Ona Carbonell relata su titánico esfuerzo para conciliar: «Había muchos momentos en los que me sentía mala madre y mala deportista»
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‘El Hormiguero’ ha inaugurado la semana con la visita de todo un orgullo para el deporte español. Ona Carbonell, referente en el mundo de la natación sincronizada, ha regresado este lunes 7 de febrero al programa de Pablo Motos para charlar con sobre el documental ‘Ona Carbonell. Empezar de nuevo’, que se estrena el 3 de marzo en Rakuten TV.
Este nuevo proyecto, ha explicado la ganadora de
'MasterChef Celebrity 3', profundiza sobre cómo fue su vuelta a la competición de alto nivel tras convertirse en madre por primera vez. Además, ha contado que vuelve a estar embarazada.
Sobre el filme, ha confesado que le costó embarcarse en él porque le echaba para atrás mostrar su día a día sin filtros. «Mi pareja no tiene ni 'WhatsApp' ni redes sociales, y a mí me gusta mucho mi intimidad. Sí que dije que no quería que se viera la cara del niño, pero ya que tenía este altavoz me sentía responsable de visibilizar la situación que hay en el deporte con la conciliación. Es un tema tabú, y hay muy pocas ayudas, mucho margen de mejora. Entonces, es para todas las deportistas que quieran ser madres; para que tengan visibilidad e información».
En su caso, ha narrado, dio a luz en agosto, y en septiembre ya estaba entrenando para los Juegos Olímpicos. Por eso, «debía ir con mucho cuidado de no lesionarme. Tenía el abdominal abierto, el suelo pélvico fatal… Al principio, los hombros también fatal, me costó nadar. En el agua es más fácil, creo que un deporte de impacto es más complicado, pero me resultó muy difícil». Por si fuera poco, se le sumó el factor de no dormir. «Levantarte mil veces para dar el pecho y cambiar el pañal y entrenar 10 horas durante el día con el máximo desgaste. Estaba muerta», ha relatado.
Un sueño pospuesto por miedo
Aún así, la medallista olímpica asegura sentirse una privilegiada. «He tenido una estabilidad económica, ayuda en casa, y además mi entrenadora y mi equipo me han ayudado muchísimo». Pero lo de no dormir, ha reiterado, «lo he llevado fatal, porque como deportista de élite de repente tu vida pasa a ser un caos».
Tanto es así que llegó a plantearse abandonar el entrenamiento. «Me sentía muy responsable porque al final es un equipo. Entonces, había muchos momentos de sentirme mala madre y mala deportista, porque no estaba haciendo bien ni una cosa ni la otra. He tenido varios momentos de decir ‘no aguanto’. Me sentía fatigada hasta de ponerme el bañador».
Sin embargo, dio el paso de ser madre porque era su sueño. De hecho, ha admitido, le hubiera gustado poder cumplirlo antes, pero no se atrevía por miedo a perder su profesión. «Ahora que me he adentrado en este mundo me he dado cuenta de que la conciliación es muy difícil, que se necesitan más ayudas, pero es posible. Serena Williams, Allyson Felix y Alex Morgan, por ejemplo, han vuelto y han ganado medallas olímpicas».
En su opinión, el mensaje es que se puede, siempre y cuando «exista más empuje para que las mujeres que lo deseen no dejen de ser madres por miedo».
Este nuevo proyecto, ha explicado la ganadora de
'MasterChef Celebrity 3', profundiza sobre cómo fue su vuelta a la competición de alto nivel tras convertirse en madre por primera vez. Además, ha contado que vuelve a estar embarazada.
Sobre el filme, ha confesado que le costó embarcarse en él porque le echaba para atrás mostrar su día a día sin filtros. «Mi pareja no tiene ni 'WhatsApp' ni redes sociales, y a mí me gusta mucho mi intimidad. Sí que dije que no quería que se viera la cara del niño, pero ya que tenía este altavoz me sentía responsable de visibilizar la situación que hay en el deporte con la conciliación. Es un tema tabú, y hay muy pocas ayudas, mucho margen de mejora. Entonces, es para todas las deportistas que quieran ser madres; para que tengan visibilidad e información».
En su caso, ha narrado, dio a luz en agosto, y en septiembre ya estaba entrenando para los Juegos Olímpicos. Por eso, «debía ir con mucho cuidado de no lesionarme. Tenía el abdominal abierto, el suelo pélvico fatal… Al principio, los hombros también fatal, me costó nadar. En el agua es más fácil, creo que un deporte de impacto es más complicado, pero me resultó muy difícil». Por si fuera poco, se le sumó el factor de no dormir. «Levantarte mil veces para dar el pecho y cambiar el pañal y entrenar 10 horas durante el día con el máximo desgaste. Estaba muerta», ha relatado.
Un sueño pospuesto por miedo
Aún así, la medallista olímpica asegura sentirse una privilegiada. «He tenido una estabilidad económica, ayuda en casa, y además mi entrenadora y mi equipo me han ayudado muchísimo». Pero lo de no dormir, ha reiterado, «lo he llevado fatal, porque como deportista de élite de repente tu vida pasa a ser un caos».
Tanto es así que llegó a plantearse abandonar el entrenamiento. «Me sentía muy responsable porque al final es un equipo. Entonces, había muchos momentos de sentirme mala madre y mala deportista, porque no estaba haciendo bien ni una cosa ni la otra. He tenido varios momentos de decir ‘no aguanto’. Me sentía fatigada hasta de ponerme el bañador».
Sin embargo, dio el paso de ser madre porque era su sueño. De hecho, ha admitido, le hubiera gustado poder cumplirlo antes, pero no se atrevía por miedo a perder su profesión. «Ahora que me he adentrado en este mundo me he dado cuenta de que la conciliación es muy difícil, que se necesitan más ayudas, pero es posible. Serena Williams, Allyson Felix y Alex Morgan, por ejemplo, han vuelto y han ganado medallas olímpicas».
En su opinión, el mensaje es que se puede, siempre y cuando «exista más empuje para que las mujeres que lo deseen no dejen de ser madres por miedo».