Ascensión al Lyskamm (4532m) y al Diente del Gigante (4013m) (7 respuestas)
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He de reconocer mi ignorancia… hace dos semanas no había oído hablar del Lyskamm… y aquí estoy, dos semanas después con este precioso 4000 marcado en el piolet.
Hace un año, a los pocos días de bajar del Mont Blanc, se me metió entre ceja y ceja la ascensión del Eiger por la arista Mittellegi. Llevaba preparándolo todo el año, tanto a nivel logístico como a nivel técnico y físico. El día elegido era el 8 de agosto… y el día 1 de agosto me llama Pablo, el guía...
-- Marta, han caído 70 cm en el Valais
-- Genial, ¿me llevo los esquís?
-- No, que no me estás entendiendo… que en estas condiciones no se puede hacer la arista
Por primera vez en mi vida, una nevada me iba a machacar el plan.
Así que, ahí estoy el 1 de agosto pensando donde me voy una semana después… como siempre, en montaña, la meteo manda, y nosotros tenemos poco o nada que decir.
Pablo, me ofreció varias opciones, pero yo estaba tan obsesionada con el Eiger que ninguna me parecía a la altura. Por un momento, se nos ocurrió el Matterhorn, pero no había plaza en el refugio, ¿qué te pensabas, Martita? Si la gente reserva en el Hornli con un año de antelación, no te iban a estar guardando a ti una plaza…
Así que a día 2 de agosto, cambio de tercio y elijo la Travesía de los Lyskamm, casi sin saber dónde ubicarlo en el mapa.
El resto del plan sigue como habíamos pensado, aclimatación en el Torino, ascensión al Diente del Gigante, y el día 7 camino del Monte Rosa.
Aprovecho esos días que me quedan hasta el día 7 para estudiarme el Lyskamm, dónde está, como es la ascensión, el mapa topográfico, descargar los tracks…
Y llegamos al día 5 de agosto, primer día de actividad.
Pablo me propone hacer una vía poco conocida en las Aiguilles Marbrees -Le Petit Dent des Marbrees-. Es una vía de escalada, equipada con maromas en algunos tramos, por tanto, perfecta para calentar el Dent du Geant.
El día 5 de agosto dormimos en el Refugio Torino, ubicado en la parte italiana del Valle Blanco, anexo al teleférico de Punta Helbronner (3462m). Para quien no lo conozca Punta Helbronner es accesible desde Courmayeur con el teleférico Skyway o desde la Aiguille du Midi con el Panoramic, y sus vistas bien merecen una visita.
Y nos levantamos el día 6 de agosto con el Dent du Geant (4013 m) como objetivo.
Tras una aproximación de alrededor de 1 hora por el glaciar llegamos a la ante base del Dent du Geant, aún queda otra hora larga de aproximación hasta la Salle à Manger, subiendo por un corredor aún con restos de nieve y hielo, y mucha piedra suelta, y después por un terreno mixto de bloques y nieve que si bien no es difícil si requiere atención para evitar tirar las piedras a los que vienen detrás. La Salle à Manger es la base propiamente dicha del Dent du Geant y donde se preparan las cordadas para empezar la ascensión. Hemos sido la primera cordada en salir del refugio y los primeros que llegamos a la Salle à Manger. Aunque el madrugón ha sido importante, luego lo agradeceremos al ver los atascos que se han formado por detrás de nosotros cuando nosotros ya estamos bajando.
La escalada del Dent du Geant es muy entretenida, está prácticamente en su totalidad recorrida por maromas que facilitan la ascensión, aunque no la regalan ya que aun así tiene tramos donde hay que tirar de todos los recursos para superar los pasos.
Mirar hacia arriba desde la Salle à Manger da una idea de la complejidad de la ascensión si no fuese por la ayuda de las maromas.
En todo el recorrido, la presencia majestuosa del Mont Blanc y las afiladas agujas de Chamonix cautivan la mirada.
Después de 2 horas aproximadamente llegamos a la antecima, tras un destrepe y otro largo más de escalada llegamos a la cima donde la Madonna nos da la bienvenida y un punto de aseguramiento.
Ahora solo queda despedirnos de este 4000 y bajarlo encadenando 6 rápeles que nos dejarán en el glaciar para volver a Punta Helbronner, y de ahí a Chamonix a través del Panoramic.
Por hoy misión cumplida, la aclimatación ya está hecha.
El día siguiente 7 de agosto lo dedicamos a la aproximación al punto de partida de la que será la actividad principal de la semana, la ascensión al Lyskamm.
El Lyskamm, con sus 4532 m, es la segunda cumbre más alta del Macizo del Monte Rosa, después de la punta Dufour, y la cuarta de los Alpes después del Mont Blanc (4810m), Punta Dufour (4634m), y el Dom (4545m). Realmente está formada por dos puntas, el Lyskamm Occidental con 4481 m y el Lyskamm Oriental con 4532m, separadas por una afilada arista de nieve con alguna zona rocosa entre medias. La ascensión puede iniciarse indistintamente por cualquiera de las dos cimas y dependerá de las condiciones y de la disponibilidad de los refugios, que se elija hacerla en un sentido u otro.
Nosotros elegimos empezar desde el Refugio Quintino Sella y hacerla de oeste a este.
El refugio Quintino Sella está enclavado en un punto estratégico que da acceso a varios 4000s de la zona. Se accede a él desde Staffal, cogiendo los remontes que dejan en el Colle Bettaforca, desde ahí sale un camino de alta montaña, equipado con cuerdas, escalones y grapas en algunas zonas, que después de algo más de 3 horas nos dejará en la puerta del refugio.
Después de una tarde en el refugio disfrutando de la compañía de otros alpinistas y una espectacular puesta de sol, toca cenar y recogerse para el día siguiente, que promete ser largo.
Vista de Lyskamm Occidental (izquierda) y Oriental (derecha) desde el Refugio Quintino Sella
El día 8 de agosto empieza a las 3:30 de la mañana. Tras un rápido desayuno ya estamos listos para salir del refugio.
Fuera hace una temperatura agradable, pero esto, lejos de ser una ventaja, se torna peligroso porque las condiciones del glaciar no son las mejores. Tras un rato andando por el glaciar tengo mi primera experiencia con una grieta… gracias a Dios la sangre no llega al río y solo me hundo hasta la cintura, pero el susto ya me lo he llevado cuando noto que mis pies se quedan colgando.
Tras aproximadamente 600m de desnivel atravesando el glaciar Felik, llegamos cuando está amaneciendo al Felikjoch 4061m, las vistas desde allí de los picos que conforman la “Corona Imperial” o “Corona del Matterhorn” quedan guardadas para el recuerdo.
Seguimos subiendo, esta vez con la vista puesta en el Lyskamm Occidental (4481m), la altura ya se hace notar y hay que aflojar el ritmo. Esta parte de la ascensión, aunque muy empinada, no es difícil ni peligrosa y el grado de exposición es relativamente bajo, sobre todo si lo comparamos con el resto de la ascensión desde la Punta Occidental a la Punta Oriental y luego la arista de bajada.
¡La primera cima ya está hecha!
Y desde ahí se ve perfectamente lo que nos queda para la segunda cima… una arista continua de nieve, salpicada de rocas que hay que superar, donde en algunas zonas no caben los dos pies en paralelo y con unas cornisas a derecha o izquierda que no te dan espacio al más mínimo error.
En algún momento intento mirar a los laterales, pero llego a marearme al ver la caída que hay a ambos lados. Al final, el truco para no perder las distancias y mantener el equilibrio está en mirar al suelo siempre un poco por delante de los pies y sin llevar la mirada lejos.
Así, pasito a pasito llegamos a la cima Oriental (4532m) y verdadera cima del Lyskamm.
Y cuando ya te crees que alcanzando la cima lo has hecho todo, aún queda la arista de bajada con la nieve empezando a transformar, que es incluso peor que la arista entre cimas y la arista cimera.
Como dicen los montañeros más experimentados, “la cima se alcanza en el valle”, y no hay mayor verdad que ésta.
Tras 6 horas de ascensión y bajada llegamos al Col de Lys, donde ya podemos disfrutar de las magníficas vistas de Punta Dufour con tranquilidad.
El glaciar de Lys de vuelta tiene unas grietas sobrecogedoras y no hay que bajar la atención.
La vuelta hasta el Refugio Gniffeti y después hasta el coche, la hacemos sin mayor problema y con la satisfacción de haber conseguido una nueva cima que hace unos días ni siquiera habría sabido poner sobre el mapa.
Ya pensando en la siguiente… ¿Eiger, Cervino…? Pues seguramente sea la invernal de esos 4000s que se ven en la foto panorámica aproximando con los esquís de montaña… ya veremos.
La mayoría de las fotos son cortesía del guía de montaña Pablo Herraez.
Hace un año, a los pocos días de bajar del Mont Blanc, se me metió entre ceja y ceja la ascensión del Eiger por la arista Mittellegi. Llevaba preparándolo todo el año, tanto a nivel logístico como a nivel técnico y físico. El día elegido era el 8 de agosto… y el día 1 de agosto me llama Pablo, el guía...
-- Marta, han caído 70 cm en el Valais
-- Genial, ¿me llevo los esquís?
-- No, que no me estás entendiendo… que en estas condiciones no se puede hacer la arista
Por primera vez en mi vida, una nevada me iba a machacar el plan.
Así que, ahí estoy el 1 de agosto pensando donde me voy una semana después… como siempre, en montaña, la meteo manda, y nosotros tenemos poco o nada que decir.
Pablo, me ofreció varias opciones, pero yo estaba tan obsesionada con el Eiger que ninguna me parecía a la altura. Por un momento, se nos ocurrió el Matterhorn, pero no había plaza en el refugio, ¿qué te pensabas, Martita? Si la gente reserva en el Hornli con un año de antelación, no te iban a estar guardando a ti una plaza…
Así que a día 2 de agosto, cambio de tercio y elijo la Travesía de los Lyskamm, casi sin saber dónde ubicarlo en el mapa.
El resto del plan sigue como habíamos pensado, aclimatación en el Torino, ascensión al Diente del Gigante, y el día 7 camino del Monte Rosa.
Aprovecho esos días que me quedan hasta el día 7 para estudiarme el Lyskamm, dónde está, como es la ascensión, el mapa topográfico, descargar los tracks…
Y llegamos al día 5 de agosto, primer día de actividad.
Pablo me propone hacer una vía poco conocida en las Aiguilles Marbrees -Le Petit Dent des Marbrees-. Es una vía de escalada, equipada con maromas en algunos tramos, por tanto, perfecta para calentar el Dent du Geant.
El día 5 de agosto dormimos en el Refugio Torino, ubicado en la parte italiana del Valle Blanco, anexo al teleférico de Punta Helbronner (3462m). Para quien no lo conozca Punta Helbronner es accesible desde Courmayeur con el teleférico Skyway o desde la Aiguille du Midi con el Panoramic, y sus vistas bien merecen una visita.
Y nos levantamos el día 6 de agosto con el Dent du Geant (4013 m) como objetivo.
Tras una aproximación de alrededor de 1 hora por el glaciar llegamos a la ante base del Dent du Geant, aún queda otra hora larga de aproximación hasta la Salle à Manger, subiendo por un corredor aún con restos de nieve y hielo, y mucha piedra suelta, y después por un terreno mixto de bloques y nieve que si bien no es difícil si requiere atención para evitar tirar las piedras a los que vienen detrás. La Salle à Manger es la base propiamente dicha del Dent du Geant y donde se preparan las cordadas para empezar la ascensión. Hemos sido la primera cordada en salir del refugio y los primeros que llegamos a la Salle à Manger. Aunque el madrugón ha sido importante, luego lo agradeceremos al ver los atascos que se han formado por detrás de nosotros cuando nosotros ya estamos bajando.
La escalada del Dent du Geant es muy entretenida, está prácticamente en su totalidad recorrida por maromas que facilitan la ascensión, aunque no la regalan ya que aun así tiene tramos donde hay que tirar de todos los recursos para superar los pasos.
Mirar hacia arriba desde la Salle à Manger da una idea de la complejidad de la ascensión si no fuese por la ayuda de las maromas.
En todo el recorrido, la presencia majestuosa del Mont Blanc y las afiladas agujas de Chamonix cautivan la mirada.
Después de 2 horas aproximadamente llegamos a la antecima, tras un destrepe y otro largo más de escalada llegamos a la cima donde la Madonna nos da la bienvenida y un punto de aseguramiento.
Ahora solo queda despedirnos de este 4000 y bajarlo encadenando 6 rápeles que nos dejarán en el glaciar para volver a Punta Helbronner, y de ahí a Chamonix a través del Panoramic.
Por hoy misión cumplida, la aclimatación ya está hecha.
El día siguiente 7 de agosto lo dedicamos a la aproximación al punto de partida de la que será la actividad principal de la semana, la ascensión al Lyskamm.
El Lyskamm, con sus 4532 m, es la segunda cumbre más alta del Macizo del Monte Rosa, después de la punta Dufour, y la cuarta de los Alpes después del Mont Blanc (4810m), Punta Dufour (4634m), y el Dom (4545m). Realmente está formada por dos puntas, el Lyskamm Occidental con 4481 m y el Lyskamm Oriental con 4532m, separadas por una afilada arista de nieve con alguna zona rocosa entre medias. La ascensión puede iniciarse indistintamente por cualquiera de las dos cimas y dependerá de las condiciones y de la disponibilidad de los refugios, que se elija hacerla en un sentido u otro.
Nosotros elegimos empezar desde el Refugio Quintino Sella y hacerla de oeste a este.
El refugio Quintino Sella está enclavado en un punto estratégico que da acceso a varios 4000s de la zona. Se accede a él desde Staffal, cogiendo los remontes que dejan en el Colle Bettaforca, desde ahí sale un camino de alta montaña, equipado con cuerdas, escalones y grapas en algunas zonas, que después de algo más de 3 horas nos dejará en la puerta del refugio.
Después de una tarde en el refugio disfrutando de la compañía de otros alpinistas y una espectacular puesta de sol, toca cenar y recogerse para el día siguiente, que promete ser largo.
Vista de Lyskamm Occidental (izquierda) y Oriental (derecha) desde el Refugio Quintino Sella
El día 8 de agosto empieza a las 3:30 de la mañana. Tras un rápido desayuno ya estamos listos para salir del refugio.
Fuera hace una temperatura agradable, pero esto, lejos de ser una ventaja, se torna peligroso porque las condiciones del glaciar no son las mejores. Tras un rato andando por el glaciar tengo mi primera experiencia con una grieta… gracias a Dios la sangre no llega al río y solo me hundo hasta la cintura, pero el susto ya me lo he llevado cuando noto que mis pies se quedan colgando.
Tras aproximadamente 600m de desnivel atravesando el glaciar Felik, llegamos cuando está amaneciendo al Felikjoch 4061m, las vistas desde allí de los picos que conforman la “Corona Imperial” o “Corona del Matterhorn” quedan guardadas para el recuerdo.
Seguimos subiendo, esta vez con la vista puesta en el Lyskamm Occidental (4481m), la altura ya se hace notar y hay que aflojar el ritmo. Esta parte de la ascensión, aunque muy empinada, no es difícil ni peligrosa y el grado de exposición es relativamente bajo, sobre todo si lo comparamos con el resto de la ascensión desde la Punta Occidental a la Punta Oriental y luego la arista de bajada.
¡La primera cima ya está hecha!
Y desde ahí se ve perfectamente lo que nos queda para la segunda cima… una arista continua de nieve, salpicada de rocas que hay que superar, donde en algunas zonas no caben los dos pies en paralelo y con unas cornisas a derecha o izquierda que no te dan espacio al más mínimo error.
En algún momento intento mirar a los laterales, pero llego a marearme al ver la caída que hay a ambos lados. Al final, el truco para no perder las distancias y mantener el equilibrio está en mirar al suelo siempre un poco por delante de los pies y sin llevar la mirada lejos.
Así, pasito a pasito llegamos a la cima Oriental (4532m) y verdadera cima del Lyskamm.
Y cuando ya te crees que alcanzando la cima lo has hecho todo, aún queda la arista de bajada con la nieve empezando a transformar, que es incluso peor que la arista entre cimas y la arista cimera.
Como dicen los montañeros más experimentados, “la cima se alcanza en el valle”, y no hay mayor verdad que ésta.
Tras 6 horas de ascensión y bajada llegamos al Col de Lys, donde ya podemos disfrutar de las magníficas vistas de Punta Dufour con tranquilidad.
El glaciar de Lys de vuelta tiene unas grietas sobrecogedoras y no hay que bajar la atención.
La vuelta hasta el Refugio Gniffeti y después hasta el coche, la hacemos sin mayor problema y con la satisfacción de haber conseguido una nueva cima que hace unos días ni siquiera habría sabido poner sobre el mapa.
Ya pensando en la siguiente… ¿Eiger, Cervino…? Pues seguramente sea la invernal de esos 4000s que se ven en la foto panorámica aproximando con los esquís de montaña… ya veremos.
La mayoría de las fotos son cortesía del guía de montaña Pablo Herraez.