Ona Carbonell: «En Japón me tenía que esconder para sacarme leche»

Ona Carbonell (31 años), la estrella de la natación sincronizada, decidió rodar un documental tras dar a luz a su hijo Kai con el fin de concienciar sobre las dificultades que una deportista de élite se encuentra para conciliar la alta competición con la crianza de un hijo. 'Empezar de nuevo' es la mejor manera de mostrar al mundo el tesón y el sacrificio de una mujer que no quiso renunciar a la lactancia ni en plenos Juegos Olímpicos. Su meta era animar a que otras deportistas lo tengan más fácil.


¿Cómo fue la Idea de rodar este documental que empieza con el parto de su bebé? 


Mi agente me propuso hacer un documental y aunque en un principio le dije en un par de veces que no porque soy muy celosa de mi intimidad y de ahí que nunca haya querido mostrar mi vida ni siquiera en las redes sociales al final entendí que en cierta forma era responsable de utilizar el altavoz que tengo para intentar cambiar una situación que no es la correcta. Eso fue lo que me animó a contar mi historia con el único fin de poder ayudar a otras mujeres que pasan por la misma situación. 


En esta película se muestra en planos más íntimos que los puramente deportivos. ¿Qué es lo que más le ha costado?


Como nunca había mostrado mi círculo cercano más personal y aquí tenía que hacerlo reconozco que cuando entendí que otras deportistas podían perder el miedo a quedarse embarazada y no tener que renunciar a su carrera deportiva todo fue más fácil. Es verdad que me ha costado más mostrar esa parte de mí, con el sacaleches puesto, en casa, en la piscina, en la cocina, en pijama, justo después de haber parido con los cambios en el cuerpo… pero entendí que debía ser real y sincero y hoy estoy feliz con el resultado.


¿Cree que algo ha ya cambiado en estos meses? 


Sí, creo que están cambiando muchas cosas. Entre las reivindicaciones que algunas deportistas hicimos en los Juegos Olímpicos con la lactancia más la regulación de la federación de fútbol con las bajas maternales, becas para las deportistas, nuevos sponsors… Los míos por ejemplo me han seguido apoyando durante mi maternidad que antes hubiera sido impensable. Hay cosas que están evolucionando, pero queda camino por recorrer.


Su marido Pablo Ibáñez es un pilar básico en su vida. ¿Cómo lo ha llevado? 


Mi marido y padre de mi hijo ha sido un pilar imprescindible en este año pasado con el objetivo Tokio. En muchas ocasiones tuvo que aparcar su trabajo para poder acompañarme en alguna concentración o para quedarse con el niño mientras yo entrenaba. Todo el mes que pasé en Tokio estuvo con Kai y a eso hay que añadir el apoyo emocional que he tenido por lo que insisto que ha sido un pilar en mi vida y de ahí que le esté muy agradecida al igual que a mi familia, mis padres y hermano.


Tras el esfuerzo llegó la recompensa en Las Olimpiadas donde quedaron en séptimo lugar? ¿Se quedó triste con ese resultado tras dos medallas olímpicas? 


La recompensa llegó porque era poder competir en los Juegos Olímpicos de Tokio justo un año después de haber dado a luz y esa era la hazaña. Era un equipo muy joven sin experiencia en estas competiciones dado que yo era la única que había estado en otros Juegos y creo que hicimos un muy buen papel y de ahí que estemos contentas con el resultado.


Una imagen icónica del documental es usted con el sacaleches durante los entrenamientos. ¿Le costó mostrarse así? ¿Nos cuesta aún ver a las mujeres dando de mamar a sus hijos?


Lo del sacaleches, mi gran amigo durante todo un año, no fue nada fácil porque si en la conciliación del trabajo y la maternidad aún queda mucho por avanzar no te quiero ni contar entre la lactancia y el deporte de élite. No existen ayudas para llevar a tus hijos a las competiciones, ni estar durante tu bebé en los Juegos para poder criarle en ese tiempo, no hay salas de lactancia… En Japón no está bien visto y tenía que esconderme en el autobús con una chaqueta para poder sacarme la leche o hacerlo en la habitación de la villa olímpica. Las primeras escenas con el sacaleches me costaron un poco pero al final opté por la naturalidad y como ese año me pasé gran parte de mi vida con un sacaleches enchufado al pecho entendí que era indispensable que se viera en el documental. No olvidemos que la OMS recomienda la lactancia durante dos años y, aunque es una elección personal y hay que respetar cualquier decisión, creo que está bien mostrarlo.


¿Pasado este tiempo cree que valió la pena el esfuerzo?


Sí. Como he comentado antes creo que valió la pena el esfuerzo, sobre todo para demostrar que se puede, que no hace falta renunciar a una cosa o a la otra. Estoy muy contenta de poder contar mi historia y así contribuir a que las deportistas que vengan después lo tengan un poquito más fácil. 


Hoy está embarazada de su segundo hijo. ¿Seguirá en el deporte de elite? ¿Habrá más olimpiadas? 


Estamos muy felices con el embarazo y deseando verle la carita a nuestro bebé. Por supuesto que sigo entrenando pero en plan más tranquilo, dos días a la semana, y con un proyecto diseñado para mi estado ya que la idea es seguir compitiendo.


¿Cuándo hablan de conciliar maternidad y trabajo qué le pasa por la cabeza? 


Que no es nada fácil y que mi idea es que se visibilice el tabú de la maternidad en el deporte porque está claro que no tenemos las mismas oportunidades entre mujeres y hombres deportistas. Sólo basta comprobar cuántos padres y madres hay. La diferencia es abismal y la idea de mi documental es precisamente intentar cambiar esta situación. 


¿Cómo se imagina cuando llegue el momento de la retirada?


No tengo claro cuál será el momento de mi retirada, pero es cierto que cada vez lo veo más cerca. Ahora solo pienso en poder disfrutar de una baja de maternidad de cuatro meses de verdad y más adelante se verá. Lo que sí tengo claro es que en ese futuro me veo ligada al mundo del deporte por más tiempo.


¿Cuáles han sido los momentos más felices de su vida? 


Sin duda el nacimiento de Kai ha sido el más feliz. En mi carrera profesional, la plata olímpica de Londres 2012 y cuando conseguí mi 23ª medalla en el mundial de Corea en 2019 convirtiéndome en la mujer con más medallas en mundiales de natación.


¿Dejará de ser un problema la maternidad entre las deportistas? 


De verdad que lo espero y para eso he decidido contar mi historia. Para intentar hacer el camino más fácil a las deportistas que vengan después.