcaraz, también, cuando en septiembre de 2022 se convirtió en el número uno más joven de la historia y siguió ahí en diciembre, pese a lesionarse. Esta vez es la segunda, con lo que ya ha terminado el curso en el trono las mismas veces que Borg, Edberg y Hewitt. Por delante, McEnroe y Lendl con cuatro; Federer, Connors y Nadal con cinco, Sampras con seis y Djokovic con ocho.
En 2025, Alcaraz ha dado un salto de madurez y ha encontrado la regularidad que otros años le faltaba. Pese al traspiés del Masters 1.000 de París, encadenó nueve finales consecutivas. Imposible ser más constante. Sinner ya no puede alcanzar su puntuación ni proclamándose campeón.
Segundo objetivo de Alcaraz: ganar las ATP Finals
El otro gran reto del tenista murciano en las ATP Finals es levantar el título. En este caso, el número de españoles que lo ha hecho en la historia se reduce a dos en hombres: Orantes en 1976 y Corretja en 1998. En mujeres, se une Garbiñe Muguruza, en 2021. Fue el gran título que le faltó por ganar a Nadal. Alcaraz está a dos partidos de la gloria. La semifinal será contra el ganador del duelo que se disputa hoy a las 20:30 horas entre Alexander Zverev y Felix Auger-Aliassime. Por el otro lado, Sinner contra De Miñaur.
El partido contra Musetti le sirvió a Alcaraz para seguir adaptándose a las condiciones del Inalpi Arena. El español ha conquistado este año su primer título bajo techo, en febrero en Róterdam, y es un tenista que se ha caracterizado por saber adaptarse a todas las superficies. En «indoor», pese a que las pistas son menos rápidas que hace años, es importante dar primero, ser agresivo, y sacar bien, la gran ventaja por la ausencia de viento o de sol que moleste. Los encuentros suelen discurrir parejos y se deciden por detalles. El primer set se movió en esa igualdad hasta llegar al momento caliente, al 5-4 para el español. Al resto, lo dio todo. La estadística de ese parcial dice que fue más al ataque, por sus14 ganadores, por cuatro de su rival, pero una de las claves es la capacidad de defender que tiene el chico de El Palmar. Carlos consigue responder a tiros a los que cualquier otro ni se plantearía ir. Esa insistencia, ese ir y volver a ir, le dio por fin las oportunidades de rotura, y a la segunda la concretó, en un juego que duró más de diez minutos.
Con la confianza de ir con el marcador a favor, el segundo parcial ya fue más sencillo para el murciano. «Buen trabajo», le dijo Ferrero en el segundo juego. El break definitivo llegaría poco después, en el cuarto, y logró después, flotando sobre la pista, voleando, sacando de maravilla...

