No son hippies. Así se vive el surf profesional en Baja California Sur
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DOMINGA.- En Los Cerritos parece cosa fácil. La ola se acerca, estoy de espaldas pero la escucho. Me recuesto boca abajo en la tabla. No sé por qué pero siento confianza. Llega la cresta y de inmediato pongo en práctica los pasos que el entrenador sintetizó en la clase previa. Subo el torso y comienzo a aletear, llevo una rodilla al frente, desplazo el otro pie, no sé cómo lo hice pero me incorporo. Y en seguida, fracaso. Caigo en segundos. También en los siete intentos posteriores. El surf es complejo.UNO. En noviembre de 2024, esta playa de El Pescadero recibió su primer evento de surf avalado por la World Surf League, organización que regula el deporte a nivel mundial: El Pacífico Surf Open Cerritos. De los 80 surfistas internacionales que compitieron, el ganador fue Jett Schilling, estadounidense, quien logró una puntuación de 17.90, dos décimas más que su compatriota Taro Watanabe. El evento posicionó a esta playa como otro destino idóneo para el surf en México, detrás de Puerto Escondido (Oaxaca), Revolcadero (Guerrero), Boca de Pascuales (Colima) y Sayulita (Nayarit).Los mexicanos se suben a las olas en Baja CaliforniaDOS. ¿Qué es el surf? Antes de intentarlo en el agua, buscó en internet. La Real Academia Española lo sintetiza como “un deporte acuático practicado sobre una tabla que se desliza sobre las olas”. Los historiadores no se ponen de acuerdo: unos dicen que fue en las islas Polinesia, otros que en el Perú ocurrió el primer antecedente, pero todos coinciden en que su era moderna comenzó con Duke Kahanamoku, un atleta de oro en los Juegos Olímpicos de Estocolmo (1912) y de Amberes (1920), que en su retiro se dedicó a hacer demostraciones sobre su tabla. Así comenzó una historia que lo consagró como el Padre del surf.TRES. Dice Edwin Morales, surfista y fotógrafo de Puerto Escondido, durante una de las fiestas nocturnas del torneo, que el prejuicio constante para los surfistas es que los equiparan aún con los hippies. Pero a quienes piensan así les recomienda meterse a las olas, un intento de surfear y va a cambiar su perspectiva. Un surfista es, primero que nada, un deportista. Y yo le creo: en la competencia todos se dirigen a Edwin con respeto. Sus tres décadas documentando este deporte lo han convertido en un referente. TRES. Treinta surfistas mexicanos compitieron en el Pacífico Surf Open Cerritos, una muestra del crecimiento de este deporte en el país. De hecho, desde 1987 existe la Federación Mexicana de Surfing con referentes como el aguascalentense Coco Nogales y el colimense Alan Cleland. También como una cultura que, además de lenguaje y moda, implica un estilo de vida que impregna a las regiones donde se desarrolla con prioridad medioambiental. Un tema común en las conversaciones es el respeto por “la ola” y el ecosistema marino. CUATRO. En la primera jornada del torneo en el Pacífico Surf Open Cerritos, Alan Cleland llega temprano. Compite mañana pero hoy quiere saludar a algunos amigos y, sobre todo, ver las olas. Sus gafas oscuras y la barba no lo hacen pasar desapercibido de aquellos que, al notar su inconfundible melena rubia y desordenada, le piden fotos. Alan es histórico: en julio de 2024 se convirtió en el primer surfista mexicano en disputar unos Juegos Olímpicos. Los de París. No llegó a cuartos de final –quedó en la Ronda 3, tras ser superado por el francés Joan Duru–, pero su presencia sobre las olas de Teahupoo, Tahití, emocionó al país.CINCO. “Alan es un detonante muy importante para el surf. Pero no hay que olvidar que Jhony Corzo fue el primero en ganar el ISA World Surfing Games en 2017, uno de los torneos más importantes. La diferencia es que Alan fue campeón en 2023 y eso le generó un boleto para ir a las olimpiadas, que consideraron al surf como deporte olímpico hace cinco años. Y fue un detonante tan grande y tan bueno, porque si pudo uno, puede otro. Sólo falta el apoyo de medios y marcas, que hagan más ruido, que hagan una conexión para que todo el tiempo haya competencias”, dice Fernando Martin, director de Ruts, la única revista mexicana especializada en surf.SEIS. El surf es un deporte incierto. Alan Cleland, favorito de la competencia, quedó eliminado en su primer hit, como se conoce a las rondas eliminatorias; avanza quien tenga mejor sumatoria de sus dos mejores turnos ante las olas. También Sasha Donnanno, conocido por sus maniobras aéreas que ha perfeccionado en su natal Puerto Escondido, se quedó corto. Sólo dos mexicanos llegaron a las semifinales: el oaxaqueño Sebastián Williams y el sudcaliforniano Lucas Cassity. El primero es un campeón comprobado: se coronó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023. El segundo, de 16 años, ha demostrado tal dominio de las olas que sus colegas le vaticinan un futuro brillante. SIETE. La forma de la ola, dice, le permite a Cassity saber si “la agarra o no”. Las que parecen “cerrarse pronto” no son buenas oportunidades. Las ideales son las que se “abren”, con ellas es fácil “hacer maniobras”. Dentro del mar, pocas veces siente nervios; al ser originario de Baja California Sur, lleva toda su vida conviviendo con él. Toda su vida surfeando. “Es lo que hago después de la escuela, a lo que me dedico”. Es muy buen surfista, dicen la gente de Los Cerritos. Y Lucas lo comprueba llegando a la semifinal. Lucas dice que la clave para ser bueno con la tabla, más que técnica o entrenamiento, es “tenerle respeto al mar, hay que estar conscientes de él”.Los secretos del surf en Baja California SurOCHO. Cualquiera puede surfear, pero no cualquiera puede ser surfista profesional. Primero, se requiere tiempo junto al mar; no va a tener el mismo desarrollo alguien que vive en la playa San Agustinillo, de Oaxaca, que alguien de la Ciudad de México. Luego, lo económico: la tabla más usual para surfear, una ‘shortboard’, ronda los 10 mil pesos. Otros gastos son la parafina de 300 pesos, cera que se unta para un mejor agarre; los trajes de neopreno de 2 mil pesos, que protegen de las bajas temperaturas del mar, y los grips de 400 pesos, adherentes de espuma que sirven para un mejor apoyo del pie trasero. Por último, lo más importante: la pasión.NUEVE. La pasión. A mediados de 2024, Sergio Reyes Hernández Catman, surfista veterano, tuvo un accidente automovilístico que hoy lo obliga a usar un collarín y, por ende, a no poder surfear. Originario de Guerrero, fue al Pacífico Surf Open Cerritos como juez, durante el torneo solo podía pensar en estar sobre una tabla. “Siento desesperación y a veces tengo pesadillas en la noche: sueño que ando cotorreando y, cuando me despierto, me decepciona saber que solo fue un sueño”. Aún le faltan seis meses de recuperación. DIEZ. El Pacífico Surf Open Cerritos fue un buen negocio. En conferencia de prensa, Gustavo Duccini, director general de Surf Open League y promotor de la World Surf League en México, afirmó que México es “potencia” en el surf. Pero dio una declaración más significativa: que este torneo dejó una derrama de aproximadamente un millón de dólares, ante un costo de 150 mil dólares. El surf mexicano crece pero es desigual. El torneo en Los Cerritos convocó a 80 hombres y sólo 16 mujeres, que tuvieron su propia competencia, mucho más austera. La ganadora, Coral Bonilla, se impuso con 15.07 puntos ante Maya Larripa, Moana Bonilla y Joy Ramírez. Fernando, de Ruts, cree que el rezago de la rama femenil no tiene que ver con instituciones, sino con el prejuicio de que es un deporte de varones. Rompiendo eso, aumentaría la participación y, por ende, el nivel. GSC/ASG